Seregni visto a través de los ojos de Lilí, su viuda

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MATÍAS CASTRO

Mañana se estrena un peculiar documental uruguayo. "La mañana siguiente", de Gonzalo Regules, se enfoca en Lilí Lerena, viuda de Líber Seregni, en la noche del 31 de octubre de 2004, cuando la izquierda ganó las elecciones nacionales.

La mañana siguiente no es exactamente un film sobre Seregni, líder fundacional del Frente Amplio, sino más bien sobre su ausencia el día en que su partido llegaba al poder tras varias décadas de vida. Prácticamente todo está contado a través de la mirada de Lilí Lerena, que en ese momento era viuda desde hacía tres meses. "Para mí hubiera sido fácil recurrir a personajes conocidos para que me contaran sobre la historia de Seregni", cuenta Regules, que a sus 32 años debuta en la dirección tras desempeñarse como asistente de dirección en comerciales durante años. "En mi trabajo primó la intención de hacerme yo mismo una idea. Yo no conocía a Lilí, a Seregni ni a la historia del Frente Amplio. Todo eso me ayudó a hacer este documental sin prejuicios", cuenta.

La forma en que se acercó a su historia fue vertiginosa y en algunos aspectos inesperada, aunque luego le haya tomado cuatro años llegar al estreno en cines. A Regules le interesaba el documental, aunque no contaba con un proyecto concreto a los 28 años, el día en que el Frente Amplio hacía su acto final de campaña. Era un miércoles, cuenta el realizador, y estaba trabajando en el rodaje de un comercial. Cuando terminó tomó un taxi y se encontró con un taximetrista conversador. Cierto comentario que le formuló le hizo tomar conciencia de que si la izquierda ganaba las elecciones, cuatro días después, sería un momento histórico que necesitaba ser registrado de algún modo.

La primera idea que tuvo fue hacer algo sobre Líber Seregni. Pero no tenía cámara filmadora en ese momento, por lo que tuvo que conseguir una. En esos días tan agitados no había político ubicable para plantearles entrevistas. A continuación pensó en su viuda como objeto de su retrato. La llamó ese viernes, cuarenta y ocho horas antes de las elecciones. Lilí se negó al comienzo, pero Regules no abandonó su idea. Por eso el mismo domingo fue hasta la casa de ella y se quedó en su puerta varias horas. "Desde temprano había mucha gente caminando y festejando por anticipado en 18 de Julio, y yo estaba ahí esperando con la cámara", cuenta.

Finalmente lo dejaron pasar, más convencidos por su idea de que quería hacer un registro del momento y su propuesta de no interferir en nada, solamente quedarse en un rincón con la cámara prendida.

"Una vez que tuve el material filmado esa noche, vi que era impresionante pero que no era suficiente para armar una historia", cuenta. Por eso mismo el siguiente paso fue investigar en bibliotecas. Además de leer mucha bibliografía sobre Seregni y el Frente Amplio, leyó también los libros que leía el político y los documentos que escribió. "Su libro de cabecera era El arte de la guerra, y te das cuenta que lo cumplió punto por punto", comenta.

También leyó lo que leía Lilí, que se definió como "una mujer invisible" tras Seregni. El documental de Regules apunta a formar su retrato a partir de esta idea. De hecho, cuenta, luego de hacer el montaje descubrió a Lilí en una de las escenas que había incluido, una filmada en un acto de 1981. Seregni no hubiera hecho muchas cosas de no ser por Lilí, afirma el director a la hora de comentar el peso que esta mujer invisible tuvo en su vida.

Luego de filmar todo su material y también de investigar lo suficiente en libros, Regules se abocó al montaje de la película. En el proceso se le rompió el disco duro de su computadora dos veces, cosa que lo demoró más de la cuenta. A pesar de eso logró terminar su película y llevarla a los cines a partir de mañana.

Gonzalo Regules dice que fue autodidacta durante parte del proceso de armado de su película. Había estudiado en la Universidad ORT, pero no tenía formación en dirección de documentales. A mitad del proceso de armado decidió tomarse un "año sabático" y hacer una maestría en documentales en Maine, Estados Unidos. Allí llevó parte de lo que tenía filmado de La mañana siguiente como muestra de lo que estaba haciendo y se sorprendió al descubrir que colegas de otros países entendían de qué hablaba la película, a pesar de no conocer la realidad política del país. A su regreso, con las ideas claras tras sus estudios e intercambios, terminó el montaje de la película en dos semanas.