La actriz que llegó al teatro sin buscarlo, trabajó con los grandes y lleva medio siglo feliz en las tablas

La actriz, Gloria Demassi, distinguida en octubre como Ciudadana Ilustre de Montevideo y nominada al Florencio por la obra "Agosto: Condado Osage", repasa su conocida carrera y sus maestros.

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Gloria Demassi.
Gloria Demassi.
Foto: Francisco Flores.

Este año, Gloria Demassi fue distinguida como Ciudadana Ilustre de Montevideo y protagonizó uno de los éxitos de El Galpón, Agosto: Condado Osage, por el que fue nominada al premio Florencio a mejor actriz, que podría ganar mañana. Hoy, sin embargo, lo único que tiene en mente esta actriz de 83 años, pelo canoso, ojos celestes y más de medio siglo de carrera, es volver definitivamente a Argentina.

Es que una vez que se jubiló de la Comedia Nacional uruguaya, en 2007, vendió su casa y cruzó el Río de la Plata para estar más cerca de su hijo, radicado en Buenos Aires. Allá está su rutina, a media hora de la capital, con su familia, sus nietos y sus plantas. Salvo que tenga trabajo en Montevideo, como le ocurrió durante todo 2024: entre un proyecto y otro ya pasó más de un año sin pisar ese pedacito de suelo argentino al que llama “casa”.

Dos veces ganadora del Florencio, Demassi va mañana por su tercera estatuilla, ahora como Violet, la adicta a las pastillas y de lengua filosa que, en Agosto, recibe la visita de sus hijos luego de la desaparición del patriarca de la familia. Esta fue la segunda vez que interpretó este personaje, y al igual que la primera, tuvo poco tiempo de ensayo.

Gloria Demassi en la obra "Agosto: Condado Osage".
Gloria Demassi en la obra "Agosto: Condado Osage".
Foto: Alejandro Persichetti.

En 2010, cuando hizo por primera vez Agosto en El Galpón, se sumó a la obra cuando ya se había estrenado, tras la muerte de la actriz María Azambuya; ahora lo hizo debido a un cambio de último momento. “Tenían un elenco más joven y yo no estaba en la idea original. No sé qué ocurrió pero me llamaron, de apuro, para empezar a ensayar la obra. Así que nunca la pude ensayar como corresponde, con todo el elenco. Ingresé para amoldarme a ellos”, comenta la reconocida actriz.

El inicio impensado

Comenzó a estudiar teatro cuando no encontraba su norte. Había pasado su infancia con el pelo al viento en las inmediaciones del frigorífico Anglo en Fray Bentos, donde trabajaba su padre. Cuando el frigorífico cerró, la familia se mudó a Montevideo y Gloria, quien cursaba el preparatorio, se encontró en una ciudad nueva, sin amigos y en un apartamento en que se sentía encerrada.

“Siempre digo: qué suerte haber encontrado el teatro, que llegó de casualidad. Nadie me guió. De niña tuve formación en ballet, piano, y esas cosas a las que te mandaban en el interior. Pero durante la preparatoria, en Montevideo, no me interesaba nada. Iba al liceo porque había que ir, y buscaba dónde me sentía feliz. Hasta que me topé con el teatro y entendí que fue un regalo de la vida”, dice.

Gloria Demassi.
Gloria Demassi.
Foto: Francisco Flores.

Seguramente por eso todavía recuerda con claridad su primera incursión en las tablas, en 1966. Interpretó a una monja que no tenía diálogos en la primera versión de Marat/Sade que dirigió Federico Wolff y protagonizaron Armando Halty, Dumas Lerena y Simón Gigovic. “Llamaban gente, un compañero me dijo que fuéramos y quedé. Todavía no había hecho la escuela del Circular. Interpreté a una monja que abría los telones del hospital de Charenton”, recuerda.

La obra permaneció en cartel más de un año, tiempo suficiente para que Demassi le tomara el gusto a la actuación y decidiera inscribirse en la escuela de El Circular. Se anotó en 1968 y terminó la carrera en 1971, con un trabajo de improvisación.

“Teníamos clases todos los días con Omar Grasso, Berto Fontana, Nelly Goitiño, y hasta hoy empleo las cosas que ellos me enseñaron. Soy muy disciplinada y todos los días hago los ejercicios que hacía entonces. Incluso estando en Buenos Aires y sin ninguna obra para ensayar, los hago. Siempre traté de mantenerme bien, cuidando mi organismo, mi instrumento”, dice.

Mientras daba sus primeros pasos como actriz, Demassi trabajaba en una oficina pública. En 1976, para poder hacer una gira por el exterior con El Circular, tuvo que pedir autorización, cosa que no logró. “Yo tenía la C, esa letra que nos daban de fe democrática durante la dictadura, lo que era un problema. Al final me echaron de la oficina. Había sido madre, estaba separada y estuve tres años sin trabajar, hasta que me llamó la Comedia Nacional. O sea, me quisieron hacer mal, y me hicieron un bien”, dice.

Por eso, aún siente agradecimiento por las autoridades de la compañía municipal. “Se buscaban buenos actores, no importaba qué pensaban o qué votaban”, comenta.

Gloria Demassi, declarada Ciudadana Ilustre.
Gloria Demassi, declarada Ciudadana Ilustre. Foto: Archivo.
Foto: Francisco Flores.

Desde entonces, nunca paró de trabajar, aunque hace un tiempo que viene diciendo que en el próximo proyecto se despide.

—¿Hace cuánto se viene repitiendo: “Esta es la última”?
—Hace tiempo, pero el teatro me atrae. Realmente es lo que me mueve. Hacer Agosto fue una exigencia brutal, pero la disfruté, y me reencontré con ese escenario enorme; me siguen invitando y estoy contenta. La vuelta no se termina, aparentemente no se termina, y me encontrará la muerte en el escenario.

Teatro con todos

Como actriz, Demassi ha trabajado con los grandes nombres del teatro uruguayo. Jorge Curi, Taco Larreta, Nelly Goitiño, Júver Salcedo, Jorge Denevi, Villanueva Cosse y Jaime Yavitz la han dirigido en elencos del Teatro Circular, la Comedia Nacional y últimamente en El Galpón.

Todavía recuerda el vozarrón de Omar Grasso, y su mirada atenta en cada uno de los ensayos en la escuela del Circular. “Miraba con pasión cada movimiento que hacías. Creo que ni cuando eras niño te miraban tus padres con tanta pasión y atención”, rememora.

Con El Circular, el teatro también le dio la posibilidad de viajar. Se presentó en Panamá, Guatemala, Colombia, Venezuela y España, donde actuó a fines de los 80. “Primero fuimos con El caballero de Olmedo y fue un descubrimiento hacer teatro en otro país. Me acuerdo que cuando fuimos con La Boda hicimos representaciones en varios lugares. Era una obra donde la gente intervenía, porque estaba sentada alrededor de la mesa donde se desarrollaba la fiesta”, recuerda. “Me acuerdo que en un momento mi personaje se sienta en una silla y se rompe, a propósito. Y una señora española me fue a socorrer, desesperada. Cuando vio que yo seguía actuando, me dio una gran vergüenza por haberla engañado. Nunca me voy a olvidar de ver lo solícita que fue esa señora. Pasa que esa obra tenía esas cosas”.

Hoy, con medio siglo de carrera, un montón de recuerdos, la vida dividida en el Río de la Plata, el reconocimiento de Ciudadana Ilustre y sin saber cuál será su próximo proyecto, Demassi habla del teatro con la misma pasión de siempre y dice: “Me siento tan privilegiada... He sido feliz en el escenario”.

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