La difícil vocación de cantar

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ALEXANDER LALUZ

Flavia llegó a El País con muchas ganas de hablar de sus nuevos proyectos y su pasión por la lírica. A fin de mes viajará a Viena para participar en el concurso internacional de canto Hans Gabor Belvedere.

"Para poder participar tenés que clasificar en una de las cincuenta rondas de selección que se hacen en todo el mundo", cuenta. Una de esas rondas se realizó el pasado mes de abril en Buenos Aires, y fue organizada por la Fundación del Teatro Colón. "Este año -explica Flavia- se presentaron alrededor de cuarenta cantantes, entre los que habían muchos argentinos, pero también algunos uruguayos y chilenos. El jurado lo integraban dos cantantes líricos, el director de orquesta Guillermo Scarabino, y luego habían varios representantes de la Fundación del Colón, que podían dar su opinión pero no votar".

Cada vez que se realiza esta ronda del Hans Gabor Belvedere en la capital porteña, se seleccionan tres cantantes. Pero en esta edición, y debido al alto nivel de los participantes, decidieron clasificar a cinco. "Y tuve la gran alegría de haber sido premiada con el segundo lugar".

En las etapas finales, Flavia deberá poner a prueba su talento y su técnica ante un jurado internacional. "Este jurado lo forman directores de teatros de todo el mundo, agentes, directores de orquestas, cantantes ya consagrados. Es en realidad un gran trampolín para una carrera en la lírica. Más allá de que llegues o no a la final, estas personalidades te escuchan y podés hacer contactos para iniciar una carrera internacional". Un camino similar al que han seguido otras figuras uruguayas de la lírica, como Carlo Ventre, María José Siri, Adriana Mastrángelo, entre tantos otros, y que les ha permitido encontrar un lugar en este competitivo campo artístico.

El desafío que tiene Flavia ahora es llegar a Austria. La organización del concurso no financia ni los pasajes ni la estadía de los concursantes. La única excepción es uno de los cantantes argentinos que cuenta con el apoyo de un mecenas, que, además, es miembro de la Fundación del teatro Colón. "Yo ya participé en la ronda que se hizo en el año 2006 y es por eso que ahora no me pagan nada", cuenta. "Al cantante argentino que también se volvió a presentar en esta nueva edición sí. Llamé para preguntar y me dijeron que un señor llamado Cordera le quiere pagar el pasaje sólo a él. Y está bien, pero creo que tendría que ser por fuera de la Fundación y de la organización del concurso". Cordera, según comentó la soprano a El País, es "un mecenas que promociona cantantes, y trata de ayudarlos a iniciar sus carreras".

Por eso, para conseguir los fondos que le permitan viajar a Europa, Flavia deberá dar un concierto mañana, a las 18.30, en el auditorio de la Torre de las Comunicaciones de Antel. No encontró otra forma.

Más allá de la pasión que la joven soprano vuelca en este proyecto, no deja de reconocer que en este camino aparecieron varios escollos. "Aquí pedí ayuda al Ministerio de Relaciones Exteriores, y dijeron que me van a apoyar. Me contacté con el MEC, pero no recibí ninguna respuesta". A nivel privado el panorama no fue muy diferente. "El Mozarteum, el Centro Cultural de Música, tampoco me apoyan. Hablé con estas instituciones, pero me dijeron que no tienen rubros, que no tienen fondos. Pero sí tuve suerte con el apoyo que me están dando ArsLyrica, Canal 10, y por supuesto Antel, que me ofrece la sala para este concierto y se encarga del transporte y la afinación del piano". Al decir esto, también reconoce "que en estos tiempos hay un problema real con los rubros, y a los ministerios se presentan muchos proyectos y no se le puede dar plata a todos. Claro, también es cierto que después ves que aparecen fondos para apoyar cualquier otra cosa".

