Está irrumpiendo con fuerza en Estados Unidos. Acaba de rodar con Daniel Craig "Cowboys & Aliens" y está en las series de HBO "Capadocia" e "Eastbound & Down". Este es su plan maestro para ser la próxima latina de moda.
Se podría decir que es de las actrices que mejor aprovecha la libertad que le ha dado estar entre rejas. Ana de la Reguera, 33 años, una perseverante estrella en ascenso en Hollywood, se encuentra de buen humor durante la entrevista en Ciudad de México y se alegra aún más al dejar por un momento su fluido inglés para hablar en español. "Mi personaje es el que muestra cómo se vive dentro de la cárcel", explica sobre su papel de Lorena Guerra en Capadocia, la serie de HBO que trata el drama de las cárceles de mujeres en Latinoamérica.
Capadocia muestra el lado más duro de la vida y muchas veces puede convertirse en una bofetada para los espectadores más sensibles. La actriz tiene clara la reacción que se puede generar en el público. Lo sabe porque, para ella, protagonizar fuertes escenas de acción y sexo con sus compañeras de elenco, no fue fácil. "Como actriz es difícil encontrar un personaje que tenga todo el proceso que tuvo éste. En la primera temporada fue mucho más impulsiva y en la segunda arma su personalidad: ya no es una víctima y ahora vendrá su venganza o su infierno".
HOT. Ella no se queja. Estar prisionera ha rendido sus frutos, especialmente si su cautiverio ha sido dentro de una marca con el peso de HBO. Gracias a su talento, su belleza muy latina y un currículum ejemplar, esta nativa de Veracruz, de envidiables ojos color miel, se está transformando en la nueva "latina hot de Holly-wood".
Trabajadora incansable, Ana de la Reguera es de la clase de actrices que se propone objetivos claros. Más que un medio de expresión de un mundo interior o artístico, para ella el negocio de la TV y el cine es una carrera de logros, de metas. Por eso, cuando habla de su carrera, da la sensación de estar frente a una empresa en la que ella es una gerenta capaz de contabilizar sus utilidades y cifras azules.
Orgullosa, cuenta sus logros. Tiene un papel junto a Daniel Craig y Harrison Ford en la venidera superproducción de Hollywood Cowboys & Aliens, rodó hace pocos meses junto a Bruce Willis la comedia de acción Cop out. Dos oportunidades no menores para una actriz latina que sólo lleva cinco años en Hollywood.
Su historia es así: hace cinco años, tras el paso obvio por las telenovelas mexicanas -la antesala de cualquier éxito si se trabaja como actriz en México-, Ana de la Reguera decidió probar suerte en Estados Unidos. Entonces, se fue a vivir en Hollywood, a caminar por el Paseo de la Fama, mirar las estrellas de las estrellas. Su primer gran éxito de gestión fue imponerse en un casting para trabajar junto a Jack Black en la comedia Nacho libre, de 2005. En esta bizarra comedia de culto -sobre un buen hombre que sueña con la lucha libre-, ella era una práctica monja, la hermana Encarnación.
A pesar de que sus objetivos están puestos en Hollywood, no puede decir que no a los ofrecimientos que le hacen de su país: Este año estrenó Hidalgo, la historia jamás contada, un film de Antonio Serrano (Sexo, pudor y lágrimas) que saca a la luz la otra cara del cura Miguel Hidalgo, uno de los precursores de la Independencia de México. De la Reguera interpreta a Josefa Quintana, la mujer de la que se enamora este sacerdote (Demián Bichir) amante del teatro, las fiestas, la música y la literatura francesa: "Estuve en una escuela de monjas y de pronto haces una escena de cama con el padre de la patria", dice con risa nerviosa, como si estuviera diciendo algo indebido.
Expansión. En México Ana de la Reguera es prácticamente una deidad. Lo que ella quiere casi siempre se le cumple, pero apenas cruza el otro lado del espejo, léase la frontera con Estados Unidos, reconoce que se convierte en una persona más común y más corriente de lo que le gustaría.
"Cuando estoy en México, la gente me conoce, pero llego allá (Los Angeles, California) y soy la que empieza. Es dulce y amargo porque está el buen y el mal trato que te dan", dice. "Vas a ser la última a la que van a entrevistar, el llamado más temprano va a ser el tuyo, porque las grandes estrellas llegan más tarde", se queja y añade con un suspiro: "Esas cosas me regresan los pies a la tierra".
