FABIÁN MURO
Vernon Reid, el guitarrista de Living Colour, se levanta temprano. Por teléfono y desde su casa en Nueva York, Reid comenzó a hablar para El País sobre el concierto que la banda realizará mañana en el Plaza.
Son las ocho de la mañana en la Gran Manzana, pero Reid ya se levantó hace un buen rato. Ya estuvo tocando un poco la guitarra y también prendió las computadoras que tiene para concluir los procesos necesarios para sus proyectos de animación y arte digital.
A medida que los demás integrantes de la familia Reid se van levantando, él los saluda y les explica que está haciendo una entrevista para Uruguay: "Cuando estuve hace dos años con los Yohimbe Brothers, me llevaron a ver y escuchar candombe, algo que me gustó mucho. Me pareció también fascinante que eso se diera en la calle, que hubiese percusión callejera. Es lo que más recuerdo del país, porque sólo estuve dos días".
VÍVIDOS. Reid es el virtuoso y ecléctico guitarrista de Living Colour, una banda que saltó a la fama durante la segunda mitad de los años ochenta con una mezcla bastante enérgica de rock duro y funk, expuesta principalmente en sus seis cuerdas y sobre una poderosa y ajustada sección rítmica.
El primer disco de Living Colour, Vivid, salió en 1988, cuatro años después de la formación. Con temas como Cult of personality y una gira abriendo los conciertos de los Rolling Stones, el grupo se hizo un lugar entre los más populares de esa época. A las ventas de discos se sumaron premios como el Grammy, y Living Colour pintaba para convertirse en una banda de grandes dimensiones.
Sin embargo, los cuatro músicos no siguieron el camino más o menos previsible para permancer en la corriente principal del pop y el rock. Reid, Will Calhoun (batería), Corey Glover (voz) y Doug Wimbish (bajo) siguieron explorando distintos estilos, experimentando con libertad, en una actitud poco complaciente con la industria musical y también con las expectativas de los fanáticos, algunos de los cuales querían seguir escuchando variaciones del riff de guitarra de Cult of personality.
Luego del éxito comercial del primer disco, Living Colour fue desapareciendo de las listas de venta y de los espacios más destacados en los medios de comunicación. Hasta que los músicos se separaron y siguieron caminos diferentes. Hace unos años, los cuatro decidieron probar una vez más con la fusión entre los más disímiles estilos.
"Cuando uno toca en un grupo identificado como `heavy metal`, como Living Colour, hay un montón de convenciones para seguir. Tiene que tocar la guitarra de determinada manera, vestirse de un modo particular, actuar en vivo de una forma más o menos codificada previamente. Nosotros no hicimos eso, porque vengo de un lugar ligeramente distinto, tengo una historia musical algo diferente a la de la mayoría de guitarristas de rock y metal de esa época, o los actuales. Los grupos que me influenciaron a mí eran únicos, muy particulares en su música o su manera de pararse en un escenario, como Black Sabbath. O King Crimson. O Parliament/Funkadelic. Incluso grupos dentro del heavy metal que me gustan mucho, como AC/DC o Uriah Heep, son bien diferentes entre sí", explica Reid.
El guitarrista sostiene que la música es un mundo de posibilidades. Que aunque eso suene a frase hecha, realmente lo cree. "Aún cuando esas posibilidades no sean las más previsibles, o las más obvias, a veces hay que ir por esos caminos. Pero no se trata de ser diferente sólo por el hecho de serlo, no intento empaquetarme para la venta, ni como una cosa ni como otra".
INFLUENCIAS. Reid reconoce que esa actitud puede dificultarle la tarea a quienes etiquetan la música, pero no se queja. "Es cierto que a algunos puede desconcertarle que en un momento seamos un grupo de rock pesado y en otro uno de funk, o rock alternativo. Pero eso no es un problema, al menos para mí. No es un problema para un grupo como Red Hot Chilli Peppers, ¿no? En realidad, me cansa un poco todo este discurso de los metaleros y sus convenciones. Uno se mete en el rock para zafar de los trabajos de 9 a 5, para escaparse de una vida como un robot y luego, cuando la banda alcanza el éxito, queda atrapada en esas convenciones, no tiene mucho sentido".
