El regreso de la bestia enamorada

| El gorila gigante copó la Gran Manzana, en la primera de varias funciones de lanzamiento

NEOYORQUINOS. El equipo de “King Kong” encabezado por Peter Jackson con el Times Square de fondo. 200x250
NEOYORQUINOS. El equipo de “King Kong” encabezado por Peter Jackson con el Times Square de fondo.
AP

Setenta y dos años después de su primera derrota en el Empire State Building, y veintinueve después de estar a punto de dejar las Torres Gemelas apenas un poco menos maltrechas de lo que quedarían tras el 11 de setiembre, King Kong ha vuelto a Nueva York. El pasado martes tuvo lugar en la Gran Manzana el preestreno mundial de la nueva versión, dirigida por el neocelandés Peter Jackson, de las aventuras del mono gigante, que llegará a Montevideo y muchos otros lados el cercano viernes 16 de diciembre. Hoy tendrá lugar la presentación en Berlín, y mañana será la de Londres.

La gala, a la que asistieron unas ocho mil personas, contó con la presencia del director Jackson (el de El señor de los anillos) y los principales actores del film (Naomi Watts, Adrien Brody, Jack Black), y entre el público estuvieron igualmente otros famosos como Danny De Vito, John Turturro y la niña Dakota Fanning. Un muñeco de siete metros de altura representando a King Kong fue erigido para la ocasión en el cruce de Broadway y la Séptima Avenida.

Jackson vio por primera vez el film completo (tres horas) en esta exhibición neoyorkina. "Literalmente, trabajamos en él hasta el último minuto", explicó el director. Y hubo algunos sobresaltos en las últimas semanas, por cierto, incluyendo el "divorcio por mutuo consentimiento" entre el director y su músico Howard Shore, quien compusiera la partitura para El señor de los anillos e iba a hacerlo para King Kong. Finalmente, Jackson y Shore no se pusieron de acuerdo con respecto a lo que querían, y prefirieron no seguir adelante. El reemplazante de Shore, James Newton Howard, tuvo muy poco tiempo para proporcionar una banda sonora alternativa que se atuviera a las indicaciones de Jackson.

REACCIONES. Devin Gordon, de la revista Newsweek, ha sido uno de los primeros periodistas internacionales en ver la nueva King Kong, antes incluso de su lanzamiento neoyorkino: fue invitado por Jackson a una función privada en Nueva Zelanda. Según Gordon, la película es "sorprendentemente tierna y conmovedora", y al igual que el original de Ernest Schoedsack y Merian Cooper de 1933 es una "trágica variante del tema de la Bella y la Bestia".

Jackson y su equipo han vuelto a los orígenes: su historia se ambienta en los años treinta, y al final, como lo señala una cobertura del New York Times, Kong se dirige "al edificio correcto" (el Empire State Building, no las Torres Gemelas de 1976) en compañía de la rubia y los biplanos con ametralladoras. El cronista de Newsweek agrega por su parte que Jackson se mantiene sorprendentemente fiel al original, empeñándose en una minuciosa reconstrucción de época y en una búsqueda de encuadres y climas que provienen del film de Schoedsack y Cooper, al tiempo que lo critica sutilmente. Por ejemplo, en estos tiempos de "corrección política" resultaba casi inmanejable la imagen primitiva de los tribeños de la isla Calavera (los salvajes pintarrajeados del Hollywood clásico, repicando sus tambores mientras recitan "unga bunga"), pero por otra parte esos personajes juegan un papel demasiado importante en la historia para prescindir de ellos. En la nueva versión resultan menos primitivos, pero no dejan de ser peligrosos, lo cual resulta comprensible en función del entorno: hay que ser listos y temibles para sobrevivir en un mundo donde hay monstruos prehistóricos de diversos formatos y colores.

La producción tuvo que pagar los derechos correspondientes para poder utilizar imágenes del Empire State Building, cuya propiedad intelectual está debidamente registrada. Lydia Ruth, coordinadora de eventos especiales del edificio, ha declinado informar cuál fue la suma acordada, pero ha señalado que Jackson y su equipo querían "hacer historia", reproducir el edificio y su entorno tal como eran en 1933. El veterano periodista Mike Wallace, ganador de un premio Pulitzer por su libro Gotham: A History of New York City to 1898, sostiene que el Empire State es un edificio de escala más humana (y, para el caso, también más "mona") que las Torres Gemelas. En resumen, es el decorado perfecto para el desenlace de King Kong.

Entretelones de un rodaje

- Los responsables de efectos visuales del nuevo King Kong construyeron un modelo virtual de la ciudad de Nueva York, eliminando toda edificación posterior a 1933. Varias secciones de la ciudad fueron reproducidas fuera de la computadora, en Nueva Zelandia. Todo ello debió complementarse con las escenas filmadas en el Nueva York real.

- Otro de los escenarios claves del film es la isla Calavera, el lugar nativo de Kong, de reptiles prehistóricos y de una antigua civilización olvidada por el tiempo. El diseñador Richard Taylor bromea a propósito de su trabajo: "Para la construcción de los dinosaurios me inspiré en mi chaqueta. La estiraba hasta que cubría todo mi brazo y luego la movía como si fuera un animal de trapo".

- En realidad, el proceso comienza con dibujos apegados a lineamientos antropológicos, luego se construyen ‘muppets’, y finalmente se digitalizan. En total se idearon dos mil criaturas diferentes pero solamente catorce aparecen en el corte final de la película. Un tanto melancólicamente, el diseñador Taylor declara: "El triceratops es mi favorito y no aparece. Pero podrán verlo en el DVD".

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