ALEXANDER LALUZ
Luego de su presentación en la ópera "Nabucco" de Verdi, la Orquesta Filarmónica retoma su temporada sinfónica con una nueva fecha del programa "Uruguayos por uruguayos".
En el concierto del próximo lunes, la orquesta tocará bajo la dirección de Fernando Condon, y como solista se presentará la violinista uruguaya Cecilia Penadés. El programa, siguiendo el eje conceptual del ciclo, estará conformado por cinco obras de compositores uruguayos.
Cuatro de estas obras pertenecen a compositores que suelen llamarse "históricos", y que incidieron en momentos y procesos claves de nuestra música culta. La primera, Preludio de Idilio, pertenece al maragato César Cortinas (1890-1918), una figura muy singular en la transición del siglo XIX al XX. Su música se afilió sin ambages a un lenguaje de carácter universalista, con fuerte influencia del romanticismo decimonónico, en contraposición a la entonces emergente tendencia nacionalista. Idilio es un buen ejemplo de este estilo: se trata de un poema lírico sinfónico, compuesto a comienzos de la década de 1910 y estrenado en 1912, que está basado en textos de la poeta María Eugenia Vaz Ferreira.
A continuación la Filarmónica revisitará la cuarta composición para orquesta de Héctor Tosar (1923-2002), titulada Momento sinfónico (1949). En ese tiempo, ya estaban perfilados muchos de los rasgos más característicos de Tosar (gran rigor en la construcción formal y su temperamento de gran fuerza expresiva), que a la postre lo convirtieran en uno de los creadores uruguayos más importantes (e influyentes) del siglo XX.
Eduardo Fabini (1882-1950) y Jaurés Lamarque Pons (1917-1982) completarán esta revisión histórica, aportando sus diferentes exploraciones de un lenguaje nacionalista, con fuerte anclaje en la cultura popular. Del primero se escuchará la Fantasía para violín y orquesta, y del segundo Candombe de la Suite de ballet según Figari.
Finalmente, se realizará la primera audición para Uruguay de Canyengue (2007) de Elbio Rodríguez Barilari (1953), compositor, escritor y periodista que desde hace muchos años reside en los Estados Unidos, y mantiene en ese país una intensa actividad musical y académica.
Días antes de este estreno local, El País dialogó con Rodríguez Barilari sobre su obra, sus inquietudes creativas y proyectos, así como de la escasa presencia de su música en nuestro medio.
A todo Canyengue. "Esta obra -explicó Rodríguez Barilari- fue encargada en 2007 por la Sinfónica del Grant Park Festival de Chicago, y se estrenó bajo la dirección de nuestro compatriota Carlos Kalmar. Es una obra que ha tenido suerte, se ha tocado ya unas cuantas veces, pero es estreno para Uruguay". Sus materiales y tratamientos formales, añadió el compositor, "están basados en el tango, la milonga, el milongón y hasta tiene un momento de candombe. Escuchando una conferencia sobre música africana, me enteré de que `kaniengue, con i en vez de nuestra ye, en una de las lenguas del Congo significa fundirse con la música. Así que nuestra memoria colectiva lo sigue aplicando correctamente a músicas que sean muy corporales y sensuales".
En la actualidad, Rodríguez Barilari está embarcado en varios proyectos musicales. "Mucho jazz -comentó-, con una banda tremenda, que es como el sueño del pibe: son catorce músicos que tocan que se las pelan. Para darles una idea, el baterista, Ernie Adams, tocó durante diez años con Al Di Meola. Con esta banda estamos llevando de gira dos obras mías: la Lincolniana, que es un homenaje al mensaje de libertad e igualdad de Abraham Lincoln en su bicentenario, y Sounds of hope (Sonidos de esperanza), que fue compuesta para la noche de la toma de posesión de Obama. No es para nada un culto a su personalidad, sino a la esperanza que él representa". Parte de estas obras pueden escucharse en la web del músico (www.elbiobarilari.com), y se pueden ver varias fotografías de sus presentaciones.
Paralelamente, está con varios proyectos "en música sinfónica y de cámara con anclaje en la música latinoamericana", y está por estrenar un espectáculo junto al bandoneonista Raúl Jaurena. "Se trata de un homenaje sinfónico a los tangos de la Guardia Vieja -explicó- que se presentará el 22 y 24 de julio como parte de un espectáculo de danza en el Millennium Park de Chicago, a donde asistirán entre diez y doce mil personas. Y también voy a dirigir el próximo 30, otro concierto con obras mías en ese mismo escenario".
Búsqueda tanguera
Elbio Rodríguez Barilari comentó a El País que "en la interacción con el tango, podría mencionar mi pieza Tango para Beethoven, que el conjunto de cámara del Sodre ha hecho varias veces, y el Concierto para bandoneón y orquesta, que ya me lo han tocado nada menos que Juan José Mosalini y Raúl Jaurena". Dos obras que vuelven, como Canyengue, a nuestras raíces.