En nombre de la fe

| La acción transcurre en Jerusalén, en tiempos del rey Balduino IV y su rival Saladino

HEROE. El francés Balian (Orlando Bloom), un caballero políticamente correcto. 200x140
HEROE. El francés Balian (Orlando Bloom), un caballero políticamente correcto.

GUILLERMO ZAPIOLA

Hay un trasfondo histórico real en Cruzada, superespectáculo épico dirigido por Ridley Scott e interpretado por Orlando Bloom, Liam Neeson y un largo elenco, que se exhibe desde hoy en el Uruguay y que antes del fin de semana habrá sido conocido ya en estreno mundial en 19 países. El propio director, quien podría decirse que reinventó el género hace cinco años con Gladiador, aclara empero que su película es "ficción, no un documental", y que por supuesto se ha permitido varias libertades con los hechos auténticos.

La acción transcurre en el siglo XII, entre la Segunda y la Tercera Cruzada, cuando el reino de Jerusalén se encontraba bajo el control de los cristianos. La paz es frágil, sin embargo, y surgen tensiones que conducirán al enfrentamiento entre el débil rey cristiano Balduino IV, devorado por la lepra, y el líder kurdo Saladino, musulmán sospechoso de herejía y admirador de la cultura griega que la historia ha recuperado, empero, como uno de los campeones del Islam.

En el film el espíritu conciliador impulsado por Balduino y Saladino se ve saboteado por el extremismo de los Caballeros Templarios, defensores de la idea de que el único musulmán bueno es el musulmán muerto. En medio del conflicto se verá involucrado el joven francés Balian (Orlando Bloom), destinado a convertirse en caballero, y que llega a Jerusalén en un momento clave.

LICENCIAS. Con una sola excepción, los principales personajes del film han existido realmente, aunque el libreto se tome algunas licencias poéticas con respecto a algunos de ellos. Ya se sabe que existieron Balduino IV (encarnado con elogios por Edward Norton) y Saladino (que le cayó en suerte al sirio Ghassan Massoud, muy popular en su país), pero también fueron personajes reales el templario Chatillon (Bernard Gleeson), el guerrero Tiresias (Jeremy Irons), el ambicioso barón Guy de Lusignan (Marton Csokas) y hasta el protagonista Balian, de quien sin embargo los libros de historia hablan menos y por lo tanto admitía un mayor margen de invención a cargo del guionista Bill Monahan, quien entre otras cosas le adjudicó un ficticio romance con la princesa Sybilla, hermana de Balduino, quien para mayor complicación está casada con el villano barón de Lusignan y que es interpretada por Eva Green (la actriz de Los soñadores de Bernardo Bertolucci).

El único personaje absolutamente ficticio del film es Godfrey de Ibelin (Liam Neeson), el padre de Balian, quien deja en herencia a su hijo su espada, su honor de caballero y el propósito de fomentar en encuentro entre las religiones y las culturas, construir en la Tierra el Reino de los Cielos a que alude el título original del film. Trágicamente, el personaje descubrirá a cierta altura que su punto de vista es minoritario, claro.

ANTECEDENTES. "Así lo quiere Dios", había proclamado en 1095 el papa Urbano II, cuando convocó a la Primera Cruzada con el objetivo inmediato de recuperar para la Cristiandad la Tierra Santa conquistada por los musulmanes en el siglo VII, y la intención colateral de canalizar hacia un enemigo externo los ardores bélicos de los señores feudales de su época en lugar de tenerlos matándose entre sí en el fondo de su casa. Al comenzar el film, menos de un siglo después de esa proclama, la intención de hacer de Jerusalén la versión terrena del Reino de los Cielos era ya un fiasco. Tratar de salvar algo del desastre (y de la cercana amenaza de las aguerridas tropas de Saladino) es el empeño del protagonista Balian, quien al principio del film se encuentra en lo que su intérprete Bloom denomina "un estado nihilista" (su esposa y su hijo han muerto) pero que adquiere una razón para vivir cuando su padre regresa a Francia y le transfiere las responsabilidades de la caballería.

El director Scott (Los duelistas, Alien, Blade Runner, Thelma & Louise) reconoce que su atracción por los films de caballería proviene de su adolescencia, cuando muchas películas ("especialmente las de Kurosawa y las de Bergman") despertaron su entusiasmo. El director reconoce: "Eran sueños de infancia, como las películas de piratas o los ‘westerns’, pero hasta que no he conocido a Bill Monahan, el guionista de la película, no se presentó la oportunidad real. Le conocí en el rodaje de La caída del Halcón Negro cuando leí un guión que había escrito para dirigirlo él mismo titulado Trípoli, que de hecho está ahora haciendo con Russell Crowe". Scott supo entonces que Monahan tenía en la cabeza una película sobre las Cruzadas ("tema sobre el que posee enormes conocimientos", y así surgió la idea de este film que se estrena ahora.

Un abanico de opiniones contradictorias

Organizaciones islámicas y cristianas norteamericanas han temido que Cruzada actualizara tensiones en un país aún desgarrado por los atentados del 11 de setiembre de 2001 y la guerra en Irak. Grupos de derechos humanos, políticos y expertos temieron que la película "estereotipara negativamente" a alguno de los bandos, cristianos o musulmanes, enfrentados en su historia.

Para Bob Smithouser, editor de la revista Plugged In, la película "es muy meritoria ya que evita cuidadosamente dar un retrato malicioso tanto de cristianos como de musulmanes". Una opinión minoritaria es la de Khaled Abu el-Fadl, profesor de derecho de la Universidad de California, quien piensa que "la película muestra a los musulmanes como seres irracionales, deshonestos, mentirosos, mientras que los cristianos se ven como tolerantes, justos y racionales". Otra opinión minoritaria pero opuesta es la del historiador británico Jonathan Riley Smith, también experto en las Cruzadas, quien cree que la película "es una versión de la historia contada por Osama Bin Laden". Un periodista ha llegado a preguntarse si estos dos últimos leyeron el mismo guión. Lo que al parecer nadie duda es que la polémica (como ya ocurrió con La Pasión de Cristo de Mel Gibson), que queda abierta desde ya, es una excelente forma de promoción, y sumada a sus casi seguros valores espectaculares puede ayudar a convertir al film en un rápido éxito de taquilla.

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