ALEXANDER LALUZ
Atmósferas sonoras, colores y atrapantes armonías de cuño francés inundarán el Centro Cultural La Experimental de Malvín (Dr. Decroly y Michigan). Esta experiencia será mañana, a las 19.30 horas, y con entrada libre. Las principales protagonistas serán las músicas de Claude Debussy y Maurice Ravel. Dos creadores franceses de la transición del siglo XIX al XX, que -más allá de algunas discrepancias entre historiadores y los propios compositores- suelen definirse como impresionistas.
Y la responsable de este encuentro estético casi monográfico será la Filarmónica de Montevideo, que retoma su programación sinfónica regular luego de la puesta de El barbero de Sevilla en el teatro Solís.
Al frente de la Filarmónica estará el director uruguayo Martín García, quien ya la ha dirigido en varias oportunidades. Y como atractivo especial, varios integrantes de la orquesta asumirán roles solistas. En este caso serán la flautista Margarita González, la violista Cecilia Nicrosi y la arpista belga Annelies Boodts.
Estos músicos revisitarán una pieza de singular belleza en la apertura del concierto: la Sonata para flauta, viola y arpa de Claude Debussy. A continuación, Annelies Boodts será la solista en Danza sagrada y profana para arpa y orquesta de cuerdas, también de Debussy. Y por último, se escuchará Introducción y Allegro para arpa, cuarteto de cuerdas, flauta y clarinete, de Ravel.
El programa, como es notorio, está más allá del modelo más estandarizado del tradicional concierto sinfónico. La orquesta ingresará a ese fascinante territorio de lo camerístico, donde la reducción en la densidad tímbrica sirve de base para la exploración de paisajes sonoros más pequeños y nutridos de afiligranadas texturas.
Los solistas tienen probada experiencia en este fértil campo musical. Tanto Nicrosi como González han participado de numerosas formaciones de cámara, y han trabajado con repertorios muy diversos, desde el barroco al actual. Boodts, un nuevo talento que se sumó a esta orquesta, tendrá la oportunidad de demostrar sus cualidades en un rol de solista.
Por un amor orientaL
Hace un tiempo, la joven Annelies Boodts pasó por Uruguay con la Filarmónica de Lieja. El fugaz pasaje no evitó que descubriera aquí el amor. Por esta poderosa razón, hace pocos meses regresó y se incorporó temporalmente a la Filarmónica de Montevideo y a la Ossodre en un atril usualmente desprovisto: el arpa, un instrumento que la fascinó desde la adolescencia, y que luego se convirtió en el signo de su profesión artística.