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ENTREVISTA

Kumbia Queers, la banda que nació del punk, rompió la escena argentina y hoy solo quiere bailar

El grupo "tropi - punk" argentino vuelve a Montevideo y se presenta este jueves en Plaza Mateo. Antes, su referente Pat Pietrafesa charló con El País.

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Kumbia Queers @ SO36
Kumbia Queers.
Foto: Montecruz Foto

Lo único que quería era romper todo. Pat Pietrafesa, adolescente atravesada por la dictadura argentina, era punk y estaba enojada y quería, a través de la música y lo musical, “cambiar las cosas”: generar un sello de música, darle sentido a la palabra “autogestión”, romper lo existente para volver a contruir. Tener una banda, tocar en eventos. Transformarlo todo.

Hoy, a más de 30 años de haber empezado a tocar, convertida en una de las mujeres claves del rock argentino y con la historia del grupo punk feminista She Devils como un mojón fundamental en su recorrido, Pietrafesa (59) sonríe antes de admitir que todo lo que soñó lo encontró, al final, con Kumbia Queers. Una banda que inevitablemente tiene ADN rockero, que pasa de covers de Black Sabbath a temas propios, que va para sus 20 años de resistencia y que esta semana vuelve a Uruguay. Una banda “tropical”.

Este jueves a las 20.00, en el marco de una nueva edición de La Noche de la Vagancia, Kumbia Queers se presentará en Plaza Mateo (Rambla y Sarmiento) junto con las locales de Kumbiaracha. Hay entradas en Redtickets.

Kumbia Queers, que nació en 2007 y completan Pilar Arrese o Pila Devil, Inés Laurencena, Juana Chang y Flor Linyera, está próxima a sacar su nuevo disco, Fiestería, del que ya se conocieron varios adelantos. Mucho sonará en Montevideo en una noche de baile que empieza de una manera y no se sabe cómo termina.

“Hay algo que pasa con nuestra música en vivo, que parece que detona un clic que hace bailar, pasarlo bien, tener caras de felicidad que es algo alucinante de ver desde el escenario, y hemos tenido la fortuna de que a través de los años eso nos haya acompañado”, dice Pietrafesa.

En todo este tiempo en la carretera, muchas veces la intensidad no tuvo forma de celebración y entrega sino de ataque, de violencia. En épocas de She Devils, que nació en 1995 y fue faro en cuanto a la existencia de bandas punk femeninas en la región, pionera con Fun People a la hora de hablar de una agenda de derechos hoy tan instalada (comparten el disco o split El aborto ilegal asesina mi libertad, de 1997), se trataba de poner el pecho hasta llorar.

“Antes llegaba a odiar el escenario: la gente nos pegaba, nos teníamos que tirar, defender, nos escupían, nos tiraban cosas. Tuvimos que ganarnos el espacio con el cuerpo”, dice. “Mil veces nos hemos puesto a llorar con Pilar después de los recitales, ‘ya fue, no tocamos más’, pero somos bastante testarudas y nos encanta la energía que esto da”.

El panorama cambió cuando con She Devils comenzaron a desarrollar los festivales Belladona, encuentros abiertos de “mujeres de todo tipo” en años donde el vocabulario para definir identidades de género era limitad, donde el arte underground y contracultural tenían su lugar. “Eso nos empezó a generar mucha satisfacción, saber que podíamos generar lugares más amables y no estar todo el tiempo luchando, porque era todo peleando. De ahí a hoy, muchas cosas cambiaron”.

En ese sentido, Pietrafesa reconoce el cambio que ha tenido la escena musical en los últimos años en cuanto a su apertura por fuera de lo masculino, pero advierte que todavía falta y que la realidad de Buenos Aires no es la de, por ejemplo, otros rincones de Argentina. Todavía falta, sí. Pero ya no están tan solas.

Hoy que Kumbia Queers ha recorrido el mundo, ha estrechado lazos, ha trabajado con Pablo Lescano y ha adaptado su poderoso show al público infantil, lo único que queda es divertirse y disfrutar. “Poner en marcha lo que se nos ocurra”, dice Pietrafesa, con el sueño adolescente de girar, tocar y romper, más que cumplido.

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