Ana De la Reguera con El País: la conquista de Hollywood y el reírse de sí misma en una serie

ENTREVISTA

Comenzó en telenovelas mexicanas como Azul y Cara o cruz, y de ahí dio el salto a Hollywood para compartir pantalla con Bruce Willis, Jack Black o Dave Bautista. También fue parte de series como Capadocia, Narcos y Goliath y, el año pasado, de una apuesta grande de Netflix como El ejército de los muertos. Ana De la Reguera no para.

Hoy estrena en Amazon Prime Video la segunda temporada de Ana, la serie de comedia que creó, escribió, protagoniza y en la que se burla de sí misma. Allí, De la Reguera es Ana, una actriz que fue criada para verse hermosa y ser famosa y que, cuando cae en la cuenta de que su vida es superficial y sin rumbo, decide cambiarla. Y si bien mucho de lo narrado tiene que ver con su propia experiencia, Ana no es un reality sino una ficción que toma como base la vida de la mexicana para mostrar el lado más ridículo y gracioso del mundo del entretenimiento.

"Ana está pasando por una adolescencia tardía. No sabe qué hacer porque está atrapada en un lugar que no quiere. Está desesperada. Su madurez emocional es igual a la de una niña de ocho años, quien será su antagonista, y Ana se pone a su altura", comenta la actriz entre risas. De eso y más charló con El País.

—Los primeros episodios de Ana parecían un manifiesto que decía: soy mujer, latina, tengo 40 años y sigo siendo importante en la industria. ¿Cuál fue el desafío a la hora de encarar la nueva temporada?

—En esta temporada se va a ver mucho más lo que pasa detrás de cámaras en la vida de una actriz. Es todo lo que pasa cuando estás haciendo el proyecto equivocado y que, además, no quieres hacer. Eso se vuelve una pesadilla para todo el elenco y los que me rodean. Es una segunda temporada muy divertida y frenética, como una comedia de enredos. Verán a Ana haciendo todo mal para finalmente entender qué es lo que quiere.

—Sos la creadora, productora, guionista y protagonista de Ana. ¿Cómo es estar involucrada en un proyecto tan personal pero ficticio a la vez?

—Es complicado porque en definitiva tiene que ver conmigo, con mi vida, mi familia, y todas esas cosas me importan. Tal vez, si hubiese sido otro tipo de historia, hubiera podido delegar un poco más, pero al ser mi historia, es complicado. A la hora de escribir pienso en las cosas que me imagino que haría yo ante determinada situación y cómo actuaría. Definitivamente es mi personalidad y esencia durante todas las temporadas. Por eso estoy las 24 horas teniendo que ver con la serie, ya sea en posproducción, dirección, guion, en conseguir dinero o actores. Tengo que ver con todo eso, y si bien es desgastante, me encanta. Ha sido una gran oportunidad y que me hayan dado la confianza para hacer esta serie es increíble, así que no me quejo. Ya filmamos la tercera temporada y la verán el próximo año. Quedó increíble también.

—En la serie te burlas de que no tenés muchos proyectos, pero has tenido varias películas en los últimos tiempos. La purga por siempre y El ejército de los muertos son del año pasado...

—Cuando empecé con la idea de Ana era un momento en mi carrera donde no me estaban pasando las cosas que quería. De pronto, tal vez por haber estado enfocada en el proyecto, tuve más tranquilidad y me empezó a ir mejor como actriz. Esta serie me hizo entender mejor el medio y no tener esa ansiedad y necesidad de que me quieran y sepan que estoy acá. Ahora me están dando más trabajos y en los últimos años he trabajado mucho como actriz. Trabajo, pero cuando creé la serie, eso era lo que me estaba pasando y así me estaba sintiendo.

—¿Protagonizar un éxito no es suficiente para ser una estrella, entonces?

—Correcto. Es muy difícil sostener una trayectoria. Puedes hacer una película a la que le puede ir bien, pero es un poco lo que le pasa al personaje de Ana, que tiene este éxito anterior pero vive de ese pasado y no ha podido sobresalir otra vez.

—¿Ana logra finalmente destacarse en estos episodios nuevos?

—Sobresale, pero con un proyecto que odia, donde además está siendo súper estereotipada, acartonada y la está pasando muy mal. Hay que tener cuidado con lo que uno desea, porque ese anhelo de ser reconocida que tenía en la primera temporada se le cumple, pero no como esperaba. Eso es lo que le pasa y por eso empieza a tener estas situaciones cómicas donde se porta súper mal y hace travesuras para que la despidan. Eso hace que sean muy simpáticas sus anécdotas y lo que le sucede.

—Más allá de esta comedia, ¿cómo es la imagen en Hollywood de una actriz latina hoy? ¿Hubo algún cambio en estos años?

—Para mí ha cambiado mucho. Cuando me fui a vivir a Los Ángeles, y de esto hace ya 17 años, tenías que estar allá para ir a las citas y reuniones presenciales. Recuerdo que cuando vivía en México mandaba videos en DVD por correo y llegaban como una semana después, y tenías que tener suerte para que el director de casting abriera tu audición y la vieran. Por eso te tenías que mudar a Estados Unidos. Ahora no es necesario y me encanta cuando veo compañeros que viven en México y les surgen proyectos en cualquier parte del mundo, porque puedes mandar tu audición desde un teléfono, y puedes vivir donde sea. Yo vivo en Los Ángeles hace mucho y tengo mi casa armada, pero puedo estar en cualquier lado y seguir trabajando.