Esta tarde entierran a Celia Cruz, quien falleció hace ya seis días. Desde ayer el féretro de la cantante estuvo expuesto en Nueva York en la funeraria Frank E. Campbell, desde donde se le trasladará esta tarde a la Catedral de San Patricio, donde se celebrará una misa de difuntos. Posteriormente se efectuará el entierro de la artista en el Cementerio Woodlawn en el barrio neoyorquino de El Bronx.
Cruz vivía en Nueva Jersey, pero pidió ser velada en Miami, ciudad a la que consideraba su segundo hogar. Luego de un multitudinario velorio y una masiva misa en su nombre, el cadáver de Cruz reposó durante la noche en la Torre de la Libertad, un simbólico edificio para los exiliados cubanos. Allí funcionó un centro de refugiados al que acudieron más de 500.000 inmigrantes que escapaban de la isla buscando libertad en Estados Unidos.
A esa misma torre acudieron el sábado más de 75.000 personas para rendir su tributo a Cruz. No importó el intenso calor superior a los 30 grados, ni las interminables filas de más de 15 cuadras. Hombres y mujeres de todas las edades y nacionalidades acudieron a observar, aunque fuera por algunos segundos, el cadáver de Cruz, expuesto en un cajón de madera clara repleto de flores blancas y cubierto por la bandera cubana.
Su rostro maquillado lucía como dormido, con sus labios pintados de rojo, sus pestañas postizas negras y su peluca roja. Tenía sus manos cruzadas y entre ellas, enlazado un rosario color marfil, igual que su vestido. "Quiero agradecerles con todo mi amor y con la fuerza de mi alma todo el sacrificio que ha hecho este pueblo por mi esposa", expresó Pedro Knight, el inseparable esposo de Cruz por 41 años, al final de una misa que el sábado a la noche se ofreció para homenajear a la cantante cubana.
En la ceremonia también estuvo Dolores Ramos, una media hermana de Cruz que vive en Cuba y consiguió visa para asistir los actos fúnebres. Pero no sólo los familiares, amigos y admiradores estuvieron presentes. Una constelación de celebridades, entre ellas el actor Andy García, los cantantes Carlos Vives, Willy Chirino, Gloria Estefan y su esposo Emilio Estefan, los animadores Cristina Saralegui y Don Francisco, acudieron al velorio y la misa. "La muerte de Celia Cruz es algo terriblemente triste", manifestó García, mientras "Don Francisco" consideró que la cantante "no se equivocó en el manejo de su vida, porque si no no hubiera provocado una despedida como la que se le da hoy en esta ciudad". Para Emilio Estefan, "con este cariño, Celia está recogiendo el amor y la decencia que sembró".
Antes de llegar a la iglesia del Gesu, en donde se realizó la misa, el cadáver de Cruz fue acompañado por una multitudinaria procesión de unas cinco cuadras. Para que miles de personas pudieran oír la misa, se colocaron altavoces en las calles y la ceremonia fue transmitida en vivo por la cadena televisiva estadounidense en español Telemundo.
En Nueva York, a donde llegaron ayer los restos mortales de Cruz, también hubo conmoción. La policía calculó que unas 50.000 personas acudieron ayer a dar su último a Celia Cruz, no sólo de Nueva York sino también de estados vecinos. Las primeras en la fila eran una puertorriqueña, Lourdes de la Rosa, y una cubana, Diana Estévez, quienes habían pasado la noche en vigilia y, según dijeron, escuchando la música de Celia, pese a la lluvia que cayó sobre la ciudad. Entre los admiradores, se encuentran no solo cubanos, sino también venezolanos, guatemaltecos y panameños, muchos de ellos con banderines con una foto de la artista o banderas de sus países.