LYON, FRANCIA | El tenor mexicano Rolando Villazón debutó como director en la noche del lunes en la Ópera de Lyón, con una puesta en escena clownesca de Werther, un héroe trágico que ha encarnado a menudo.
Un año después de la creación de este Werther de Massenet por el cineasta francés Benoît Jacquot en la Ópera Bastilla de París, Rolando Villazón intenta, a sus 38 años, dejar su impronta en un drama inspirado en la novela de Goethe y creado por primera vez en Viena en 1892. Novel en materia de dirección de actores, tiene a su favor que conoce la obra desde dentro, como cantante, por haber dado vida a Werther en una producción de Jurgen Rose en Munich, y que interpretó en marzo de 2009 en la Ópera Bastilla, en Francia.
Asistido en "la puesta en movimientos" por Nola Rae, payaso y mimo londinense, el tenor mexicano introduce un sorprendente universo de payasos en este drama del amor insatisfecho que concluye con el suicidio del joven Werther.
Un payaso triste, personaje mudo, parece encarnar al doble simbólico de Werther, interpretado por otro mexicano, el tenor Arturo Chacón Cruz, vestido con la misma levita amarilla que él y encerrado en una jaula de pájaros de talla humana.
Además de los payasos, la introducción de un personaje de niño, también mudo, doble del personaje principal que lo sigue en el escenario a lo largo de los tres actos, vestido de amarillo, constituye la otra opción notable de puesta en escena. Esto da pie a escenas hermosas como la que cierra el primer acto, cuando Werther declara su amor a Charlotte mientras al fondo del escenario se destaca la silueta de su doble infantil, encorvado sobre una flor.
Mal servido por un decorado bastante feo de hierro forjado de color blanco, el simbolismo de Villazón resulta por momentos pesado, como el uso de trazo grueso que hace de la jaula de pájaros, símbolo de las cortapisas sociales que impiden que se amen los protagonistas y Charlotte (la mezzo-soprano Karine Deshayes) se tenga que casar con otro. La puesta en escena del tercer acto, que acaba con el suicidio de Werther, era un reto para Villazón en esta ópera, cuya dirección fue confiada en la ciudad francesa de Lyón al autríaco Leopold Hager. "La idea... nació cuando yo cantaba mi primer Werther en Niza en 2006. Me divertía imaginar cómo haría el último acto. Es un acto dramático, relativamente difícil de escenificar. No tenía ninguna intención de interpretarlo, solo quería imaginar cómo lo haría. Y todo nació a partir de ahí", explicó.
Revelado en Salzburgo en 2005 junto a la soprano rusa Anna Netrebko en La Traviata antes de verse perjudicado en 2009 por una operación de las cuerdas vocales, Villazón protagonizó un retorno triunfal en Viena en marzo de 2010. El próximo mes de mayo, sucederá al tenor Jonas Kaufmann en Londres para encarnar a Werther en la puesta en escena de Benoît Jacquot. AFP