El último disco de Living Colour, CollideØscope, data de 2003 y sigue mezclando el rock más duro y guitarrero con los ritmos afroestadounidenses, como el funk y el hip hop. Y tiene dos covers: Back in black, de AC/DC y Tomorrow never knows de los Beatles. "La canción de AC/DC ya tendríamos que haberla grabado hace mucho tiempo. Por hache o por be, nunca lo hicimos y me arrepentí tanto que, bueno, me saqué el gusto en CollideØscope. Y Tomorrow never knows...¿hay algún modo de eludir a los Beatles cuando uno toca en una banda de rock? Para mí no. Fueron tan radicales, cambiaron tanto en tan poco tiempo, que siguen siendo una fuente de inspiración".
El show de mañana en el Plaza recorrerá los repertorios de los cuatro discos de estudio (Vivid, Time`s Up, Stain y el más reciente) y Reid promete una experiencia única. "No somos mejores ni peores que otros. Pero sí somos únicos. No nos parecemos a nada".
Un guitarrista con apetito voraz por toda la música
Aunque habla pausado y da la apariencia (al menos por teléfono) de ser un tipo bastante sereno, Reid es un hiperactivo musical. Además de integrar Living Colour, Reid también da rienda suelta a sus ganas de experimentar en otros proyectos.
Hace un par de años Reid llegó a Montevideo junto a DJ Logic (foto), como parte del combo Yohimbe Bros., un conjunto que integra la guitarra rockera con los "scratchs" y los ritmos de un discjockey de hip hop, acompañados por cantantes, tecladistas y percusionistas. Hasta la fecha, el colectivo, que se presentó en la capital uruguaya como parte del Jazz Tour, tiene tres títulos en su discografía: Front end lifter, The tao of Yo y The remixes.
El propio Reid tiene dos discos como solista -Mistaken identity (1996), Known unknown (2004)- y uno como líder de un grupo bastante menos conocido que Living Colour: Masque. El álbum se llamó Other true self y salió a la venta el año pasado.
También ha grabado discos específicamente pensados como un encuentro entre dos guitarristas de peso, como el Smash & Scatteration de 1984, junto a Bill Frisell, otro guitarrista que estuvo en Montevideo como parte del Jazz Tour.
Pero el grueso de las grabaciones de Reid están en el rubro "sesionista". Gracias a su destreza y su eclecticismo en gustos, Reid le ha sacado muy buen partido a su instrumento.
Ya sea en un escenario o en el estudio de grabación, la guitarra de Reid ha acompañado a artistas tan variados como The Roots, Mick Jagger, Public Enemy, Mariah Carey, Tracey Chapman, Ronald Shannon Jackson Santana, B.B. King, Jack Bruce y DJ Spooky, entre muchos otros.
También fue, en los primeros años ochenta, fundador de la Black Rock Coalition, organización que busca derribar el prejuicio que los músicos afroamericanos sólo pueden tocar hip hop o R&B (por Rhythm & Blues).
"Mis maestros fueron Carlos Santana y Jimi Hendrix"
Es conocido como uno de los mejores guitarristas de rock de los últimos tiempos y sus dedos vuelan sobre las cuerdas en escalas raras y acordes imposibles. Gente como Reid son como mandados a hacer para aparecer en votaciones como "Los 10 Mejores Guitarristas Del Año". Y efectivamente, su apellido ha figurado en algunas de esas votaciones que los fanáticos y entendidos del principal instrumento del rock envían a revistas y publicaciones especializadas. "He estado en algunas, pero no gané muchas de esas votaciones, la verdad. No me preocupa mucho. Cuando recién salimos, la gente se preguntaba `¿Qué hace? ¿Cómo lo hace?` Porque mi estilo mezclaba cosas de free jazz con el blues y el heavy metal. Y es lindo que te reconozcan como buen instrumentista. Pero no es lo más importante", dice y señala que, en lo que hace a la guitarra, son dos los nombres que fueron los responsables de que eligiera la guitarra: "Santana y Jimi Hendrix. Ellos fueron la razón para que yo empezara a tocar este instrumento".