FABIAN MURO
Fue uno de los títulos más esperados en el Festival de Cannes. Es que con Last days, la más reciente película del director Gus Van Sant, se cierra una trilogía fílmica sobre la muerte. Según ha explicado el cineasta, con Last days, historia claramente basada en la vida de Kurt Cobain pero sin llegar a ser una "biopic" convencional, concluye una serie de tres películas que comenzó con Gerry, hace tres años, y siguió con la elogiadisíma Elephant, hace dos (el film obtuvo la Palma de Oro en Cannes en el 2003).
Como en el caso de aquellas películas anteriores, también Last days es una producción de bajo presupuesto, aunque en el elenco asoman algunos nombres casi famosos, como el de Asia Argento (XXX) y el protagonista, Michael Pitt (La aldea). Descrita como una narración "no lineal de las últimas horas de Kurt Cobain", la película estaba inicialmente pensada como un relato fiel a los hechos documentados de los últimos tramos de la vida del cantante y guitarrista de Nirvana. "Cuando comencé con el guión, la viuda de Kurt, Courtney Love, se involucró a fondo en el proyecto. Pero luego, la historia fue mutando hacia algo derivado de un hecho real, pero no estrictamente basado en éste", explicó el cineasta.
La decisión de Van Sant hizo que la película sea cada vez más un proyecto personal y heterodoxo, alejado de los estereotipos hollywoodenses. Además, como ya se ha dicho, empalma con Gerry y Elephant, ambas consideradas como relativas a lo mejor de la filmografía del director.
LA PARCA. Según ha explicado Van Sant, cada una de esas películas habla sobre la muerte. "En Gerry se encaraba el tema desde la muerte accidental. En Elephant, por demencia o por la mano de otro. Aquí, es la muerte por mano propia", le dijo Van Sant al diario inglés The Guardian. "Comencé a pensar en realizar esta película, a mediados de los noventa. En un momento determinado, creo que alrededor de 1996, me encontré pensando bastante sobre la muerte; en la desaparición de gente amiga como River Phoenix (actor de Mi mundo privado, de 1991, dirigida por Van Sant) y en otros que habían signficado algo para mí, como Jerry Garcia y Kurt".
Pero la muerte no es lo único que hilvana las tres últimas películas del director. Van Sant también ha dicho que sus tres últimos largometrajes están directamente inspirados en el estilo del director húngaro Bela Tarr, un cineasta afecto a largos, silenciosos e intensos planos, por ejemplo. "No sólo los planos me inspiraron", explicó Van Sant. "También la narración circular, que en Elephant estaba muy presente y en esta película aparece solo esporádicamente". Yendo a lo específico, el realizador afirmó que la película de Tarr que más lo impactó fue Satantango, un film que curiosamente es del mismo año en el que Cobain decidió poner fin a su vida.
APUESTAS. Van Sant ha declarado que difícilmente vuelva a ganar la Palma de Oro en Cannes, tan corto tiempo después de que Elephant se alzara con el máximo galardón del festival. "Me gustaría, no cabe duda. Pero esto no es una competencia olímpica, en el cual que salta más largo gana. Una película es interpretada por un jurado, no es lo mismo. Aún así, uno siempre tiene esperanzas".
Más allá de un eventual nuevo galardón para Last Days, la actual posición de Van Sant en el cine parece más firme que cuando el cineasta se dio un paseo por el maistream de Hollywood, dirigiendo películas como En busca del destino, la remake plano a plano de Psicosis y Descubriendo a Forrester, entre otras. En esas producciones de elencos estelares, Van Sant se ajustaba a los convencionalismos y el brillo y la garra que había demostrado en películas como Mi mundo privado, Drugstore cowboy y Even cowgirls get the blues no se hacían presentes, relegando a uno de los cineastas más personales de Estados Unidos a un discreto y lejano segundo plano, tras apellidos como los de Damon y Connery.
Para su trilogía sobre la muerte, Van Sant decidió volver a tomar riesgos, ya sea inspirándose en Tarr para narrar un inexplicable hecho como la Masacre de Columbine o, como en este caso, filmar cronológicamente los últimos y confusos días del mártir del "grunge". No sólo en la disposición del plan de rodaje Van Sant procedió de manera heterodoxa. En Last days, el director le pidió a su elenco mucha improvisación, editó la película durante el rodaje y buena parte del audio es sonido directo. "Quería que la película tuviese un espíritu real, que se pareciera más a la vida que a una historia. Una de las cosas que más me gustaron de Tarr es que esos largo planos te obligan a concentrarte en lo que querés filmar, en qué es lo que se comunica desde el encuadre, antes que estar pensando en estrategias de edición que luego pondrán las cosas en su lugar. Básicamente, se prioriza el hecho de filmar y no el de editar", justificó.
Pero también hay un propósito ulterior que llevó a Van Sant a filmar de esta manera y de contar historias que no bajan línea o entregan respuestas y certezas: "Los que vean esta película tendrán la libertad de interpretar las imágenes como les plazca. La manera en que está contada la historia admite muchas lecturas y espero que los espectadores lleguen a sentirse partícipes de lo que están viendo", concluyó Van Sant.