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Acaba de llegar a Star +, "Life & Beth", una serie muy personal en la que comparte elenco con Michael Cera; además integrará el trío de anfitrionas en la fiesta del cine

Amy Schumer venía de un período de trabajo sostenido cuando se enteró que estaba embarazada. En 2018, y tras participar en series animadas como BoJack Horseman, Los Simpson y Family Guy y algunos films que no terminaron de conectar con la audiencia (Snatched, Sexy por accidente), Schumer se alejó de la comedia para vivir su embarazo sin el ruido externo.
Sin embargo, hubo algo que la hizo volver a sus rutinas de stand up. A través de hilarantes gags para su especial Growing (está en Netflix) supo canalizar lo complejo que fue el embarazo para ella. Con la tragicomedia como bandera, la actriz habló con candidez sobre cómo transitó la hiperémesis gravídica, una afección que le provocaba náuseas constantes y pérdida de peso, además de registrar en sus redes postales del puerperio que generalmente se archivan.
Al hablar de su experiencia, Schumer volvía a desmarcarse de la imagen ideal que se tiene no solo de una mujer embarazada sino de una mujer a secas. A fin de cuentas, estamos hablando de la creadora de uno de los shows televisivos más innovadores de los últimos años, Inside Amy Schumer, donde, en sintonía con lo que proponía Lena Dunham en Girls (en HBO Max y NSNow de Nuevo Siglo) se mostraba a una comediante haciendo uso de su cuerpo, poniéndolo en primer plano, para controlar su narrativa y quebrar paradigmas. Lo interesante de ese programa de sketches -estrenado en 2013, un año antes de Broad City, suerte de heredera de la creación de Schumer- era cómo su showrunner se sentía cómoda en lo tabú, y cómo les iba sacando las vendas a temáticas que preferían ser escondidas y que no estaban supeditadas a los vínculos sentimentales.
“Cuando estaba embarazada y pasé por esa etapa de reclusión, empecé a reencontrarme con mi yo adolescente”, cuenta Schumer en una entrevista con La Nación a propósito del estreno, por Star+, de Life & Beth, su nueva serie de 10 episodios. “Eso me condujo a ponerme a leer diarios íntimos y eso fue muy poderoso, podría decirse que fue la génesis de este proyecto”.
Ese viaje al pasado está efectivamente en una producción en la que Schumer vuelve a incomodar al poner en el centro a esa Beth del título, una mujer que recibe una trágica noticia, pero que no reacciona como la sociedad le pide.
El puntapié de su radical cambio de vida se produce como un acto de rebeldía y una respuesta ante el hastío por la mirada de terceros que buscan encasillar aunque no haga falta. La protagonista, en cambio, se resiste a las convenciones y rompe el molde con un viaje de autodescubrimiento (la serie tiene muchos flashbacks que explican cómo Beth se convirtió en la mujer que es) en el que conoce a John (Michael Cera), un hombre a quien quizá no le hubiese prestado atención en aquellos momentos de su vida en los que estaba presa del letargo.

Igual, cuando se habla con Schumer, que ha hecho cosas brillantes como la película Esta chica es un desastre (está en Netfllix) es inevitable preguntar cómo se está preparando para ser una de las anfitrionas de los Oscar. “Nunca tuve una audiencia tan grande. ¡Y por eso moría por hacerlo!”, dice.
—¿En qué momento comenzaste a concebir a Beth y a la serie en general?
—Mirá, estaba embarazada en ese momento, y venía de no descansar un segundo, pero el embarazo te hace parar y encontrar la manera de que entiendas que no podés seguir viviendo tu vida cómo era, además me hizo sentir bastante enferma. En ese momento me encontré con unos diarios que escribí de chica y tuve la oportunidad de volver a esa edad y a ese tiempo, a ser una adolescente, a revisitar lo traumático que es esa etapa, por todo lo que te pasa y cómo te afecta a futuro, cómo te moldea como persona. Me gustó empatizar con la Amy de esa edad por primera vez, tenía ganas de ponerle una manta y abrazarla (risas). Mi modo de hacer eso fue escribir esta serie, contar esta historia.
—¿Dejás un espacio para improvisar o te gusta ceñirte al guion?
—Estoy habituada a un ambiente donde había poca plata y había que tratar de aprovechar el tiempo al máximo como lo es el stand up, entonces estoy entrenada para respetar el guion a rajatabla y que entre todo el material de la mejor manera posible. Creo que tanto Michael como yo tenemos una fuerte base que respetamos y que nos gusta, pero al mismo tiempo después hay otro costado, ese en el que nos dejamos llevar un poquito. En este caso, agregamos alguna que otra cosa, me pregunto cuánto será lo que improvisamos... recuerdo que generalmente surgía al principio o al final de una escena.
—¿Cómo te estás preparando para conducir los premios Oscar y qué sentiste cuando te llamaron? ¿Qué fue lo primero que se te cruzó por la cabeza?
—Bueno, ya me habían pedido que conduzca entregas de premios, pero hubo algo que sucedió con la pandemia, algo que pasó en este momento que me generó ganas de actuar y trabajar en mi rutina, en conectar todos mis chistes con los de Wanda (Sykes) y Regina (Hall). Pero al principio pensé: “¿Debería hacer esto?” y le pregunté a mi esposo y dijimos “¡Adelante!”. Había que hacerlo, divertirse, así que veremos cómo sale, es un escenario enorme, pero tengo muchas ganas, estoy muy entusiasmada.