HUGO GARCÍA ROBLES
La importancia de la obra que cumple desde hace décadas el Centro Cultural de Música no ha dejado de crecer. Ello se ha tornado más evidente en la medida que las actividades que antes desarrollaba el Sodre, se ha visto afectada de modo grave por distintos problemas que gravitan sobre el desdichado Instituto.
En consecuencia, el comienzo de la temporada del Centro Cultural de Música para el año en curso, convoca el interés de los melómanos gracias a la presencia de la Orchestre des Champs - Élysées, bajo la batuta de Philippe Herreweghe. Ambos protagonistas, tanto la orquesta como el director, son ampliamente conocidos a lo largo del mundo y gracias a las numerosas grabaciones discográficas no existen aficionados a la música que no los hayan escuchado.
La orquesta cultiva un repertorio muy amplio que alcanza, desde el siglo XVIII hasta los comienzos del XX, que en materia de compositores significa de Haydn a Mahler. En realidad, nunca ha dejado de actuar dirigida por estupendas batutas.
Philippe Herreweghe nació en Gent y en el conservatorio de la misma ciudad se graduó en 1975 como pianista, aunque antes había estudiado medicina y psiquiatría. Desde los comienzos, se reveló como músico competente, lo cual hizo que N. Harnoncourt y G. Leonhardt lo invitaran a participar con ellos en la grabación de todas las cantatas de Bach. Ha creado numerosos conjuntos en los cuales se advierte su interés por la música vocal desde el Renacimiento hasta la actualidad. Ha dirigido las más prestigiosas orquestas del mundo como la Concertgebow, las Filarmónicas de Viena y Berlín, entre otras igualmente importantes.
El programa previsto para el concierto del jueves 23 de abril comprende la "Sinfonía Fantástica" y "Lelio o el retorno a la vida". Las dos composiciones originadas por la pasión que desató en Berlioz la actriz Harriet Smithson, quien conjugaba además de sus encantos personales ser intérprete de Shakespeare.
Berlioz con la "Sinfonía Fantástica" y su minucioso programa desata el romanticismo musical en Francia, desarrollando en sonidos una relación íntima con hechos o textos literarios que serán los que brillen en obras posteriores como "Romeo y Julieta" y "La condenación de Fausto", entre otras.
Al margen del desarrollo de la orquesta que el maestro francés cumple paralelamente con Wagner, y que desemboca en la moderna orquesta sinfónica, la concepción de la música dramática, confiere a "Lelio" una singularidad innovadora. Es esta virtud la que da pie para la puesta compleja que convierte la ejecución de la obra en espectáculo que responde a Jean-Philippe Clarac y Olivier Deloeuil. Desde este punto de vista se torna inexcusable concurrir a este concierto en el Teatro Solís.