Hubo segundo round para Calamaro y No te va gustar

Buenos Aires. Luego de su roce en el Pilsen Rock, se cruzaron en el Pepsi Music

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BUENOS AIRES | IGNACIO QUARTINO

"A los que no nos vinieron a ver, muchas gracias por el respeto, algo fundamental", dijo Emiliano Branccari, frontman de No te va gustar, a 25 mil personas antes de cerrar el sábado el repertorio de temas que la banda preparó para el Pepsi Music.

Con la novedad de la presentación del tema Los indiferentes de su último disco, Por lo menos hoy, los uruguayos finalizaron una correcta performance en el escenario principal, para dar pie al inicio a la fiesta de los Auténticos Decadentes en el escenario B.

En un festival muy cronometrado y después de la catarata de hits fiesteros del grupo de "Cucho", la inconfundible voz de Mario Pergolini anunciaba el cierre del Pepsi con la llegada de "el cantante" que se presentó ante 35 mil espectadores. Así, Andrés Calamaro recuperaba el protagonismo perdido una semana atrás en Montevideo, por no cerrar el Pilsen Rock.

El sábado casi no había uruguayos "más amargos que el mate" y el Salmón salió a escena tranquilo, consciente que era el plato principal de la noche, para tocar tranquilo durante dos horas canciones de su último álbum, On the rock, y clásicos de su etapa de solista, de Los Rodríguez y de Los abuelos de la nada.

Pero por más que todas las luces se posaron sobre Andrés y su banda, eso no quitó que el cantante evocara la polémica del mate. Durante el estribillo de Sin documentos cambió la línea de "volver con un cigarro a la cama", como dice la letra original, por "tomar un mate amargo uruguayo". Sin intención de entrar en polémicas con sus colegas, saludó a las bandas que participaron en el festival y consideró a No te va gustar, "compañeros de ruta" de estas últimas dos semanas.

compromiso.Calamaro tampoco olvidó la coyuntura política argentina. Pidió un aplauso para Mariano Ferreyra, militante del Partido Obrero asesinado la semana pasada en una trifulca con una patota sindical. También recordó que el mismo día del show habría cumplido años Federico Mouras, ex líder de Virus, y Charly García, con el que se enfrentó hace más de una década por cuestión de polleras.

Calamaro ya no es el mismo que regresó al ruedo en 2005, con los shows junto a La Bersuit Vergarabat, recopilados posteriormente en un exitosísimo disco. Ya sin teclado, con lentes de sol y guitarra eléctrica, el cantante tiene una postura más rockera, que le permite mezclar sus temas con clásicos de los Stones como Jumpin Jack Flash, o hacer la introducción de Real wild child, como si fuese Iggy Pop.

Lo atractivo de sus recitales es que, pese a sostener su perfil rockero, durante las dos horas de presentación se ajustó a las circunstancias del espectáculo sin cambiar su pose. Gracias a esa versatilidad, el Salmón, con un timbal en la mano, convocó a la "vieja guardia" de los de Auténticos Decadentes y el show entró en una etapa de canchengue para cantar Tres Marías, de su último disco, Tuyo siempre, y el clásico de Los abuelos de la Nada, Mil horas.

A diferencia de giras anteriores, Calamaro se mostró afín con desempolvar viejos éxitos de la banda que lideró Miguel Abuelo y también cantó Costumbres argentinas, que generó uno de los momentos más intensos de la noche.

Para terminar quedaron esos éxitos posteriores al disco Alta suciedad "que sabemos todos". Con Paloma empezó la retirada. Después llegaron en fila las canciones Estadio azteca, Crímenes perfectos y Flaca, para que el banquete de Salmón sea completo.

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