Libros infantiles que juegan con adivinanzas, rimas y más trucos

La editorial Alfaguara, en su sección infantil, acaba de lanzar una colección particular. Consta de volúmenes de tapa dura para niños bien chiquitos, a los que más que contarles una historia, se los familiariza con otras formas de aproximación al libro.

Como su nombre lo indica, la colección Contámelo otra vez tiene por fin ofrecer una serie de relatos de esos que no se agotan en una primera lectura. Para eso se apostó, por ejemplo, a ciertos juegos propios del lenguaje oral, que hacen que el niño se sienta seducido por la palabra.

También se trata de libros-objeto, en los que se busca un juego cromático poderoso que invite a los chiquitos a volver sobre ese material. Otro propósito de la serie fue reunir duplas de escritores y dibujantes, intentando un diálogo de estéticas que multiplique la capacidad de encantamiento.

Para los más pequeños (o sea, los de tres años o algo más), está Atrapasueños, de Helen Velando con ilustraciones de Agó Paez. Mientras los dibujos del libro trabajan con colores cálidos, los textos hablan del mundo animal en clave de poesía. El propósito de este volumen es ayudar al niño a conciliar el sueño, al tiempo que lo predispone a que no tenga miedo de dormirse. Según la autora, un aval científico respalda este experimento, que puede echar una buena mano cuando ya no se sabe qué hacer para dormir a una criatura.

Entre estas técnicas sobresalen algunos recursos. Como una divertida cuenta regresiva que, con juegos de animales, induce a la tranquilidad y el sueño.

Otra autora nacional de gran trayectoria en este terreno, Susana Olaondo es la autora de Una lombriz y un águila, que con ilustraciones de ella misma busca que los niños aprendan a conciliar los opuestos.

Para eso se ideó la historia de una lombriz y un águila con serias dificultades para hacerse amigas, hasta que aprenden que las diferencias no tienen por qué separar a nadie, por el contrario, pueden ser motivo de ayuda mutua y mayor diversión entre todos.

Leer, mirar... ¡adivinar! es un trabajo de Sergio López Suárez ilustrado por Alfredo Soderguit. Allí se presentan acertijos sobre los temas gastronómicos, desde las golosinas y postres hasta las frutas, comidas sabrosas y utensilios de cocina.

El material está pensado para lectores que gustan del entretenimiento, y tiene un truco: si se observan los dibujos con atención y luego se leen en voz alta las adivinanzas, se hallará la rima necesaria para resolverlas.

El cuarto título que completa la colección es Muchas princesas, escrito por Virginia Brown e ilustrado por Mauricio Marra, quien utiliza unas pinturas ingenuas de gran fuerza y belleza.

Allí se presenta, buscando las palabras justas, una antología de las princesas que pueblan la historia de la literatura. La buena y la mala, la embrujada y la durmiente. Así, mientras un sapo se encarga del relato, el niño se sumerge en un mundo netamente onírico.

Los libros, que fueron lanzados ahora en agosto y se venden a $ 280 cada uno, integran una colección que busca revalorar al autor y al dibujante uruguayos, y que en general son recomendables para chicos de hasta ocho años.

Ilustración de Agó Paez para el libro de Helen Velando "Atrapasueños", que ayuda a los niños a dormir tranquilos.

"Leer, mirar... ¡adivinar!", un curioso libro de adivinanzas, de Sergio López Suárez, que se resuelven con las ilustraciones.

La historia "Una lombriz y un águila", de Susana Olaondo, enseña a admitir al diferente y potenciarse entre los opuestos.

Virginia Brown es la autora de "Muchas princesas", donde se reúnen las mujeres encantadas de la literatura infantil.

La periodista, docente y escritora de libros infantiles Emma Sanguinetti Canessa ha publicado desde mayo de 2005 una serie de libros para niños cuya temática es sobre los pintores nacionales. La artista ha sido invitada a sumarse a la tienda de objetos del museo porteño Malba, donde serán presentados el jueves 6 de septiembre a las 19 hs.

La colección, que abarca a Blanes, Figari y Barradas, está editada por Alfaguara y cuenta con el diseño interior de Diego Tocco. La originalidad del proyecto radica en que los libros son accesibles al niño pero sin simplificar demasiado los temas y conceptos. Y aunque no se precisa ser un niño prodigio para leerlos, allí se explican asuntos políticos e históricos del Uruguay de los siglos XIX y XX. Sin duda que la novedad de la colección tuvo mucho que ver a la hora de ser elegida para integrarse al Malba.