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La historia de "La niñera", el clásico que nació de un encuentro fortuito y que casi se cancela

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"La Niñera". Foto: Archivo

REGRESO

"La niñera", protagonizada por Fran Drescher, fue una de las sitcoms más populares de los noventa y ayer llegó a HBO Max; conocé su insólita historia

Fue una de las sitcoms más populares de los noventa, inspiró a un montón de adaptaciones en el mundo y ahora vuelve a las pantallas. La niñera, protagonizada por Fran Drescher, llegó ayer al catálogo de HBO Max y es un buen plan de fin de semana para los no están interesados en seguir la final del Mundial ni en hacer una salida en estos días calurosos. Las seis temporadas, todas con episodios de 25 minutos, se ven casi que de un tirón y prometen las mismas risas que en 1993.

Pero, ¿cómo nació la serie que popularizó a la actriz de voz nasal, acento neoyorquino y presencia magnética?

Todo surgió en 1992, en el aeropuerto JFK de Nueva York. Drescher, de 35 años, que ya había participado en las series Alf y ¿Quién manda a quién?, estaba a punto de viajar a Londres para encontrarse con su amiga, la modelo Twiggy. Estaba junto a su esposo en la sala de espera cuando se topó con Jeff Sagansky, en ese entonces presidente de CBS Entertainment. Ya se quien conocían de la experiencia fallida de Princesses, que Drescher iba a protagonizar pero que no pasó del piloto. Entonces, tuvo una idea. “En cuanto lo vimos, supimos que teníamos que usar a nuestro favor el hecho de estar tantas horas en juntos en un vuelo transatlántico. Así que buscamos una y mil excusas para poder charlar de un asiento a otro”, narró años después.

La insistencia dio sus frutos, porque después de nueve horas y media de viaje convenció a Saganskyde presentarle una idea cuando regresara a Estados Unidos. “Fran decía que en la compañía todos la venían como una especie de guarnición, pero que en realidad ella era el plato principal”, le dijo Sagansky a The Hollywood Reporter. “Me aseguró que ella y su marido podían escribir, producir y organizar un éxito. Me pareció increíblemente descarado de su parte… ¡Pero el tiempo me hizo dar cuenta que no estaba equivocada!”.

La estrategia funcionó; solo les faltaba la idea. Es ahí donde entra la hija adolescente de Twiggy, la musa inspiradora de La niñera. “La hija de mi amiga venía de un semestre en un internado inglés y yo me sentía como un elefante en un bazar. En un momento se quejó de que le dolían los pies porque estaba estrenando zapatos y yo le expliqué cómo hacíamos en Queens para caminar sin que se note el dolor; mientras tanto, su madre me miraba horrorizada. Yo era una suerte de consejera maternal pero a la vez muy callejera y creo que ahí encontré el tono que buscaba”.

Fran Drescher. Foto: Captura
Fran Drescher. Foto: Captura

La imagen fue tan fuerte que Drescher tenía un éxito entre manos. Llamó a su esposo y actualizar la trama de La Novicia Rebelde: “¿Y si en vez de Julie Andrews, abrís la puerta y aparezco yo?”. Luego, cuando llegó el momento de contarle la idea a Sagansky, al ejecutivo le encantó la idea. Y, nuevamente, la serendipia les jugó a favor. Necesitaban a un equipo de productores que se encargara de desarrollar la idea, y Sagansky se dio cuenta de que Robert Sternin y Prudence Fraser, la dupla detrás de ¿Quién manda a quién?, se iba a reunir con él luego de la visita de Drescher.

Así lo recordaba Sternin en diálogo con The Hollywood Reporter: “Fran ya había participado como invitada en la serie; incluso la imaginamos como protagonista de una de las series que estábamos preparando. Apenas Jeff nos dijo que ella y su esposo acababan de presentar un programa en el que iba a ser la niñera, quisimos participar. Fue todo muy fortuito”.

Los cuatro escribieron el piloto juntos y crearon al personaje de Fran Fine inspirados en la propia Drescher; es más, los padres y la abuela de la niñera —Sylvia, Morty y Yetta— eran los mismos que en la vida real. “Queríamos crear un personaje un poco histérico que a la vez sea divertido y adorable”, relató Fraser. “Tenía que ser alguien malhumorada y rápida con sus respuestas, pero que jamás perdiera su calidez”. Y si a eso se le suma sus obsesiones por la televisión, la moda y un sentido del humor irresistible, la idea tenía que ser un éxito instantáneo.

A lo largo de su carrera Helene Michaels, vicepresidenta ejecutiva de CBS, vio pasar cientos de proyectos que no prosperaron. Pero con La niñera tuvo una especie de epifanía: “Sentimos magia en el aire mientras se leía el guion por primera vez. Fue el primer piloto entregado a la compañía en esa temporada, lo que a menudo suele ser una desventaja. Pero fue el que mejor puntuación tuvo en años. Era un hit”. La sitcom se estrenó el 3 de noviembre de 1993 y, contra todo pronóstico, no logró los resultados esperados. Sobre el final de la primera temporada pensaron en cancelarla, pero Sagansky insistía en mantenerla. “Sabía que tenía algo especial”, decía en cada reunión de producción.

La segunda temporada les dio la revancha que tanto necesitaban. “No había muchas series con protagonistas judías y anunciantes como Procter & Gamble no querían promocionar sus productos por temor a segmentar al público”, recordó Fraser. “El arreglo al que llegamos era que íbamos a exacerbar lo británico de la familia Sheffield”. Con ese cambio de foco y varias repeticiones en la grilla, el rating comenzó a subir hasta que lograron consolidarla como la nueva favorita del público.

Charles Shaughnessy, que encarnó al señor Sheffield, lo resumía de esta manera: “La gente nos ve porque nuestros personajes son divertidos y simples. De inmediato se entiende de dónde vienen y cuáles son sus motivaciones. Cualquiera quisiera pasar tiempo en la mansión Sheffield, somos todos queribles”.

Así, La niñera se extendió por seis temporadas, se transmitió en todo el mundo, y estuvo en el aire durante décadas; en Uruguay, por ejemplo, se vio en varios veranos por la pantalla delCanal 10. Ahora, llegó a HBO Max para demostrar que los clásicos nunca mueren.

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