Un actor enfrenta su definitiva batalla

| El domingo se estrena "La bestia", donde el actor ocupa el papel principal

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GUILLERMO ZAPIOLA

Es inevitable esperarla con una mezcla de interés y melancolía. Comienza a emitirse el próximo domingo a las 21 por el canal para abonados A&E (con repetición el jueves a la misma hora) la serie policial "La bestia", protagonizada por Patrick Swayze.

Desde que, a principios del año pasado, se supo que Swayze padecía un cáncer de páncreas y se le pronosticaron pocos meses de vida (el sensacionalista National Enquirer dijo quince días), el actor decidió no quedarse quieto y aceptó protagonizar La bestia, la historia policial que empieza ahora.

El primero de los trece episodios de la serial que comienzas a emitirse para América Latina, está dedicado a la presentación de sus dos personajes principales, agentes del FBI. Swayze es el clásico veterano curtido que a veces se lleva por delante los reglamentos para aplicar su personal concepto de la ley. El australiano Travis Fimmel encarna a su compañero novato, que comienza a hacer la dolorosa experiencia de descubrir que una cosa es lo que enseñan los libros de la agencia, y otra la que los investigadores enfrentan cuando se encuentran en la calle.

OSCURIDADES. Se trata, por supuesto, del típico "cop show" con pareja de compañeros disímiles, con el añadido de un protagonista ambiguo que al mismo tiempo que debe entrenar a su más joven compañero está siendo investigado por el departamento de Asuntos Internos.

El programa ha tenido elogios: se habla de un relato tenso, personajes bien perfilados y un desarrollo que reserva varias sorpresas. Pero lo que le otorga a priori una particular fuerza emocional es la situación personal de Swayze, que se ha estado sometiendo a quimioterapia para enfrentar su grave enfermedad y ha exhibido, según narran sus compañeros, una excepcional ética del trabajo. Durante el rodaje de la temporada completa, que concluyó en noviembre pasado, se empeño en rendir al mismo nivel que los demás y no esquiva el trabajo duro, que declaradamente "le encanta". Solamente faltó un día y medio a la filmación, y se empeñó en trabajar con su cuerpo, combatir los varios kilos que la enfermedad le ha hecho perder, y aplicarse un entrenamiento de fortalecimiento muscular para componer a su personaje.

La aceptación del papel por parte de Swayze y de los ejecutivos de la cadena A&E fue el resultado de una larga discusión. Los productores dudaban, aunque quedaron muy impresionados por el piloto de la serie, que ha sido descrito como "un policial sombrío, adulto, sin fáciles simplificaciones entre Buenos y Malos". Entonces conversaron con los médicos de Swayze, quienes aseguraron que el tratamiento de quimioterapia, combinado con una droga experimental llamada Vatalanib, podía proporcionarle, si no la curación, por lo menos tiempo extra, y decidieron arriesgarse.

Durante los cinco meses de filmación, el actor rechazó tomar analgésicos y los fines de semana concurría a someterse a quimioterapia. La frase "Quítale la esperanza a un hombre y se convertirá en un animal" asoma en el primer capítulo de La bestia, y acaso resume con toda deliberación la actitud con que Swayze ha enfrentado su mal. Los escasos seis meses de vida que le anunciaran hace más de un año se han prolongado, y Swayze ha pasado momentos de depresión pero también otros en los que ha recuperado el optimismo. Está convencido de que puede vivir "dos años más", y hasta que tal vez durante ese tiempo se pueda encontrar una cura para su enfermedad.

Tras algunos meses de silencio, había concedido a principios de enero pasado una entrevista a la famosa periodista Barbara Walters que se realizó en el rancho del actor, quien reconoció que su batalla contra la enfermedad lo ha hecho pasar un "infierno", y admitió estar asustado ("y también enojado"), pero que ello lo impulsó a seguir adelante con su carrera interpretativa.