Flavia Berardi es egresada de la Escuela Nacional de Arte Lírico, y también realizó estudios en la Escuela Universitaria de Música. En su corta carrera, ya cantó algunos papeles importantes en óperas como La flauta mágica de Mozart en Buenos Aires, y Madamme Butterfly en la pasada temporada del teatro Solís.

Su vocación se definió gracias a la insistencia de un compañero del liceo. "Él me decía siempre que tenía que estudiar canto. Y así comencé a hacerlo con Amelia Veiga. Ella fue mi primera maestra, y la que me convenció de entrar a la escuela de ópera. Allí fue el gran descubrimiento, el cambio de 180 grados en mi vocación. Eso fue en 2001, y cuando ingresé a la escuela me di cuenta que eso era mi vida".

El concierto de mañana es organizado por ArsLyrica, una de las pocas instituciones culturales que apoya su proyecto. Junto con ella cantarán la mezzosoprano Stefanía Maquiera, el tenor Andrés Barbery y, y como invitado especial estará el reconocido barítono Darío Solari. El programa que interpretarán, con acompañamiento de la pianista Carla Ferreira Romaniuk, incluirá obras de Mozart, Rossini, Donizetti, Offenbach, Gounod, Verdi, Tchaikovsky y Bernstein. La entrada al concierto es libre, pero se venderán bonos de colaboración a $ 100, que servirán para cubrir los costos del pasaje y la estadía en la capital austríaca.

La mezzo uruguaya Adriana Mastrángelo es uno de los talentos de nuestra lírica, pero su carrera la ha desarrollado en Argentina. Desde allí, Mastrángelo ha participado de numerosas óperas y conciertos con elencos y orquestas de gran prestigio. Lamentablemente, en su caso también se cumple una ley fatídica: pese a su manifiesta voluntad de cantar en nuestro país, las circunstancias han determinado que sus visitas sean muy esporádicas. La excepción a la regla (por suerte) se cumplió hace pocas semanas, cuando Mastrángelo participó en un concierto del cuarteto de cuerdas Struny, en el ciclo "Cantos de cisne" que se realiza en el Auditorio Nelly Goitiño. Ahí demostró generosamente las cualidades de su voz, en una interpretación de la Chanson Perpetuelle de Ernest Chausson. Una bellísima pieza con la que la mezzo desplegó un contenido pero eficaz trabajo escénico, que apoyó una virtuosa performance vocal. El apoyo de Struny, junto con la pianista Ani Álvarez Badano, completó un entramado de imágenes sonoras y poéticas muy logradas, que Chausson delineó a partir de complejas estructuras armónicas y melódicas.

Carlo Ventre

Tenor

Con su gran potencia y temperamento, Ventre a conquistado su lugar en el mundo de la ópera a nivel internacional. Sus interpretaciones recuperan el registro y el color tan propios del tenor de carácter, cualidades que le permiten lucirse en personajes bien definidos, intensos, y de gran virtuosismo vocal.

Luz del Alba Rubio

Soprano

Otra cantante uruguaya que habiendo dado sus primeros pasos en el movimiento coral local, decidió jugar todas sus cartas a un proyecto profesional y de vida en Europa. Por su técnica y expresividad, Luz del Alba ha cosechado el éxito en infinidad de puestas operísticas en el viejo continente, en los Estados Unidos y también en el Lejano Oriente.

Erwin Schrott

Barítono

Su debut fue en Montevideo a los 22 años. Inmediatamente hizo su primera presentación en Santiago de Chile. Desde esa época, Schrott siguió conquistando escenarios y concursos, hasta convertirse en una voz de referencia en el Primer Mundo, interpretando papeles protagónicos en la histórica Scala de Milán o en el Covent Garden de Londres.

María José Siri

Soprano

Siri posee una sólida técnica vocal y escénica que le han permitido cantar con mucha soltura los personajes más codiciados del repertorio operístico. Se formó en nuestro país y también en el exterior. Su agenda incluye conciertos y óperas en escenarios europeos, latinoamericanos y estadounidenses de gran prestigio.