El patio trasero de Europa hoy

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Jorge Abbondanza

Los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne son dos talentos belgas que trabajan en equipo. En su ejemplar carrera figura al menos una gran película, El hijo, donde cuentan con descarnado realismo la peripecia de una pareja de jóvenes marginales y del bebé que han tenido. Todo su desencanto se mantiene aquí para seguir explorando un medio sórdido, una suerte de patio trasero de la Europa de hoy donde se cobijan inmigrantes ilegales, drogadictos, mafias que trafican con indocumentados y seres desvalidos que peregrinan a la deriva. El eje de ese cuadro es la mujer albanesa casada con un belga para obtener su ciudadanía y el fondo del tema es una hilera de pequeñas miserias que pueden incluir violencia y muerte, pero también una silenciosa degradación.

Los Dardenne manejan su historia con el rigor habitual. Mantienen sin aclarar algunas zonas del relato, sugiriendo que esa bruma es tan cerrada como la soledad afectiva de los personajes. Con ello obligan al espectador a esforzarse para indagar en los pliegues del asunto y a verlos como en la propia vida, donde algunas cosas se descubren con claridad y otras no. Una película dura como ésta tiene el mérito de hurgar en las capas menos gratas de un mundo exteriormente espléndido y ayudar así a descubrir el lado menos visible de la verdad. El tramo final del relato pierde sin embargo una parte de su interés al volverse más literario que testimonial, aunque siempre vale la pena ver a los Dardenne en acción.

Ficha

Bélgica 2006. Título original: Le silence de Lorna

Dirección y guión:

Jean-Pierre y Luc Dardenne

Fotografía: Alain Marcoen

Montaje: Marie-Hélène Dozo

Elenco:

Arta Dobroshi

Jérémie Renier

Fabrizio Rongione

Alban Ukaj

Morgan Marinne

Olivier Gourmet.

Atención a...

El elenco de varias nacionalidades que habla de paso en cuatro idiomas para ilustrar esa moderna Babilonia (en el caso la ciudad de Lieja) que acompaña el tráfico de personas.