John C. Reilly ha sido una presencia constante en las películas de Paul Thomas Anderson, protagonizó biopics tanto serios como satíricos, convirtió en leyenda a un hermanastro aniñado y fue nominado al Oscar en 2003 por su Amos —“Mister Cellophane”— en Chicago. Pero quizás el personaje más cercano a él sea un ingenuo que sale de una caja cantando con el corazón abierto.
Desde hace tres años, Reilly, de 60 años, interpreta a Mister Romantic, un crooner retro que solo quiere encontrar el amor eterno. Un acto de vodevil creado por él mismo, con canciones del repertorio clásico estadounidense y una banda que lo acompaña, el show es un set casi improvisado en el que interactúa con el público de una forma a veces irónicamente graciosa, otras veces tierna y triste, siempre sincera.
El viernes, además lanzó un álbum conceptual, What’s Not to Love?, con sus versiones de clásicos y otras canciones.
“He sido una persona romántica toda mi vida”, dijo Reilly. “Mi madre tocaba estos estándares en el piano mecánico de casa, y yo los cantaba.” Fue “Mister Cellophane” lo que, según cuenta, le reavivó la apreciación por una era teatral ya pasada. Terminó de filmar la serie de HBO Winning Time, sobre los Lakers de Los Ángeles en los años 80, un viernes, “y el lunes por la noche tuve mi primer show como Mister Romantic”, dijo. “Fue como: quiero salir al escenario y expresarme.”
Y en este momento de su carrera, estaba listo para financiar en gran medida un proyecto pasional. “No necesito volverme más famoso”, dijo. “No necesito ganar millones de dólares más. He tenido una vida plena, maravillosa, con mucha variedad, y me han dado muchas oportunidades en el mundo del espectáculo.” Y agregó: “Lo que tiene sentido para mí ahora es tratar de contribuir al mundo y fomentar más buena voluntad entre las personas.”
A continuación, extractos de una conversación con Reilly o, perdón, Mr. Romantic.
—¿Cuál fue su concepto para ese primer show?
—No tenía idea de lo que iba a hacer, aparte de las canciones. Sabía que quería intentar conectar con la gente, y sabía que quería estar dentro de un baúl. Siempre pensé que sería una idea genial que me llevaran como en un funeral de Nueva Orleans o algo así. Mister Romantic es un personaje mítico. Literalmente no sabe qué pasa en el mundo. No recuerda nada del pasado. Así que eso lo sitúa completamente en el presente. Me da mucha más libertad, y le da al público la libertad de escuchar lo que estoy diciendo.
—¿Cómo eligió el repertorio?
—Siempre me ha fascinado qué música sobrevive entre los millones de canciones que se han escrito en la historia de la humanidad. ¿Por qué seguimos cantando “Amazing Grace”? Siempre busco cosas que parezcan eternas. Mi sello discográfico, que creé para lanzar este disco, se llama Eternal Magic Recordings. Parte de la misión era transmitir estas canciones. Interpreté a Oliver Hardy, que es un héroe para mí. Era un cantante hermoso, pero solo se pueden encontrar cuatro grabaciones y todas de películas. Así que tomé eso como una nota para mí mismo: no dejes que eso te pase. Si la gente quiere escuchar tu voz después de que te hayas ido, deja algo. Que la gente sepa que crees que estas canciones son especiales y valen la pena recordarse.
—¿Cómo se siente si la gente lo percibe como comedia?
—¡La comedia es parte de esto! La risa forma parte de aceptar cómo somos. Siempre ha sido parte de mi trabajo como actor también.
—¿Estudió clown?
—Hice clown amateur. En mi iglesia, cuando era chico, hice algo llamado “ministerio de payasos”, donde nos enseñaban a maquillarnos y visitábamos hogares de ancianos o ferias barriales, como acción comunitaria. De hecho, consideré dedicarme al clown porque escuché que el circo Ringling Bros. tenía una universidad de payasos en Florida. Pero alguien me convenció de no hacerlo: “John, vas a estar paleando caca de elefante por cinco años. No vas a estar haciendo de payaso, créeme.” Después empecé a trabajar con la compañía Steppenwolf, y despegó mi carrera.

—¿Hay artistas que lo inspiraron para Mister Romantic?
—El cantante Jonathan Richman. En concierto, es completamente improvisado, con el corazón en la mano y trayendo al público al momento presente. Tiene algo mágico. Tom Waits es otro. Su combinación de teatralidad, destreza musical, comprensión del personaje.
—Mr. Romantic suena como una experiencia transformadora.
—Definitivamente. Este álbum, en particular, fue una lucha personal. Hay algo en entrar al estudio, grabar y decir: “Aquí estoy.” Eso requiere mucho coraje. Y me ha llevado toda la vida encontrar ese coraje. Me ha afectado en ese sentido. Me hizo darme cuenta de que el amor vale el riesgo. Hemos hecho este show en días en que hubo tiroteos escolares o noticias horribles de guerra, cosas realmente pesadas. Se nota que la gente entra cargada con todo eso. Y entonces explico el concepto y sus hombros empiezan a relajarse: vamos a ser amables entre nosotros durante 90 minutos. Qué cambio de ritmo tan refrescante. Incluso si no están seguros de si hablo en serio -que sí, lo hago-, a la gente igual le gusta escuchar “te amo”. Quizás sea una ingenuidad. Pero tal vez necesitamos un poco de ingenuidad, ¿no?
Melena Ryzik, The New York Times
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