Unas historias animales tan centenarias como vigentes

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Tapa de la nueva edición de Cuentos de la Selva que editó UTU. Foto: Difusión

Cuentos de la selva

La obra de Quiroga cumple 100 años con nuevas ediciones y conferencias

Es, quizás, la obra más leída de la literatura infantil y juvenil de los uruguayos. Una selección de cuentos que todavía hoy se enseña en primaria y secundaria, debido a la vigencia e importancia de la literatura de Horacio Quiroga. Una vigencia que permitió ser adaptada en formato ballet, el año pasado, por el Sodre.

“Se vende mucho porque lo piden en la escuela”, dice Álvaro Fuente de la distribuidora Gussi Libros, quien agrega que con motivo del centenario de su publicación se venden muchas ediciones ilustradas, y la UTU acaba de lanzar una nueva edición conmemorativa con anotaciones y comentarios.

Este año, además de ediciones por el centenario, se realizarán coloquios en setiembre, a cargo del departamento de Literatura Uruguaya de la Facultad de Humanidades.

Horacio Quiroga, nacido en Salto el último día de 1878, viajó a Europa siguiendo el Tour de France y su pasión por la bicicleta lo llevó a ser el primero en unir Salto con Paysandú. También tuvo un pasado de dandy, siendo amigo de Julio Herrera y Reissig o Roberto de las Carreras, antes de hacer una introversión hacia la selva misionera.

Es en esa selva, donde Quiroga llega a su madurez como escritor, primero con Cuentos de amor, de locura y de muerte (editado en 1917), y luego con Cuentos de la Selva. Un libro en el que Quiroga “reivindica la selva como escenario y personaje, porque hasta ese momento, el tipo de literatura seguía mucho los modelos de las vanguardias o del realismo europeo”, dice María José Larre Borges, inspectora de Literatura de secundaria.

Para entender la importancia de Cuentos de la selva, hay que entender en qué momento de la literatura de Horacio Quiroga fueron creados. Los cuentos son la continuación de su momento juvenil, modernista y urbano. Así, “desde el momento en que se va a las Misiones, se queda prácticamente en un proceso selvático que va de la manos de un proceso técnico y temático”, dice Hebert Benitez Pezzolano, director de Literatura Uruguaya y Latinoamericana en la Facultad de Humanidades.

El maestro uruguayo del cuento, Horacio Quiroga, siempre vigente.
El maestro uruguayo del cuento, Horacio Quiroga, siempre vigente. Foto: Archivo

“El primer Quiroga es más efectista y el siguiente es acumulativo en la muestra del hombre frente al mundo, la naturaleza y frente a su propio destino”, agrega Benitez.

Aunque estos cuentos, donde los animales son los personajes centrales, para generar la fábula, Quiroga “le da la palabra a los animales, pero eso está integrado en el medio del universo de la selva. Así, los animales son prolongaciones de la naturaleza y del hombre con ellas”, dice Benitez, quien agrega que este libro no fue la primera vez que Quiroga les daba la propiedad de la palabra a los animales, ya que en La insolación, aparecen perros hablando cuando ven al hombre insolado y muerto. “Porque la muerte siempre está en Quiroga, es un tema muy presente”, agrega.

Cuentos de la selva nace pensado para los hijos del escritor, aunque no se pueden aislar del mundo de la selva misionera que alimentará al resto de la obra de Quiroga. “Porque es la misma selva y se produce, la misma visión de una naturaleza que es salvaje que incluye a la muerte, pero que al mismo tiempo es renovadora, es capaz de renovar la existencia. Y visto así se podría pensar que Cuentos de la selva tiene la vigencia de una narrativa que puede ser pensada para niños, pero que en realidad va más allá de los niños”, agrega Benitez.

En la misma línea, María José Larre Borges agrega que Quiroga cambia “el escenario literario del momento al mudarlo a la selva. Esa es su gran originalidad ya que la selva no había aparecido en la narrativa latinoamericana antes”.

Y en estos cuentos, la selva tiene algo violento e incontenible, “porque el hombre aparece, en la visión quirogiana más como destructor que como aliado. Entonces la selva aparece en su literatura con toda su violencia desatada, incontenible y natural”, dice Larre Borges, quien agrega que hoy sería considerado un ecologista. También como un escritor políticamente incorrecto por todo lo que se presenta en Cuentos de la selva. “Y eso es lo increíble, porque ves sangre, destrucción, domesticación de los animales contra su voluntad. Material que uno podría decir hoy no es para niños”. También utiliza muchos diminutivos y moralejas, lo que no es la tendencia de la literatura actual, aunque es un gran escritor, y eso queda demostrado al continuar seduciendo a los lectores, a un siglo de su publicación.

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