Hoy a las 21.30 horas el gran cuentista argentino Luis Landriscina ofrecerá en el Cine Plaza un espectáculo en homenaje a su amigo y colega Julio César Castro, Juceca, quien falleciera el mes pasado a los 75 años de edad.
Estos dos grandes del humor rioplatense trabajaron codo a codo durante casi tres décadas, hecho que afianzó no sólo una sólida relación profesional sino también una buena amistad. De esta manera, Juceca recibe un merecido homenaje por parte de un amigo y experto en en su obra. "La gente no se muere cuando la entierran sino cuando la olvidan", ha dicho Landriscina, para explicar que la obra de Juceca seguirá viva y, a través de ella, aquél flaco de pulcro bigote y un metro ochenta y cinco de estatura. Según le explicó Landriscina a El País, el espectáculo de esta noche no sólo servirá para recordar varios de los mejores relatos de Castro, sino también para revivir anécdotas y reencontrarse con grabaciones testimoniales de lo que fue el trabajo en radio de ambos. "A Juceca hay que recordarlo con humor y con alegría, porque eso fue lo que él le dio a la gente y con eso hay que retribuirlo", expresó Landriscina.
encuentro. El primer encuentro entre ambos humoristas estuvo marcado por un cruce de fronteras. Landriscina, conoció el humor de Juceca en 1973, cuando el argentino estaba trabajando en la radio CX 30 de Montevideo. "Me pasaron un libro de Don Verídico. Lo leí y me gustó mucho su humor. Entonces tratamos de ponernos en contacto con él. Pero Juceca en ese momento se había ido probar suerte en Buenos Aires. Teníamos los papeles cambiados. Así que tuve encontrarlo allá", recuerda el humorista chaqueño.
Landriscina recuerda muy bien aquella ocasión. "El recién se había instalado, y yo lo fui a ver a su apartamento. La verdad es que tenía todo pelado, sólo tenía un cajón donde había puesto la máquina de escribir y nada más. Entonces, como intuí que la estaba pasando mal, le dije que a mí me gustaría hacerle un adelanto del contrato. Y él me dijo ‘ah bueno, eso se lo agradecería mucho’. Era un tipo de una gran dignidad", recuerda el argentino.
Para Landriscina, Juceca no era un mero humorista. "Yo siempre digo que es un escritor hecho libretista, porque el esencialmente era un escritor, además con una voz propia. Si él hubiera nacido en Francia sería considerado un surrealistas", sostiene. También destacó el profundo sentido humano que Juceca tenía en su obra. "Más allá del humor, si se sabe leer entre líneas, todos los personajes de Juceca tenían un profundo sentido de la solidaridad", señala. "Esas son cosas que le agregan mucho a su humor y el que las percibe las disfruta y bueno y el que no las percibe, bueno, se quedará solamente con el humor. Pero incluso el respeto que tenía para sus personajes como con La Duvija, esa mujer que tomaba vino en el boliche El resorte, que nunca la presentaba borracha y a la que nunca ningún hombre le faltó el respeto. Son cosas importantes, que a mi me gustaba mucho de él", aclara. Landriscina no sólo le puso voz al personaje de Don Verídico, sino también rostro, ya que lo llevó tanto a la radio como a la televisión.
Las entradas para hoy cuestan 250 pesos.