La primera película conocida de Alfred Hitchcock será proyectada por primera vez hoy en Los Ángeles, después de ser descubiertas en Nueva Zelanda unas latas que conservó un proyeccionista en contra de lo acostumbrado en los años veinte.
En un refugio de jardín de Hastings, en la isla norteña de Nueva Zelanda, llevaban olvidadas decenas de años los tres primeros rollos de The White Shadow (La sombra blanca), filmada en 1923. También se han descubierto allí centenares de películas mudas como esta.
La colección fue reunida por Jack Murtagh, un proyeccionista descrito como "un coleccionista inveterado" por el director de los Archivos del Cine de Nueva Zelanda, Frank Stark. Trabajaba en el cine de la ciudad la primera mitad del siglo XX.
Incapaz de tirar los rollos que pasaban por sus manos, Jack Murtagh, fallecido en 1989, los conservó y de esta forma legó a los Archivos un verdadero tesoro sobre los principios de Hollywood.
El año pasado, los archivistas habían localizado una película de John Ford que se daba por desaparecida, Upstream.
La sombra blanca, un melodrama de atmósfera salvaje que cuenta la historia de dos hermanas, una angélica y la otra rebelde y desvergonzada, fue dirigida oficialmente por el británico Graham Cutts, pero Alfred Hitchcock trabajó en ella como guionista, decorador, montador y asistente. De hecho se ve tanto su estilo que está considerado el director real. Tenía entonces 24 años.
La película se proyectará este jueves en la Academia de Artes y Ciencias del Cine, que organiza la entrega de los Oscar, como lo fuera Upstream hace un año. Para Frank Stark, el descubrimiento de las películas de Hitchcock y Ford representan una ocasión de oro para estudiar los inicios dos directores legendarios.
Estas películas "fueron rampas de lanzamiento para unas figuras del cine mundial. Los especialistas reconocerán con los ojos vendados la mano de estos maestros", declaró Stark. "Un tesoro cinematográfico como este solo se podía encontrar en Nueva Zelanda, a 11.000 km de Hollywood", explica también. En esa época, un número limitado de copias circulaba en el extranjero, y Nueva Zelanda quedaba al final de la carrera.
"Cuando los películas llegaban aquí, se encontraban al final de su recorrido de distribución", agrega Stark. La consigna de los estudios era tirar los rollos porque no podían pagar para recuperar estas películas con las que no sabían qué hacer. Jack Murtagh y otros prefirieron guardarlas.
El clima seco y templado de Hastings ha permitido conservar más bien en buen estado las películas de la época, copias de nitrato, muy frágiles y extremadamente inflamables. Fueron restauradas en el estudio Park Road del director neozelandés Peter Jackson (El Señor de los anillos) y copiadas en soportes actuales. Según Stark, la mayoría de las películas conservadas por Jack Murtagh venían de Estados Unidos. Pero quedan películas europeas, legadas a los Archivos por otros coleccionistas, que todavía no han sido examinadas y podrían aparecer más tesoros.
(BASADO EN AGENCIAS)