La televisión y la radio perdieron un talento: murió Jorge Guinzburg

Excepcional. El animador sumaba al humor sagaz su gran inteligencia

FERNANDO MANFREDI

Ayer falleció en Buenos Aires el multifacético Jorge Guinzburg. Periodista, humorista, guionista, publicista, escritor, conductor y productor. Querido y respetado, la colonia artística lo llora más allá de Argentina.

Murió en una clínica de Buenos Aires, a los 59 años. Hacía unos días que estaba internado en el Mater Dei con diagnóstico de infección pulmonar. Lo acompañaban su mujer, Andrea Stivel, y sus dos hijos: Sasha, de 19, e Ian, de 17.

Una vez que tuvo que explicar su enfermedad, en una entrevista contó: "Es consecuencia de un tema histórico, mi viejo problema bronquial. Un resabio de mi infancia que cada tanto, me juega una mala pasada. Y este año (2007) me afectó más que de costumbre".

Definir lo que era ese pequeño gran animador no es nada fácil. Su ductilidad le permitió ingresar a todos los ámbitos profesionales de los medios. Entrevistador sagaz, incisivo, pero al mismo tiempo canchero, marcó su impronta desde sus primeros programas. Es que por encima de todas las cosas tenía dos cualidades que lo diferenciaban de los demás: inteligencia e información.

Guinzburg era, quién lo puede dudar, un auténtico porteño. "No sé exactamente de qué barrio soy (...) Lo que sé es que nací en el Hospital Israelita, donde mi abuela trabajaba de enfermera", comentó a Clarín el año pasado.

Su primer contacto con los medios fue la radio, al punto de que recordaba con precisión asombrosa aquellos programas que lo conmovían en la niñez. "Los radioteatros que escuchaba mi vieja mientras yo hacía la tarea, a las 6 llegaba El Zorro, a las 6 y media Sandokán, a las 7 Qué pareja, a las 7 y media El Glostora tango club, a las 8 Los Pérez García y los juegos asociados".

Alguna vez estudió Derecho, junto a su amigo del colegio -y luego compañero profesional- Carlos Abrevaya (que falleció en 1994). Juntos decidieron abandonar la carrera: "Dimos un examen, nos sacamos un 3 y dijimos: no tiene sentido seguir con esto. Bajamos las escalinatas de la facultad, tomamos el 124, fuimos al Café La Humedad, jugamos al billar y nos sentimos aliviados".

No obstante Guinzburg se inclinaría luego por el profesorado de arte dramático. Entretanto se ganaba la vida como taxista. Pero los amigos, en las horas libres, escribían guiones que esperaban alguien leyera. Juan Carlos Mareco, que necesitaba un libretista les prestó atención, y a los pocos días ya escribían para Pinocheando por Rivadavia.

Ahí comenzó realmente su carrera. En otra de sus etapas exitosas, también estuvo unido al trabajo de un uruguayo: la historieta Diógenes y el linyera (en la contratapa del diario Clarín) que dibujaba Tabaré. Otros nombres que tuvieron que ver con el ascenso de Guinzburg son la revista de humor Satiricón y los programas El ventilador y Punto G en radio. Debe destacarse además La Noticia Rebelde, programa que representó un punto de inflexión televisivo por su forma de hacer humor. Ahí también estuvo involucrada otra uruguaya, María Noel. En los últimos años llegarían La Biblia y el Calefón y Mañanas Informales.

El gran público siempre acogió sus invenciones. Pero también recibió premios por su trabajo: ocho Premios Clarín Espectáculos y diez Martín Fierro muestran que la crítica también lo aprobaba.

2007 fue un año especialmente difícil. Una neumonía y un "derrame pleural" lo alejaron de la pantalla por un tiempo prolongado. "Fueron dos meses en los que me agitaba con sólo vestirme. Uno de los peores días fue el 9 de julio: yo acostado, el médico al lado y la nieve a través de la ventana. La gente armaba muñecos y yo estaba hecho bolsa". Peleó con su enfermedad hasta el final. Quería vivir y no se rendía, mientras que por encima del humor siempre tenía algo que ofrecer. También tenía todo pronto para comenzar la producción de sus Mañanas informales.

Amigos y colegas definen su perfil

Joan Manuel Serrat

MÚSICO

Serrat dijo ayer que la muerte de Jorge Guinzburg le "deja un vacío en el alma" y aseguró que el periodista y presentador de televisión argentino "sólo era pequeño de estatura". El artista declaró al canal argentino Todo Noticias, que "seguía con los sentidos puestos en lo suyo y sin darle tregua a la enfermedad. Enfrentaba su realidad y peleaba para ganarle vida a la vida", indicó el catalán.

Magdalena Ruiz Guiñazú

PERIODISTA

"Fue un buen tipo, un buen amigo, una persona talentosa e intelectualmente siempre pendiente", destacó. Remarcó que alcanzó el éxito sin hacer mal o dedicarse al chimento. "Eso hace la diferencia entre un señor del humor y un chanta que se divierte con las desgracias ajenas". Visiblemente emocionada se preguntó "¿Está mejor que nosotros? No lo sé. Sólo sé que quería vivir".

Enrique Pinti

ACTOR Y HUMORISTA

"Esto es horroroso, devastador. Jorge era realmente un superdotado en cuanto a su rapidez mental. No he conocido a alguien con una mente tan rápida e ingeniosa, en un reportaje no te dejaba pasar nada. Era un hombre muy informado y muy culto. Esto es lo triste, que nuestros grandes cómicos queridos se nos van muy temprano. Es como si Dios quisiera cagarse de risa en el paraíso."

Nicolás Repetto

CONDUCTOR Y PRODUCTOR

"Con Jorge tuvimos esa aventura de ser debutantes en la televisión. Jorgito era un tractor. Siempre tuvo la capacidad de realizar 4 trabajos y atender 20 kioscos. Le encantaba trabajar, pero también disfrutaba de su familia y sus hijos. Era un tipo que se morfó la vida. La imagen que me voy a llevar era cuando concluía La Noticia Rebelde. Terminábamos todos juntos en un sillón payaseando."

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