MADRID EFE
Siempre tuvo incondicionales y detractores, pero todos en algún momento hubieran deseado estar en los zapatos del cantante ítalo-belga Salvatore Adamo quien, más de cuarenta años después de haber estado en el tope de las listas de éxitos, consiguió enfervorizar al público la noche del lunes en Madrid. Enfundado en un traje negro y con la elegancia y el porte en el escenario de épocas pasadas, apareció Adamo con C`est ma vie tras la que se disculpó por la ausencia en Madrid por "demasiados años".
El concierto duró más de una hora y media ante un público maduro, que pudo disfrutar de lo que había ido a buscar: éxitos como Tu nombre, Un mechón de tu cabello o Louise, entre otras, que sus seguidores recibían con aplausos una a una, seguidos de un murmullo que recordaba al compañero de qué tema se trataba. Peinando canas y con sonidos y formas de otros tiempos, el cantante también lució ese atractivo que hacía suspirar a muchas, y que anoche no dudaron en acercarse al escenario para entregarle un obsequio y estrecharle la mano. Ramos de flores, cartas, paquetes y hasta un foulard, que el cantante no dudó en enroscarse al cuello, fueron apareciendo ritualmente al final de cada canción.
Estaba claro que su público le recordaba, y mucho, pero por si quedaba alguna duda se encargarían de despejarla en la segunda parte del recital que Adamo comenzó en francés y acompañado solamente de un piano con Le monde a mal, un tema que lo distancia de sus habituales baladas y se puede definir como de canción-denuncia. Después llegarían temas más populares como En bandolera, Las chicas de la playa o Cae la nieve -canción que le dio la fama mundial a finales de los años sesenta-.
Para el final Adamo había guardado un as para los nostálgicos, que puso sobre la mesa con La noche, siguió con Mis manos en tu cintura y se desbordó con "Mi gran noche" tema con el que culminó su reencuentro con Madrid.
Un pasado brillante
Salvatore Adamo, nació en Sicilia, en 1943. A los cuatro años su familia se trasladó a Bruselas. Su primer suceso fue Sans toi, ma mie (1963) en Bélgica. El álbum de debut, 63/64 lo transforma en una celebridad internacional. En 1965 conquistó París y el resto del mundo. En la década del 70, fue el artista que más discos vendía en el mundo entero después de The Beatles.