Esta tarde a las 19.30 horas en el Museo Nacional de Artes Visuales (Tomás Giribaldi y Herrera y Reissig) se presenta un libro que seguramente despertará la curiosidad. Las dos muertes de Dionisio Díaz es una investigación histórica del periodista Matías Castro, en la que se indagan los episodios que rodearon la historia del popular héroe infantil uruguayo, y su proyección hacia el presente.
En el lanzamiento de la publicación (a cargo de Estuario Editora) participan la historiadora Ana Ribeiro, el comunicador Christian Font y el novelista Tomás de Mattos, como una triple forma de ofrecer puntos de vista complementarios sobre el material.
La historia de El Pequeño Héroe del Arroyo de Oro es por demás conocida. En una pequeña y pacífica localidad de Treinta y Tres, la noche del 9 de mayo de 1929 ocurrió un hecho que trascendió la crónica roja, para convertirse en mito. Aparentemente, el ataque de locura de un anciano fue la causa de un derramamiento de sangre, del que el pequeño Dionisio resultó gravemente herido. El chico, con tan solo nueve años, centró sus esfuerzos en salvar la vida de su pequeña hermana, desangrándose mientras lograba su noble cometido. Ejemplo de amor fraternal, el mito de Dionisio Díaz se convirtió rápidamente en un emblema nacional.
Pero Castro plantea que el homicidio aún no está resuelto. Con la colaboración en investigación criminológica y forense de Diego Ferreira, indagó detenidamente el caso, dedicando años a su seguimiento. A la abundante bibliografía sobre el crimen (en su mayoría de carácter apologético), el periodista e integrante de la sección Espectáculos de El País, estudió paso a paso los antecedentes de las familias implicadas en el asunto, entrevistó personalmente a quienes podían aportar nueva información y reconstruyó los pormenores de aquella trágica noche.
Para eso viajó al lugar de los hechos, buscando respuestas a las preguntas que nunca habían sido contestadas. Porque durante 80 años se dijo que a Dionisio Díaz lo había matado su abuelo, pero como sostiene Castro, "todo indica que fue acusado con demasiada prisa". Es que hay versiones contradictorias, declaraciones que no coinciden, relatos sin fundamentos que hacen que el caso, más allá del mito, no pueda ser considerado cerrado.