"La boda", de Brecht, en los salones del Club Uruguay

No convencional. Alberto Zimberg ante un clásico del teatro alemán del siglo XX

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En el Club Uruguay (Peatonal Sarandí 584) se está llevando adelante un espectáculo teatral en espacio no convencional. Es "La boda", de Brecht, dirigida por Alberto Zimberg, quien en 2009 ganó el Premio Florencio al Mejor Director.

El título tuvo un montaje que quedó para el recuerdo: lo había dirigido Héctor Manuel Vidal al frente de la Comedia Nacional en la vieja Sala Zavala Muniz, en 1986. Ahora se lo puede ver, todos los días a las 21 horas, hasta el lunes próximo, con un elenco lleno de vigor, integrado por Roberto Bornes, Alicia Garateguy, Mariela Maggioli, Carla Moscatelli, Sergio Muñoz, Tito Prieto, Sebastián Serantes y Leonor Svarcas. Con vestuario de Paula Villalba, escenografía de Claudia Schiaffino y Beatriz Martínez, e iluminación de Martín Blanchet, también cuenta con tres músicos en escena: Nicolás Escobar, Javier Martínez y Martín Cantarini.

Las entradas valen $ 250 y se venden en Abitab y en la sala, una hora antes de la función que comienza a las 21 horas.

La boda es una de las primeras y más famosas obras del dramaturgo alemán Bertolt Brecht. Escrita en 1919, el joven autor de veintiún años, creó esta pieza de teatro de un solo acto mientras gestaba su visión dramática con el llamado distanciamiento brechtiano.

Presentada en su momento bajo el título completo de La boda de los pequeños burgueses, se sitúa en un banquete de bodas caótico y mordaz, que busca dejar en el público un sabor agridulce. La versión de Zimberg plantea una relectura de este clásico del siglo XX, donde también el público es invitado para celebrar la unión de la feliz pareja.

La ambientación en el Club Uruguay aprovecha el carácter suntuoso de su salón de baile, símbolo de la alta burguesía uruguaya de otros tiempos.

Allí, 11 personajes en escena, la música en vivo, los bailes y cantos, procuran cristalizar una atmósfera aparentemente feliz, pero que poco a poco se va desvaneciendo a medida que las máscaras de cada uno de los invitados caen para mostrar sus verdaderos intereses. Una feroz sátira y una dura crítica a la institución del matrimonio buscan ser llevados a escena, exhibiendo un mundo ganado por las apariencias.

El espectáculo, producido en el marco por el Programa para el Fortalecimiento de las Artes de la Intendencia de Montevideo, cuenta con dirección de Zimberg, un director que viene trabajando un lenguaje escénico propia y de interés. En 1999 dirigió la obra El amante, de Harold Pinter, y en 2002 Crónica de una mujer sin receta. Luego sorprendió mucho su montaje Anhelo del corazón, de Caryl Churchill, en 2005, espectáculo que recibió seis nominaciones al Premio Florencio. En 2009 dirigió Los padres terribles de Jean Cocteau, puesta distinguida con tres premios Florencio, incluyendo mejor Director y Espectáculo. El año pasado se hizo cargo del elenco de la Comedia Nacional, ofreciendo Atendiendo al señor Sloane de Joe Orton.

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