NTVG realizó su primer concierto tras el fallecimiento de Marcel Curuchet, el sábado pasado en La Trastienda, sin tecladista. Brancciari habló con la voz quebrada, a siete semanas de la tragedia: "este es el mejor homenaje a nuestro amigo".
Para No Te Va Gustar fue la función más difícil en sus 18 años de historia. El festejo de su mayoría de edad, que era el espíritu original del ciclo que desarrolla en La Trastienda, quedó en segundo plano.
Su vuelta a los escenarios después de la muerte del tecladista Marcel Curuchet estuvo dominada por la emoción y también por una reformulación de la banda en vivo. No Te Va Gustar decidió al menos para las fechas previstas hasta fines de noviembre, no sustituir al músico que perdió la vida en un accidente en Estados Unidos. Por lo tanto, girará por Argentina y México sin teclados, con el guitarrista Pablo "Bambino" Coniberti supliendo la parte ausente, sobre todo en canciones como Chau y Fuera de Control, donde los arreglos musicales de Curuchet son parte esencial. En consecuencia, el sonido fue más crudo y guitarrero.
NTVG marca la diferencia al tomar esta posición, priorizando la parte humana y entregándole al público su realidad actual, su mutilación abrupta, dejando que la parte que sangra lo haga durante todo el show. En su lugar, la mayoría hubiera optado por sumar tecladistas invitados siguiendo al pie de la letra la famosa frase "el show debe continuar". Recurriendo a ejemplos cercanos, lo hizo Catupecu Machu cuando se accidentó su bajista y Babasónicos cuando murió Gabriel Mannelli. "La emoción no nos permite decir las palabras debidas. Este es el mejor homenaje a nuestro amigo y compañero. Estamos haciendo lo que podemos. Ojalá que este show sea el mejor", expresó Emiliano Brancciari quebrado y casi sin poder hablar, al tiempo que agradecía a La Trastienda por la posibilidad de postergar el ciclo y al público por no haber devuelto las entradas. El show de dos horas de duración comenzó con un fragmento de la grabación de Curuchet para el tema Tan lejos, uno de los más significativos en este presente del grupo.
La parte celebratoria de los 18 años pasó por el repertorio, haciendo paradas en todos sus discos. Mirarte a los ojos, Como si estuviera (que Brancciari dedicó a su esposa), De nada sirve (con bombo legüero y recitado de Mario Benedetti), El camino más largo, Cielo de un solo color, Mucho más feliz, Pensar, Ya no hay dolor, Verte reír (con frases de Si me voy antes que vos de Jaime Roos) y Tu defecto es el mío, sonaron en vivo en el cine reciclado, donde el público se comportó más respetuoso que de costumbre.
NTVG también estrenó un título de su próximo álbum El calor del pleno invierno, que según adelantó Brancciari, estará a la venta a mediados de octubre. Se trata de Sin pena ni gloria, una canción pop referida a alguien que pasó con indiferencia por la vida y ahora se pregunta por qué.
"A veces creemos que deberíamos dejar de tocar este tema, que está en el segundo disco y nunca nos desprendimos de él, pero como sabemos que ustedes igual la piden, acá va", agregó el líder antes de interpretar la murga canción Clara.
En los bises optaron por hacer fragmentos de otros éxitos de su discografía, aunque los presentes empujaron a Brancciari a terminar Te quiero más. En ese espacio llegaron pasajes de Cómo brillaba tu alma, La soledad, Déjame bailar, Al vacío, y cuando estuvo en boca No era cierto, uno de los que nunca faltan en los conciertos de NTVG, el vocalista y compositor pidió: "¡canten lo más fuerte que puedan!, ¡que se escuche allá arriba y que lo escuche Renzo en la panza de Vicky! (el hijo de Curuchet que viene en camino)".
También agradeció a los técnicos porque "ellos sienten lo mismo que nosotros" y los fue a buscar uno por uno para la gran despedida sobre el escenario. Ese fue el momento de los abrazos y del pacto implícito de seguir adelante, con un disco en puerta que está en proceso de masterización. En El calor del pleno invierno Marcel Curuchet grabó los teclados y por lo tanto, la banda tendrá el tiempo necesario para pensar en su futuro y en cómo reformularse a partir de ahora, mientras el público conoce el nuevo material. Una prueba de fuego de la que No Te Va Gustar, puede salir fortalecida, más unida que nunca y con mucho para decir.