Toque final para film tanguero

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Con la producción de Gustavo Santaolalla, la productora Lita Stantic (de Un oso rojo) y del brasileño Walter Salles, y la dirección de Miguel Kohan, se grabó el jueves pasado un enorme y único concierto en el teatro Colón de Buenos Aires, del proyecto Café de los Maestros.

Esta grabación fue el cierre de una película que se comenzó a filmar hace ya tres años, registrando ensayos y entrevistas a los participantes, entre los que estaba Lágrima Ríos. La uruguaya, sin embargo, no pudo estar presente en el recital del jueves por problemas de salud.

Kohan, de acuerdo a una nota de La Nación, supo que la comparación de Café de los maestros con Buena Vista Social Club sería inevitable. Pero según este fotógrafo y cineasta (que, además, es médico), la película cubana que Wim Wenders filmó en 1999 sobre los músicos cubanos rescatados por el proyecto Ry Cooder "no tiene la misma coyuntura que ésta, más allá de que comparten el retrato de una generación".

diversidad. Este proyecto gestado por Santaolalla y el guitarrista Gustavo Mozzi fue primero editado en un disco doble, con el fin de homenajear en vida a un grupo de tangueros de larga y fuerte trayectoria.

El disco fue concebido de forma similar al proyecto Buena Vista Social Club y tiene un repertorio elegido en función de cuatro directores de orquesta clave para la historia de esta música: Troilo, Pugliese, D`Arienzo y Di Sarli.

El segundo paso que dieron los productores fue editar un libro con fotos y entrevistas a todos los participantes. Se llama Altos Maestros y tiene textos de Irene Amuchástegui y fotos de Nora Lezano y Sebastián Arpesella.

En la base del concierto, según reseña una nota de Página 12, estuvo una orquesta formada para la grabación del disco, y que cruzaba varias generaciones. Ahí estuvieron presentes maestros veteranos como Osvaldo Requena y Fernando Suárez Paz y tangueros jóvenes como Andrés Linetzcky y Carlos Corrales.

Hacia el final, dice la cronista del diario argentino, a la hora de los temas de Mariano Mores que fueron Uno y Taquito Militar, se abrió el telón de fondo y se sumaron vientos, timbales y batería. Hubo también momentos de intimidad, como el que dio Gabriel "Chula" Clausi, que con su bandoneón interpretó el tema De puro guapo. El repertorio no siguió estrictamente al registrado en el disco, dicen las reseñas, aunque se mantuvieron hitos como Percal en la voz de Alberto Podestá, presentado como "uno de los últimos ejemplos de una raza en extinción, la del cantor de orquesta".

Además de la uruguaya, la otra gran ausencia fue la de la cantante Nelly Omar, que poco después de grabar el disco se distanció de este proyecto. Por su parte, Ríos envió una carta en la que aludía al conflicto de las papeleras y en la que afirmaba que "Ningún conflicto podrá separarnos".

nombres. Para el disco, grandes nombres como Aníbal Arias, Ernesto Baffa, Emilio Balcarce, Osvaldo Berlingieri, Emilio de la Peña, Ubaldo de Lío, Leopoldo Federico, Oscar Ferrari, Carlos García, Juan Carlos Godoy, Carlos Lázzari, José Libertella, Virginia Luque, Mariano Mores, Alberto Podestá, Osvaldo Requena, Lágrima Ríos, Horacio Salgan, Atilio Stampone y Fernando Suárez Paz se encerraron en un estudio. Muchos de ellos se reencontraron tras mucho tiempo y volvieron a hacer juntos las más de cincuenta canciones que les hicieron ganar dos premios Gardel en las categorías de Mejor Album de Grupo u Orquesta y Mejor Producción del Año.

Según Página 12, el concierto que dieron el jueves, y que fue como el broche de oro para el proyecto de Gustavo Santaolalla, fue histórico. Los grandes momentos, según las reseñas, los marcaron por ejemplo el cruce entre Leopoldo Federico y Ubaldo de Lío interpretando a Salgán, el dúo de Aníbal Arias y Osvaldo Montes u Osvaldo Berlingeri y Emilio Balcarce dirigiendo sus temas. El final, con Mariano Mores frente a esa orquesta multitudinaria ya reseñada, marcó el apogeo de un concierto que no tendrá repetición y que se verá con el estreno de la película.