Durante este mes se expusieron las obras premiadas de la Primera Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de Argentina. La muestra tuvo lugar en el Centro Cultural Borges de Buenos Aires, y permitió conocer, entre otros trabajos, el envío del escultor uruguayo Diego Kröger, que obtuvo el primer premio en su categoría. En ese encuentro participaron artistas de Argentina, Uruguay, Chile, Brasil, Perú, México, Venezuela, Cuba, Dominicana, Alemania, Francia, España, Inglaterra, Estados Unidos, Italia y Rusia en disciplinas como pintura, escultura, grabado, dibujo, fotografía, textiles, cerámica, arte digital y orfebrería.
La obra de Kröger se caracteriza por su estilización formal, reduciendo el objeto representado a unos pocos lineamientos y a un severo tratamiento de volúmenes y planos. En el caso, el trabajo premiado tiene referencias náuticas, que en Kröger son habituales, resolviendo los perfiles en mármol blanco con algunas incisiones y recortes que otorgan particular energía a la composición. En la Bienal argentina actuó un jurado internacional, aunque el certamen cuenta asimismo con un Comité Académico de especialistas que respalda su funcionamiento. En la oportunidad, dispuso igualmente del auspicio del Ministerio de Relaciones Exteriores junto al apoyo de las embajadas de Uruguay y de Bolivia.
En Montevideo, hace tres meses, el envío de Kröger había sido declarado de Interés Cultural por el director nacional de Cultura del Ministerio de Educación y Cultura. El acontecimiento internacional que se realizó en Buenos Aires, parece no sólo estimable como esfuerzo para robustecer el intercambio artístico entre los países (y particularmente entre los regionales, donde esa integración es tan escasa) sino también como posibilidad para que los plásticos uruguayos muestren su trabajo fuera de fronteras, en una saludable confrontación de modalidades y lenguajes personales. De paso, la obra del escultor premiado se incorpora a esa circulación y reafirma su interés ante otros públicos, movilizando una carrera que en el verano pasado ya había merecido algunas consideraciones sobre su desarrollo expresivo.