Se estrena Madame Bovary adaptada a la escena

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CARLOS REYES

Un grupo de estudiantes del Instituto de Actuación de Montevideo (IAM) presenta desde mañana el examen final de la carrera de arte escénico. Y lo hace con una puesta de un clásico de la literatura francesa: la novela Madame Bovary, de Gustave Flaubert. Adaptada al escenario por Ana María Bovo, va los viernes a las 21 horas en Espacio Palermo (en Isla de Flores 1627, tel. 4186867).

Para llevar ese texto brillante al escenario, Bovo creó una situación ficticia: un grupo de coristas se encuentra con el director para un ensayo de una ópera, situación que articula ambos relatos. Por esa vía, nueve actores (ocho mujeres y un varón), se relatan entre ellos las desventuras de la joven esposa del doctor Bovary, en una dinámica que se proyecta a la platea para incluir a los espectadores. Los personajes de la ópera (Lucía de Lammermoor, de la que Emma Bovary fue espectadora) se colarán en la pieza de Flaubert, jugando con los cruces y sentidos.

De ese modo, la adaptación buscó trabajar sobre los ejes de la novela, procurando además ser fiel al texto: para eso se conservaron algunos pasajes en francés, apostando así a la musicalidad de ese idioma. La versión también trabaja sobre el concepto de narración oral como hecho teatral, multiplicando de esa manera el juego de referencias.

Ese material pasó por las manos del director Agustín Maggi, sumándose al equipo Mercedes Willat en calidad de vestuarista. La indumentaria, de época, subraya cierto naturalismo de la dirección, con colores de tono pastel que fueron tomados de la propia novela. El uso del corsé y demás prendas ayuda también a la expresión corporal, remarcando los talles marcados y los hombros caídos.

En cuanto a la escenografía, se trabajó un espacio único, intimista, con el público integrado al lugar de las acciones, y con distintos planos de profundidad para permitir el mayor aprovechamiento del escenario. El despojamiento procura subrayar el uso de un espacio no convencional, junto a un concepto de utilería mínima y una iluminación que apunta a los contrastes.

Agustín Maggi (1960) formó parte del elenco estable de La Gaviota, trasladándose luego a Buenos Aires, donde trabajó junto a China Zorrilla. Desde su regreso a Montevideo ha desempeñado una carrera teatral que incluye títulos como "Esquina peligrosa", de J. B. Priestley, "Queridos hombres", de Ivan Menchell, y "Servicios útiles para la mujer y el hombre", de Marcelo Ramos, entre otros montajes.