Reencuentro con un gran músico

HENRY SEGURA

Hacía treinta y cuatro años que no pisaba un escenario de Francia, pese a ser una celebridad. Michel Polnareff tuvo que hacer el camino inverso al de Roman Polanski, cuando en 1973 descubrió que su asesor financiero lo había estafado y que entre las deudas figuraba una cifra excepcional que debía pagar al fisco. En aquel momento le fue imposible cumplir con esas obligaciones, de manera que, envuelto en un escándalo, decidió partir hacia los Estados Unidos. Antes de pisar suelo americano, Polnareff hizo un último recital europeo en Bruselas, 1975.

Entre aquella partida y la actuación del pasado viernes que conmovió a los parisinos, Polnareff había realizado una aproximación al suelo francés pero sin pisar ningún escenario. Fue en 1989 cuando volvió a París y se encerró durante 800 días en el lujoso hotel Royal Monceau, con la intención de preparar su disco Kama Sutra. No vivía precisamente días de gloria y reencuentro, porque ese hijo de un compositor ruso que escribiera temas para Edith Piaf, estaba sepultado en la depresión y el alcoholismo.

De manera que aquel episodio no sirvió para que el cantante se reencontrara con su público. Eso fue lo que ocurrió recién el viernes pasado cuando a los 62 años dio un recital en el polideportivo Paris-Bercy ante 15 mil personas que pagaron entradas de hasta 140 euros. Entre el público figuraba mucha personalidad pública, empezando por el primer ministro Dominique de Villepin, los cantantes Patrick Bruel y Laurent Voulzy y los cineastas Alain Corneau, Nadine Trintignant y Robert Hossein.

Este nuevo comienzo de quien en su momento fue, junto a Serge Gainsbourg, de los pocos músicos franceses capaces de rivalizar con los anglosajones, seguirá ahora por un circuito de quince ciudades francesas.

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