Susana Giménez volvió a Buenos Aires, su ciudad natal. Luego de pasar las Pascuas en familia en su casa de Punta del Este, la conductora hizo un viaje relámpago a Argentina para acudir a una cita médica antes de volar a México para seguir con las grabaciones de su reality, LOL: si te ríes pierdes.
Como es costumbre, la diva de los teléfonos se traslada en un jet privado (un Lear Jet 60) y su piloto de cabecera es el periodista Antonio Laje, quien alterna la conducción en TV con su pasión por los aviones cada vez que puede.
Sin embargo, esta vez su vuelta a Argentina fue algo complicada. Acompañada por su hija, Mercedes Sarrabayrouse, y su nieta, Lucía Celasco, Susana tardó casi cuatro horas para hacer este trayecto que, por lo general, suele durar una hora. ¿Los motivos? Algunos olvidos y distracciones por parte de sus herederas hicieron que su llegada a Buenos Aires se dilate más de la cuenta.
El primer retraso (de más de una hora) ocurrió en el aeropuerto de Laguna del Sauce, cuando su hija Mecha se dio cuenta que se había olvidado una valija en la casa. Ante esta situación, Sarrabayrouse volvió a subirse al auto e hizo nuevamente los 25 kilómetros que separan La Mary del lugar para poder recuperar su equipaje mientras su madre la esperaba nerviosa en el aeropuerto. Y debido a este percance, el vuelo despegó una hora después de lo pactado retrasando la llegada de la diva a Buenos Aires más de la cuenta.
El segundo inconveniente ocurrió ya en suelo argentino cuando al pasar por la Aduana, su nieta Lucía se dio cuenta que se había olvidado una bolsa en el avión, motivo por el cual la joven tuvo que volver a buscarlo. Ante esta nueva demora, Susana y Mecha decidieron salir del aeropuerto y esperarla en la camioneta, que estaba estacionada en la vereda desde hacía un buen rato.
Media hora después, y tras despedirse de Laje, algunos testigos aseguran que Giménez lanzó un "por fin vamos a casa" dando muestra de su descontento y cansancio. Eso sí, debido a la demora, la conductora y su familia tuvo que soportar el intenso transito de la ciudad para arribar a su hogar.
La Nación / GDA