De hecho, Ana de la Reguera se integró a la segunda temporada de la serie de HBO Eastbound & down como una mexicana. Nada más ni nada menos. Se trata de una muy incorrecta comedia producida por Will Ferrell y protagonizada por Danny McBride: "Kenny, el protagonista, se va a México, me conoce y soy su interés romántico, nada más", comenta sobre su papel. De la Reguera también participó en dos capítulos de la serie de Sony Royal Pains, donde interpretó a una mesera cubana que conoce al doctor Hank Lawson (Mark Feuerstein).
Sí, otra vez encasillada en el rol de latina y sí, a veces lo que dice Ana de la Reguera puede sonar a parlamento de teleserie mexicana. Pero ella tiene claro lo que quiere y está dispuesta a hacer sacrificios, por ejemplo, portadas ligera de ropa y en cine y TV, desnudos y escenas rudas. Todo por esto: "Mi meta, honestamente, es trabajar en un mercado que va a todo el mundo, porque así mis películas mexicanas podrán verse: la gente me va a conocer, podremos ir a más festivales y habrán más interesados en distribuirlas. Y mi otra meta, la más importante, es protagonizar una película en Estados Unidos".
"He tenido buenos papeles. En Nacho libre tuve un papel bastante protagónico, pero, por ejemplo, con Cowboys & Aliens y con Cop out fueron papeles de reparto buenos, pero ahora lo que quiero son papeles más grandes y, después, trabajar con directores en una película que sepas que tendrá un personaje que te pueda llevar al reconocimiento", dice guiada por el sentido común y además por su morena ambición.
Y lanza una de las reglas de su carrera como si fuera el eslogan corporativo de Ana de la Reguera Inc.: "Tienes que ir paso a paso. Y espero que en dos años más pueda decir, no que tengo un Oscar, pero que ya protagonicé dos películas, y que puedo vender una que sea mexicana en otras partes del mundo. Para allá trabajamos".
Planes: "Mi meta es trabajar en un mercado que va a todo el mundo para ser más vista".
"La gente más grande es la más sencilla"
La planilla de metas de Ana de la Reguera también incluye directores. "Hay muchos con los que me gustaría trabajar, tanto en México, como en EE.UU., y en España. Uno de ellos es Jason Reitman, el director de Juno y Gracias por fumar. Me gusta mucho él".
Y en cuanto a galanes, también tiene metas: "Uno de mis sueños era trabajar con Daniel Craig y lo estoy haciendo, literalmente".
Mujer indicada en el momento preciso, Ana de la Reguera resume su ascenso de Hollywood con la sencillez de cualquier hijo de vecino: "La gente más grande es la más sencilla, porque no tiene nada que demostrarle a nadie. En Cowboys & Aliens me tocan escenas con todos, aunque ahora estoy trabajando muy cerca con Sam Rockwell (Confesiones de una mente peligrosa) que es un actorazo y no puedes creer que de pronto estás actuando con alguien con una calidad como la de él. Aunque lo mismo pienso de Damián Alcázar (El crimen del Padre Amaro) que es igual de buen actor que él. Ahora tengo la referencia y te puedo decir que hay igual de buenos actores en México que allá".
Y lo dice una conocedora de los dos lados. Afuera y dentro de la cárcel.
De la televisión a la celebridad de la industria internacional
Nacida en Veracruz, México, en 1977, Ana de la Reguera estudió actuación y artes en el Instituto Veracruzano de Cultura, fue anfitriona en la cadena Televisa Veracruz y luego siguió estudios con Rosa María Bianchi, Patricia Reyes Spíndola, Rafael Miranau y Raúl Quintanilla.
En 1996 debutó con la telenovela Azul, a la que un año después siguieron Pueblo chico, infierno grande y Desencuentro.
Luego vinieron otras telenovelas para diversos canales mexicanos (Tentaciones, Destino, Todo por amor, Cara o cruz, esta última hecha para la audiencia hispana en los Estados Unidos y luego retransmitida en México). También hizo Pedro por su casa, en coproducción con Caracol Televisión de Colombia.
Su carrera en cine se inició con Por la libre de Juan Carlos de Llaca, y siguieron otros títulos. Dio el salto al cine norteamericano con Nacho libre de Jared Hess, con Jack Black, que la hizo más notoria. Luego vendría Capadocia.