Oscar Martínez regresa al cine con "El nido vacío"

Director. Daniel Burman llega mañana para presentar su film

MATÍAS CASTRO

Oscar Martínez y Cecilia Roth protagonizan "Nido vacío", la última película del premiado Daniel Burman. Cinco días antes del estreno en cines uruguayos, actor y director hablaron sobre su trabajo en conjunto.

"¡Qué cojones!" le dijo Javier Bardem a Oscar Martínez cuando lo vio en España representando la premiada obra Art. El español se refería al hecho de que Martínez se paraba con toda naturalidad solo en un escenario frente a una platea completa. "Para mí era una pena que Bardem no hiciera teatro, pero él no concibe la idea de hacerlo", dice Martínez en un diálogo telefónico. La anécdota sale a la luz en el momento en que este actor y dramaturgo, todavía recordado popularmente por su actuación con Cecilia Roth en la serie Nueve Lunas, hacía diez años que no trabajaba en cine, sólo teatro y algo de televisión. La película El nido vacío lo vuelve a poner junto a Roth, como un matrimonio que vuelve a convivir solo tras la independencia de sus hijos, y bajo las órdenes de Daniel Burman, el director de El abrazo partido y Derecho de familia.

Entre 1996 y 2006 Martínez no filmó películas. Antes de este período había actuado en unas dieciséis. "Eso (su ausencia de la gran pantalla en esta década) creo que tiene que ver con que el cine en parte se maneja como un gueto. Los directores no son espectadores de teatro ni de televisión, pero sobre todo de teatro. Tienen prejuicio acerca de los actores teatrales. Se genera un círculo en el que sólo se ve cine y por eso terminan por llamar a actores y actrices que vieron en la pantalla. Esto no pasa únicamente con los actores protagónicos sino también con los secundarios" reflexiona. Pero a continuación aclara que no ocurre lo mismo a la inversa, desde el mundo del teatro, y cita el caso de grandes actores de cine como Al Pacino y Robert de Niro que no dejaron de hacer teatro. En 1984 recibió doce ofertas para filmar películas en un mismo año. Prácticamente cada proyecto cinematográfico argentino quería tenerlo en su elenco. A la inversa de lo que ocurre ahora, las razones para esa cantidad de trabajo estaban, según él, en la misma cuestión. "Creo que son momentos, modas o manías momentáneas". En estos diez años de ausencia de la gran pantalla, el cine argentino ha vivido una renovación importante gracias a una nueva generación de directores con formas diferentes de aproximarse a este arte. Con nombres como los de Pablo Trapero, Lisandro Alonso, Adrián Caetano y varios más, la producción argentina recorrió caminos nuevos en estos años. "Sé que hubo un montón de cosas de las que no pude disfrutar", comenta. Pero el hecho de que Burman lo haya convocado fue más que suficiente para enriquecer una carrera que ya cosechaba mucho éxito en el ambiente teatral y que esperaba la oportunidad correcta para volver al cine.

Burman no necesitó negociar largas horas con él para convencerlo. Martínez ya esperaba un proyecto que lo entusiasmase lo suficiente como para volver. "Su propuesta fue la ideal. Quería darme el gusto de hacer una película con un director que a priori prometiera una buena obra. Por eso cuando Daniel me llamó ya consideré cubierto ese asunto".

El llamado fue poco más de un año antes del inicio del rodaje. En ese período el guión, en cuya escritura Daniel Hendler tuvo cierta injerencia, fue modificado entre cinco y seis veces. El director lo invitó a trabajar con él para preparar su personaje "con una generosidad sorprendente y casi excesiva. Yo fui muy cuidadoso porque no quería hacer uso indiscriminado de ese ofrecimiento. Cambiábamos ideas con el respeto que me merece una obra ajena, porque una película esencialmente es la obra de un director. Fue un proceso de conocimiento y compenetración mutua". Y además de esos cambios en la previa, Martínez terminó gratamente sorprendido con los cambios de la película editada por Burman. "Daniel volvió a hacer de las suyas".

La palabra "compenetración" vuelve a aparecer en la entrevista, cuando se refiere a su reencuentro en cámaras con Cecilia Roth, vieja colega de los escenarios y de la televisión. Es una perogrullada, pero la relación de ambos en escena es una de las mejores del Río de la Plata. "Existe un conocimiento mutuo muy grande, y algo imponderable, que no sabemos bien qué es. El conocimiento no es necesariamente la única clave para la relación... Creo que tiene que ver con eso, la confianza mutua y con que nos divertimos. En ese sentido Daniel (Burman) asistía gozoso a nuestra actuación y ha dicho que esto le daba un plus. Él contaba con eso".

Reflexiones de la vida de un director personal

El título de la película hace alusión al famoso síndrome que viven los padres cuando vuelven a quedar solos tras la partida de los hijos hacia su vida independiente. Oscar Martínez y Cecilia Roth interpretan a los padres en cuestión. La idea surgió cuando el director, productor y guionista, Daniel Burman, estaba un domingo por la mañana con sus hijos jugando en su casa. "Vino como un nubarrón cuando pensé que eso tenía los días contados", comentó en entrevista con El País. Este tipo de reflexiones lo han acompañado a lo largo de una filmografía tan premiada en los más importantes festivales como exitosa frente al público.

En la escritura del guión participó el uruguayo Daniel Hendler, con quien ha trabajado numerosas veces. "Me parecía natural hacerlo porque con él trabajé en tantas películas que quería trabajar con alguien que me conozca y sepa de mis repeticiones y vicios".

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