Desde hoy el Solís recibe Seré tu madre tranquila, por solo tres funciones.

Desde Argentina llega hoy a la Sala Zavala Muniz, del Teatro Solís, Seré tu madre tranquila, espectáculo que cruza el código de la telenovela porteña con la imagen de una madre vista desde la óptica del hijo. En escena estarán Fernanda Pérez Bodria y Juan Gabriel Miño, que darán vida a un montaje escrito y dirigido por Ariel Gurevich. Va jueves 4, viernes 5 y sábado 6 de agosto a las 20:30 horas. Entradas por Tickantel a $ 300.

"Temáticamente es la relación de un hijo y su madre, cruzada por una telenovela de los años 70, Pobre diabla, de Alberto Migré. La obra es una especie de reconstrucción del pasado de los padres de ese chico, más que nada el mundo de la madre", contó a El País Gurevich, escritor y guionista de 30 años, con estudios de Comunicación, que esta obra de algún modo reflejan.

Hijo y madre recorrerán un elenco de personajes femeninos, a través de objetos, poemas y canciones que remiten a amigas de la infancia, la abuela, la mucama, mediante un espectáculo que tiene de conferencia y de recital, tomando como punto de partida lo cotidiano.

"Se trata de bucear por el mundo de la infancia, más que nada de los recuerdos: no hay un sentido del psicoanálisis, en el sentido del lugar de la madre, el Edipo. No va por ahí la obra. Los personajes no están planteados como una psicología, que es algo de un teatro más realista. Pero sí tiene que ver con el pasado que hace a una persona, tanto el lugar de la madre como un programa de televisión", señala el director.

Desde el punto de vista formal, la obra no desarrolla tampoco una intriga, en el concepto más clásico. Más que una peripecia, lo que hay es una mirada a ese universo doméstico. "Hay una serie de personajes, que también interpreta la actriz, que son como satélites, que van rondando. Tiene algo muy libre la forma del espectáculo: hay un micrófono, y se trabaja mucho hacia el público, y sobre un cruce genérico. Por momentos tiene algo de recital de canciones populares, tiene algo de crónica, hay un relato y también algo escénico", afirma Gurevich, quien cuenta que todo eso se entrelaza desde el personaje, medio niño, medio adulto, como si fuera un show en sí mismo.

"En el fondo es cómo se llega a ser lo que se es", reflexiona el joven artista porteño, que está presentando en Montevideo su primera obra como dramaturgo y director. "Yo venía más de la escritura, de hacer guiones, y en el Centro Cultural Ricardo Rojas (que depende de la Universidad de Buenos Aires), había un concurso para primeros trabajos de dirección. Y yo tenía este proyecto, a partir de unos textos que tenía, y lo presenté y quedó seleccionado. Y eso me obligó, digamos, a dirigir: algo que me interesaba pero no me animaba. Y me largué a dirigir".

Así, la obra tiene algo de arqueología familiar, en tanto que trabaja sobre los objetos, los sentidos que tuvieron y las evocaciones que despiertan. Por otra parte, apelar a la telenovela les permitió jugar con cierto sentido melodramático. "Y Pobre diabla era del 73, eran años complicados, en Argentina y en América Latina. En ese sentido, hay algo de lo político, que no está en la obra pero de alguna manera bordea el asunto".

"La telenovela es un género latinoamericano que se exportó al mundo, y las escuelas de comunicación la vieron como un objeto alienante, en un sentido marxista. Y en los 80 se reivindicó más, como si a través de la telenovela las clases populares procesaran cierta búsqueda por la lucha por el lugar de la identidad", dice Gurevich, que por otro lado hizo su tesis de Comunicación sobre Facebook.

"Tomé Facebook como una narrativa del yo, como si fueran los géneros donde uno se construye. Lo que en otra época podría ser el diario íntimo, o el ensayo. Cuando hice la obra, estaba escribiendo la tesis, y tiene algo de eso, como una reflexión sobre una narrativa en primera persona".

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