CONFIANZA. Aunque se define como "el tipo de persona que nunca escapa a un reto", ha reconocido que algunos momentos han sido muy duros. Sin embargo, no pierde la fe. Está convencido de que si se cree firmemente en algo, puede volverse realidad. Le gustaría poder afirmar que su padre es su ángel guardián, y está seguro de que hay vida después de la muerte ("si no la hay, ¿para qué estamos aquí?").

Tres días después de la entrevista Swayze ingresó el viernes 9 de enero voluntariamente a un hospital debido a una neumonía, efecto secundario del debilitamiento inmunológico que genera la quimioterapia. Se le administraron antibióticos, y al parecer el problema puntual pudo ser superado.

Por otra parte, La bestia no es el único producto reciente que haya contado con la imagen de Swayze. En noviembre se conoció en el American Film Market, aunque aún no se lo distribuyó comercialmente, otro trabajo del actor, Powder Blue, dirigido por Timothy Lihn Bui. Se trata de un drama coral acerca de un grupo de habitantes de la ciudad de Los Angeles, de los más diversos orígenes sociales y profesionales que se reúnen en una noche de Navidad y deben enfrentar algunos fantasmas personales. Swayze interpreta al dueño de un club nocturno. Actúan también Jessica Biel, Kris Kristofferson, Ray Liotta y Forest Whitaker.

Icono de Calvin Klein en historia oscura

Travis Fimmel es otro aus- traliano que se suma a la serie de actores salidos de la isla-continente para hacerse de un nombre en el mundo del espectáculo norteamericano. En La bestia encarna al novel agente Ellis Dove (¿que su apellido signifique "paloma" será deliberado?), quien debe aprender algunas realidades de la vida al lado de su veterano colega encarnado por Patrick Swayze.

Fimmel nació en Echuca, Victoria (Australia) el 15 de julio de 1979, hijo de un ganadero y una enfermera. Realizó estudios universitarios en Melbourne, y pronto se convirtió en modelo de ropa interior para Calvin Klein. Uno de sus avisos luciendo esa ropa debió ser removido de una calle de Londres porque el Automóvil Club local sostuvo que interfería con el tránsito: la conductoras de sexo femenino bajaban la velocidad en la esquina para contemplarlo, y ello aumentaba el número de accidentes.

En el año 2003, Fimmel se convirtió en el protagonista de una peculiar versión televisiva de Tarzán que duró solamente ocho episodios, y se entiende por qué. No estaban mal hechos, pero tenían poco que ver con Tarzán: el personaje aparecía trasladado a la ciudad de Nueva York, y colaborando con una detective de la policía local (que se llamaba Jane, claro). ¿Quién necesita a Tarzán en un `cop show`?

Tras ese Tarzán ciudadano hizo algo de cine y televisión, y parece haber encontrado la oportunidad de popularizar su imagen con su coprotagónico de La bestia. Actualmente tiene en postproducción el drama independiente Ivory, dirigido por Andrew M. Chan, y en el que actúan Peter Stormare y Martin Landau.

Un combate con el éxito fácil, la desorientación y el alcoholismo

Patrick Swayze está convencido que Ghost, la sombra del amor (1990) tuvo un efecto ambiguo en su carrera. Se encontró absorbido por la mentalidad del éxito de taquilla, y eso "destruyó el sentido de cuál era mi propósito en la vida".

De hecho, ese éxito no se repitió y lo que ocurrió después fue el desconcierto y el alcoholismo. Finalmente, afirma, tomó dos decisiones simultáneas: alejarse de los grandes films y del alcohol, y buscar papeles "de prestigio" en películas como Donnie Darko (2001) de Richard Kelly.

Swayze cree que películas como Baile caliente (1987) o la propia Ghost generaron en él un caso de "fama aguda". Y que eso se paga. Una vez que la vida de uno se ha vuelto completamente pública, todo empieza a parecer mentira. "Ya no sabes qué es verdad", asegura. "Parece como que alguien más estuviera escribiendo tu esencia".

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