YAFA (ISRAEL) | AP - BEN HUBBARD
Hay una buena razón por la que la película israelí postulada al Oscar a mejor película extranjera tenga un sabor auténtico: está protagonizada por actores aficionados cuyas vidas reales son casi un calco de las vidas que interpretan.
Es una película sobre la vida de árabes y judíos en un barrio pobre de Yafa, puerto del Mediterráneo.
Una actriz cuyo marido fue asesinado por una pandilla personifica a una mujer cuyo hijo muere del mismo modo. Un policía es interpretado por un ex policía israelí en la vida real. Y la semana pasada, dos hermanos de uno de los directores del film fueron arrestados por una riña con policías que fue idéntica a una escena de Ajami.
La realidad que presenta el film es más grande incluso que la de ¿Quién quiere ser millonario?, que se llevó el Oscar a la mejor película el año pasado y que incluye entre sus protagonistas a dos niños de un barrio de emergencia de la India. Los directores -Yaron Shani, judío, y Scandar Copti, árabe- filmaron Ajami en el barrio humilde del mismo nombre en Yafa. Muchos de los actores residen allí y varios de ellos son amateurs. El propio Copti es de Ajami.
El arresto de los dos hermanos de Copti, uno de los cuales actuó en el film, encajaría perfectamente en la película. Los residentes dicen que el sábado por la tarde dos adolescentes que estaban enterrando un perro muerto fueron interrogados por la policía, que pensó que estaban escondiendo drogas. Los vecinos, que desconfían de la policía, comenzaron a forcejear con las autoridades.
Tony Copti, de 29 años y quien actuó en la película, declaró que la policía con frecuencia hostiga a los residentes árabes. Él y su hermano Jiriass fueron rociados con gas pimienta, esposados y llevados a una comisaría para ser interrogados. La policía indicó que fueron liberados al poco tiempo y que habían sido detenidos por agredir a los agentes.
El incidente se asemeja a otro de la película, en el que un policía intenta arrestar a un traficante de drogas en Ajami y los vecinos intervienen, permitiéndole escapar. En la escena siguiente, policías judíos dicen que los vecinos impidieron el arresto. "El episodio refleja lo que sucede en la vida real en Yafa``, declaró Tony Copti.
Yafa es un antiguo puerto, fundado en el siglo VIII antes de Cristo, que hoy es parte del área metropolitana de Tel Aviv. Muchos residentes árabes se tuvieron que ir al crearse Israel en 1948. En la actualidad hay unos 14.000 árabes y 40.000 judíos y abundan los sectores pobres, donde hay mucha delincuencia y drogas.
DUPLICADOS. En la película, un joven árabe acepta a regañadientes vender drogas para pagar una deuda. Un policía judío cuyo hermano ha desaparecido tiene roces con los residentes árabes. Un niño palestino trabaja ilegalmente en Israel para pagar las deudas del hospital de su madre. Un hombre cristiano le prohibe a su hija casarse con la persona que ama, un musulmán.
El film costó un millón de dólares y recibió una mención especial en el festival de Cannes el año pasado. Para seleccionar los actores, los directores hicieron talleres en los que buscaron personajes para cada papel: uno para encontrar alguien que pudiese pasar por un policía judío, otro para hallar una madre árabe, y varios más.
La idea era que la gente que revive experiencias personales resulta mucho más auténtica que los actores profesionales, indicó Shani. "Se olvidan de que todo es ficción y se meten en la historia. Le ponen mucho sentimiento``, comentó.
Al menos dos policías judíos de la película fueron policías israelíes en la vida real y uno de ellos trabajó en Yafa. Otros actores están relacionados un poco más indirectamente con ese mundo. El joven que trabaja ilegalmente es un israelí de un pueblo árabe próximo a la Margen Occidental, por lo que tiene el acento justo, señaló Shani.
Las similitudes entre la actriz Nisreen Siksik y su personaje son más notables todavía. Hace casi dos décadas, un amigo de su marido fue asesinado a tiros en Ajami. Los asesinos buscaron luego a su esposo por temor a que declarase en su contra, reveló Siksik. A lo largo de varios años intentaron matarlo cuatro veces. En una ocasión le hicieron ocho disparos, en otra pusieron una bomba debajo de su auto. En el 2005 le tendieron una emboscada en su negocio, lo balearon y se quedaron para asegurarse de que estaba muerto.
"Fue igual que en la película", expresó Siksik, quien hoy tiene 45 años y cuatro hijos, y sigue viviendo en Ajami. Dice que el miedo con que vivió todos esos años afectó su interpretación, especialmente en una escena en la que su personaje le da una bofetada a su hijo y luego se pone a llorar, porque el chico se va de la casa y se expone a ser descubierto por una pandilla que quiere matarlo. "Recordé todas esas cosas de mi pasado``, manifestó.
Tras actuar en Ajami, Siksik, quien trabaja con una compañía teatral de Yafa, intervino en otras dos películas israelíes, pero dice que no le interesa dedicarse de lleno a la actuación.
Shahir Kabaha, el joven de 25 años que interpreta a su hijo, tiene otras ideas. La película lo hizo famoso en Kabaha, donde trabaja en la modesta panadería de su padre, y ahora firma autógrafos en la calle. Se registró en una universidad local para estudiar actuación y quiere hacer más películas. Por ahora, no obstante, sigue trabajando en la panadería.