Rescatando una experiencia de vida

| El actor de "El embajador del miedo" se ubica ahora tras la cámara con "Una vida iluminada"

EXISTENCIAL. Como ser judío, ucraniano y norteamericano: Liev Schreiber dirige. 200x150
EXISTENCIAL. Como ser judío, ucraniano y norteamericano: Liev Schreiber dirige.

Cindy Pearlman | Servicio exclusivo "Hollywood Watch"/The New York Times

Liev Schreiber declara: "No llegué a conocer a mi abuelo hasta que él tenía más de 70 años". Y añade: "Siempre tuve curiosidad por la historia de mi abuelo. ¿Cómo habría sido su vida de joven?"

El debut de Schreiber como director, Una vida iluminada, que se estrena en Montevideo el próximo viernes, es acerca de la búsqueda que emprende un joven para hacer luz sobre la vida de su abuelo y, en ese proceso, sobre la suya propia. Schreiber también escribió el libreto, basado en la aclamada novela de Jonathan Safran Foer, que ha sido un éxito de librería. Narra la historia de un estudiante universitario estadounidense (Elijah Wood) que viaja a Ucrania con un guía (Eugene Hutz) para encontrar a la mujer que salvó a su abuelo de los nazis.

AUTOBIOGRAFIA. "La muerte de mi abuelo me lanzó a una travesía en la que me empecé a preguntar qué significaba ser estadounidense, judío y de ascendencia ucraniana," dice Schreiber. "Esta es una historia enormemente personal para mí. Sentía que tenía que terminar esta película. Tenía que verla hasta el final."

"Si no fuera tan importante para mí y para mi familia, no la habría hecho", agrega Schreiber, entrevistado por teléfono desde su sala de edición en Manhattan, donde estaba trabajando en la música para la película. "Yo ya acabé, pero hoy vine a revisar la mezcla sonora. En realidad, uno nunca acaba."

La película llegará a los cines en un excelente año para Schreiber, que recibió un premio Tony por su interpretación en Broadway del tiburón inmobiliario Richard Roma, en la obra Glengarry Glen Ross, de David Mamet. A esa actuación le siguió un papel estelar en la película El embajador del miedo (2004), al lado de Denzel Washington.

Durante cuatro meses, hasta que terminó Glengarry Glen Ross el 28 de agosto, Schreiber trabajó en Una vida iluminada al tiempo que se presentaba en escena.

"Fue un tiempo muy surrealista," dice el director, de 2 metros de estatura. "Me despertaba a las 8 de la mañana para ir a la sala de edición. A la una de la tarde me iba al teatro a hacer la primera función y después descansaba. Luego regresaba al teatro para la función de la tarde y después había que regresar a la sala de edición hasta alta horas de la noche."

"Había días en que no entendía por qué alguien haría algo tan estúpido como eso. Tomar algo que tenía tanto significado para mí y combinarlo con la ansiedad no era una sensación placentera."

Sus años de experiencia como actor de cine y teatro en nada le facilitaron las tareas de dirección.

"Honestamente, dirigir fue bueno los primeros cinco minutos," dice Schreiber, de 37 años de edad. "Me sentaba en una silla de lona con un café con leche y pensaba: ‘Esto es vida.’"

Después lo alcanzó la realidad.

"Pensé que había absorbido tanto como actor, que eso se traduciría en la dirección," afirma. "Pero como actor no me daba cuenta de que hay muchas presiones en el director. Debe terminar la jornada, lograr las actuaciones y después está la enorme presión para terminar."

Una travesía en busca de respuestas

"Me encantó el proceso de escribirla", agrega, "pero el aprendizaje sobre la realización cinematográfica en sí fue mucho más pesado de lo que pensé. Estoy muy orgulloso de haber terminado la película. Me alegra haber sobrevivido."

Schreiber llegó a este proyecto por un camino sinuoso. Le habían pedido que hiciera una lectura de otra obra de Foer. En ese tiempo, él estaba trabajando en un guión sobre un hombre que trata de averiguar sobre la vida de su abuelo. Sin embargo, después de leer la novela de Foer, decidió que mejor quería adaptarla para la pantalla.

Dada su dislocada historia personal, Schreiber pudo identificarse con el relato de un joven que quiere resolver misterios del pasado de su familia. Nacido en San Francisco, él pasó sus primeros años en Canadá. Cuando tenía cuatro años, su madre, que era pintora, se divorció de su padre, el actor de teatro Tell Schreiber. Se fueron a vivir al Lower East Side de Nueva York, donde ella conducía un taxi para complementar sus ingresos. Después de esta mudanza, Schreiber rara vez veía a su padre, pero su abuelo materno —que murió en 1993— le ayudó a llenar ese vacío.

Atraído al teatro, Schreiber empezó a actuar en obras de la escuela y después en el Hampshire College de Amherst, Massachusetts, y la Escuela de Teatro de Yale en New Haven, Connecticut. Después de graduarse en 1992, pulió sus habilidades en un papel dramático tras otro, entre otros, una media docena de producciones de Shakespeare en el Public Theater de Nueva York.

Entre sus primeros papeles en la pantalla hubo tres películas independientes en 1996: Walking and Talking, The Daytrippers y Big Night. Atrajo la atención de la crítica con su impetuosa representación de Orson Welles en la película RKO 281 (1999) de HBO, que le valió una nominación al Emmy, y con su orgulloso Laertes, junto con Ethan Hawke en Hamlet (2000).

Pero lo que lo convirtió en estrella fueron trabajos decididamente más populares: Scream (1996), Scream 2 (1997) y Scream 3 (2000).

Y Schreiber se dedicará a la actuación en el futuro próximo. No tiene planes de volver a dirigir por lo pronto.

"La verdad es que Una vida iluminada me mandó al asilo de pobres," dice Schreiber. "Y además está mi hábito del teatro, que también me cuesta. Entre esas dos cosas, definitivamente era hora de hacer otro trabajo industrial que me pusiera en condiciones de volver a escribir el próximo año."

SATANAS. Ese trabajo de carácter más popular es The Omen 666, ‘remake’ de la película de horror de Richard Donner de 1976 La profecía, sobre un hombre que se da cuenta de que su joven hijo es el diablo. Esta nueva versión está programada para estrenarse en Estados Unidos el 6 de junio de 2006, es decir, el 6/6/06.

Aunque Schreiber admite que las consideraciones financieras lo motivaron para hacer esa película, él señala que el film también tiene un excelente reparto, en el que figuran Mia Farrow y Julia Stiles, quien interpreta a la esposa del personaje de Schreiber.

La perspectiva de asumir un papel ya desempeñado por Gregory Peck es intimidante, pero Schreiber piensa que el momento es oportuno para esta nueva versión.

"Esta película se cuestiona si las tragedias y desastres que ocurren se deben al hombre, o si en conjunto representan algo malvado", afirma Schreiber. "El miedo tiene un poder tremendo ahora, tanto en lo social como en lo político. ¿Qué puede ser más relevante que la ansiedad ante lo desconocido?"

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