Rostropovich: no sólo violonchelista virtuoso

HUGO GARCIA ROBLES

La reciente muerte de Mstislav Rostropovich significa bastante más que la pérdida de un virtuoso del violonchelo sin rival y, al mismo tiempo, un director que desde 1968 ocupó muchas veces el podio de orquestas de primer nivel. En un comienzo, como batuta al servicio de la ópera del Bolshoi, en versiones de Eugenio Onegin o de Tosca.

Según el Grove`s su debut en Inglaterra como director se produjo con la New Philarmonia Orchestra, en el Festival Hall en 1974. Según parece su pasión y flexibilidad en el fraseo distinguían sus interpretaciones con el costo de cierta imprecisión en la masa orquestal.

Había nacido en Bakú en 1927, en el seno de un hogar musical, de modo que recibió de sus padres las primeras lecciones. Su madre era una pianista cumplida y su padre, alumno de Pablo Casals en el violonchelo, distinguido ejecutante de este instrumento y profesor del mismo en el Instituto Gnessin de Moscú. En esta casa de estudios se formó Rostropovich con Kozolupov en el "cello", con Shostakovich y Shebalin en composición. Graduado con las más altas calificaciones, llovieron luego sobre él otros reconocimientos como la Medalla de Oro de la Royal Philarmonic Society en 1970 y cinco años más tarde Doctor en Música por Cambridge.

Se sabe menos, en cambio, que fue también un excepcional pianista, acompañando los recitales de la soprano Galina Vishneskaya, con quien finalmente se casaría en 1955. En cuanto a su carrera de director es conveniente recordar que con la London Philarmonic, de la que fue habitual director, grabó un celebrado ciclo de las sinfonías de Tchaicovsky y el primer registro de la ópera de Shostakovich Lady Macbeth de Mtsenk.

En 1970 Rostropovich dirigió una carta abierta a los periódicos soviéticos más importantes que, por supuesto, no la publicaron, apoyando a Solzhenitsyn y protestando contra las limitaciones de la expresión cultural. En 1974 fue autorizado a dejar Rusia con su familia. Muchas obras con "cello" solista le fueron dedicadas por compositores como Khachaturian, Glier, Myaskovsky, Prokofiev y Shostakovich.

En 1975 pudo adquirir el violonchelo "Duport", un Stradivarius de 1711, que estaba en perfectas condiciones salvo por la marca de un golpe en la parte inferior, provocado involuntariamente por el emperador Napoleón, quien quiso examinar el instrumento después que Duport tocó para él.

En el perfil general de su talento, al margen de su valentía cívica en la defensa de los valores de la libertad artística, su virtuosismo era completo. No sólo dominaba la técnica de ejecución sino que el tono de su sonido era pleno en todos los registros, esto se notaba en su juego "sul ponticello" o los "pizzicatti", donde era capaz de lograr los matices de un laúd o el volumen sonoro de un contrabajo.

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