Matías Castro
Están a un paso de morir, dicen algunos. Dejaron de comer. Se miran al espejo miles de veces al día. No hay ropa que les sirva. Las ojeras las tapan con maquillaje, y los rastros del maquillaje los cubren con más maquillaje. Cuando cierran la puerta del baño mejor ni mires porque estarán vomitando todo lo que comieron, o lo que es peor, lo que comieron. Están nerviosas, histéricas, irascibles, molestas. Y están mucho peor que antes. ¿Porqué nadie les dice que se convierten en seres desagradables?
Muchas dicen que no son anorexicas. "¿Que estoy delgada? Si, sin duda. Pero decir que estoy cerca de la muerte es demasiado", dijo Nicole Richie, según cuenta una nota de Infobae. Nadie le dijo a Nicole que parece recién salida de un campo de concentración. "Me preguntaron cómo se siente ser llamada anorexica. Y yo no tenía ni idea de que lo era... pero los que hablan sobre mi peso están todos equivocados", dijo Keira Knightley. Parece que a esta chica la ataban al barco para que no se volara en Piratas del Caribe, y sin embargo, insiste con eso de que está cansada de los comentarios sobre su peso. Si vive de su imagen, como toda actriz, y es extremadamente delgada, ¿esperaba que le preguntasen por el largo de sus uñas? Obviamente, una de las dos partes no entiende.
Y hay otras más en las diversas listas que se pueden encontrar en Internet. Está Cate Blanchet, que causó una estampida cuando se apareció con un nuevo look cadáver en el Art Costume Institute la semana pasada. De nada valió que les aclarase a los presentes que ella no comía cerebros como los zombies de El regreso de los muertos vivos. Christina Richie, Calista Flockhart, Mary Kate Olsen, Victoria Beckham y hasta María Conchita Alonso. Por suerte, esta última y Christina Richie se hicieron conocer en su versión pulposa.