ALEXANDER LALUZ
Esta reedición ampliada de Las quemas (Sondor, 2008) bien podría caracterizarse como un doble acercamiento "ensayístico" a una obra fundamental de Darnauchans (1953-2007).
A nivel musical y poético, Las quemas es una obra concebida en una y múltiples fronteras. Esos lugares que sólo pueden cruzarse y volverse posibles en el dominio del arte. Hasta allí llegan vertientes poéticas de tradición diversa, y nombres cercanos al mundo más entrañable de Darnauchans (Victor Cunha, Washington Benavides, amigos y maestros desde la juventud de Eduardo en Tacuarembó y en el presente montevideano). Pero Las quemas también es lugar donde se sintetizan lenguajes y territorios de la música popular. Las expresiones más tradicionales de la región fronteriza con Brasil. El siempre presente Dylan. Los trovadores medievales. Los aires más experimentales, vanguardistas. Todo confluye en Las quemas.
Darnauchans tuvo desde muy joven (cuando grabó este disco tenía tan sólo 21 años) la sabiduría de un alquimista. De la diversidad siempre pudo sintetizar un oro expresivo único. La primera muestra fue Canción de muchacho (1973), un disco fundacional, y después Las quemas (1974), la creación que abriría el camino a una obra de la madurez: Sansueña (1978). Años después de su lanzamiento, Las quemas se convirtió en una rareza. Desapareció de las mesas de liquidación de discos y de los puestos de las ferias. Y son pocas las fonotecas privadas que aún lo conservan.
No obstante, la maestría de Las quemas no quedó confinada en el olvido. Y esta reedición le rinde un justo homenaje con un respetuoso rescate del sonido original, más un grupo de cinco canciones inéditas. Aquí, los relieves y profundidades sonoras de ambos bloques de canciones, se mantienen intactos. Una decisión, o quizás un trabajo interpretativo de los productores (Sondor y la Escuela Universitaria de Música) que sitúa a la obra en sus coordenadas temporales, estéticas y tecnológicas primeras.
Pero reconocido esto, vale señalar algunos claroscuros en lo que podría ser el segundo acercamiento "ensayístico": el texto publicado en el librillo del disco compacto. En este trabajo, a cargo de la musicóloga Marita Fornaro, se propone una reconstrucción del proceso de creación y producción de Las quemas.
El aporte más valioso de esta investigación es el relevamiento de calificados testimonios. Entre ellos, los de Víctor Cunha, Washington Benavides, Carlos Da Silveira y Eduardo Larbanois. Los dos primeros, en tanto poetas, amigos de Darnauchans, y co-creadores de muchas de las canciones del disco. Y Da Silveira y Larbanois, por sus trabajos como arregladores e intérpretes. Estos testimonios únicos traen a la luz un proceso de creación marcado por la experimentación, la sabia mixtura estilística, y una forma de colaboración que naturalmente excluyó los protagonismos.
Por otro lado, el abordaje musicológico de ese material por momentos se pierde en ciertos facilismos, y quizás también en el oportunismo. No obstante, la música de Darnauchans, y este disco especialmente, están por encima de las trasnochadas ambiciones de la burocracia académica.
Lucio Muniz - Retrato
Su voz profunda viene de una estirpe tradicional. Domina la profundidad del verso sencillo y las virtuosas artes de la guitarra. Aquí, un cantor popular con historia: Lucio Muniz, y una antología indispensable, esperada de su extensísima obra. Edita Sondor.
Katia B - Espacial
Que esta carioca es un oído abierto, no es una novedad que justifique el destaque porque eso define a la mayoría de los músicos brasileños. Por ahí va la electrónica y lo africano en un rejunte de sonidos bien apadrinados por genios como Marcos Suzano o Chico Neves.
Rosario Bléfari - Calendario
Es música, actriz y escritora, y un referente de la movida independiente argentina. Nada de eso importa cuando se escuchan algunas de las canciones de su quinto disco en solitario. Introspección distorsionada y jugueteo rockero con una voz ingenua que engaña y seduce.