Simran Hans, The New York Times
”The Full Monty es Sheffield, y Sheffield es The Full Monty”, dijo el actor Robert Carlyle en una entrevista reciente. Cuando se estrenó, en 1997 y en Uruguay con el título de Todo o nada, la película puso a ese antiguo pueblo minero en el norte de Inglaterra y a Carlyle, su protagonista, en el centro de atención. Realizada con un presupuesto de alrededor de tres millones de dólares, recaudó más de 250 millones en la taquilla mundial; en ese momento, The New York Times declaró que la película era, “con mucho, el mayor éxito de Fox Searchlight Pictures”.
Escrita por Simon Beaufoy, The Full Monty sigue a un grupo de trabajadores siderúrgicos desempleados en Sheffield, incluidos el Gaz de Carlyle y su mejor amigo, Dave (Mark Addy), mientras intentan recaudar dinero y recuperar el control de sus vidas realizando un espectáculo de striptease para las mujeres del pueblo.
Ahora, una nueva serie de ocho capítulos, que se estrenó el miércoles en la plataforma Star+, regresa a Sheffield un cuarto de siglo después, en otro período de austeridad y recesión económica. Coescrita por Beaufoy, con Alice Nutter, guionista y exmiembro del grupo musical Chumbawamba, la ficción reúne al elenco original de la película, incluidos Carlyle, Addy, Tom Wilkinson, Paul Barber y Lesley Sharp.
“Si lo hubieran demorado más tiempo, creo que podríamos haber muerto todos”, dijo Carlyle, de 62 años.
The Full Monty fue el debut cinematográfico de Addy y lo llevó a papeles en Corazón de caballero y Robin Hood de Ridley Scott y, más tarde, en la serie Game of Thrones de HBO. Carlyle era conocido por interpretar a Begbie en la película Trainspotting del director Danny Boyle, con quien también colaboró en La playa, Exterminio y la secuela de Trainspotting.
En una videoentrevista reciente, con Carlyle desde Nueva York y Addy uniéndose desde su casa en Yorkshire, Inglaterra, los dos discutieron los paralelismos entre la película y esta serie, y por qué se sintió como el momento adecuado para revisitar sus personajes. A continuación, extractos editados de la charla.
—¿Cuál fue el argumento de Simon Beaufoy para volver a unir a la pandilla?
Mark Addy: Recuerdo haber recibido un correo electrónico de Simon preguntándome si estaría interesado en ser parte de un drama de vanguardia visto a través del prisma de los personajes que conocimos hace 25 años. ¿Cómo les ha ido en estos años? Estaba interesado en analizar el NHS, el servicio de salud pública de Gran Bretaña, el sistema de atención, la educación, todos los aspectos de nuestra sociedad, de la misma manera que lo hizo con la película.
Robert Carlyle: Hay muchas cosas que son precarias en este momento en el país. Gobierno conservador, austeridad: la gente ha sido socavada, al igual que la infraestructura. Esa es una razón tan buena como cualquier otra para hacer algo que refleje las experiencias actuales de las personas.
—¿Qué ha cambiado para Gaz y Dave en estos años?
Carlyle: Desde la perspectiva de Gaz, no creo que mucho. Todavía es más o menos una existencia precaria para él. Él hace una variedad de trabajos para sobrevivir.
Addy: Dave y Jean (Sharp) se mudaron a un área un poco más agradable, pero están luchando a su manera.
—La película exploró cómo varios problemas afectaron la masculinidad de los personajes. En el primer episodio de la serie, Gerald (Wilkinson) cuestiona lo que está “permitido” decir en estos días. ¿Con qué problemas de identidad están lidiando los personajes ahora?
Addy: Nuestra generación lucha por saber cómo dirigirse a una persona. Te preocupa ofender a alguien al confundirlo de manera completamente inocente. Pero eso ha venido de un lugar de mayor aceptación y tolerancia. Es un problema generado por una mejora.
Carlyle: Todo el mundo tiene que ser respetuoso con los pronombres de género y cosas por el estilo. Es fácil ser desdeñoso, pero es importante. No es mucho pedir que llamen a alguien como quieran que los llamen. Uno de los últimos grandes “ismos” que parece estar en juego es la discriminación por edad. Esperamos que la serie aborde eso un poco. Solo porque llegás a los 60 no sos inútil.
—Con el personaje de Barber, Horse, que ahora tiene más de 70 años, ves cómo el sistema de bienestar que le falló a los hombres más jóvenes ahora también le falla a una generación mayor.
Carlyle: Todo el arco de Horse es trágico. Hay un momento que me encantó, ¿viste cuando va al supermercado? Tiene el paquete de salchichas y lo está golpeando contra el escáner de autopago. Él dice: “¿Dónde están todas las cajeras? Se han ido todas”. Está tratando de poner dinero en esa máquina y un tipo le dice: “Usa una tarjeta”. Pero no tiene tarjeta. Eso es algo que no se ve en la televisión.
—A veces, la serie también es una tontería que no se disculpa por eso. ¿Por qué esa sensación de ligereza se sintió como el enfoque correcto?
Carlyle: Es lo que hace brillantemente Simon Beaufoy. No puedes escapar de la política en Todo o nada, pero él puede equilibrar eso con humor. No hay forma de que ninguno de estos personajes se compadezca de sí mismo. Es vital que tengan momentos alegres.
Addy: Se trata de cómo transcurre la vida; con suerte, el espíritu humano ayudará a las personas a superarlo. La tontería atempera la tragedia.
Carlyle: Si no te ríes, llorarás. ¿Y quién quiere sentarse a llorar todo el tiempo?
—¿Y cómo moldeó The Full Monty la carrera de ambos?
Addy: No había hecho cine antes. Había hecho mucho teatro y empezaba a abrirme camino en el mundo de la televisión. Cambió todo para mí Bobby me dijo en ese momento: “esto podría hacer por ti lo que Trainspotting hizo por mí”.
Carlyle: Dios mío, ¿quién podría haber predicho eso? Ha sido como una vasta y cálida sombra que me ha seguido a lo largo de toda mi carrera.
—¿Cómo se sienten con que Gaz y Dave mantengan su ropa puesta esta vez?
Addy: Aliviado.
Carlyle: Absolutamente encantado, y estoy seguro de que la audiencia lo estará. Cuando Simon se puso en contacto, la segunda línea del correo electrónico decía: “Por cierto, no habrá ningún desnudo”.