El cine latinoamericano en el centro de ambicioso acuerdo

| La alianza se ha propuesto la producción de catorce películas en los próximos cuatro años

Henry Segura

Es de las alianzas destinadas a repercutir en todo el continente. Durante el último festival de cine de Cannes, el argentino Eduardo Costantini (h) firmó un acuerdo con los hermanos Bob y Harvey Weinstein, por el cual quedó constituido un fondo de producción y distribución que operará alrededor del cine latinoamericano. Las dos partes tienen detrás de sí la fuerza de experiencias empresariales individuales muy exitosas: los Weinstein que durante años lideraron Miramax Films; Costantini ubicándose al frente del área cine del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires.

"Hace mucho tiempo que quiero producir cine", dice Costantini (h). "El haber trabajado en el Malba y el haber viajado a muchos festivales me permitió conocer más de cerca la industria del cine. Así fue que hace tres años conocí a Harvey Weinstein, que trabajaba en ese entonces para Miramax. Los dos coincidíamos que el cine latinoamericano estaba pasando por un muy buen momento, que había una serie de cineastas muy talentosos y que sería bueno hacer una empresa para apoyarlos y lanzar sus películas más allá de los límites continentales".

Cuando deciden cruzar los destinos de sus empresas, las dos partes marcan los objetivos del Latin America Film Fund. Con voz pausada, Costantini recuerda que "es un fondo para producir una catorce películas en los próximos cuatro años".

En los tres meses que han pasado desde su constitución, el fondo ya tiene dos créditos. Por un lado compró los derechos de Crónica de una fuga, de Adrián Caetano, para distribuirla en Estados Unidos y Europa. En forma simultánea se decidió la producción del largometraje Elite Squad (Tropa de elite), que el próximo mes comenzará a dirigir el brasileño Jose Padilha.

RENTABLES. Los presupuestos que manejará el fondo no son necesariamente altos. Es una forma de reducir riesgos, pero también de adecuarse a las inversiones que se hacen a nivel continental. "En la Argentina pensamos en películas que se pueden hacer con no más de un millón de dólares, como Crónica de una fuga. Con entre uno y tres millones de dólares se pueden hacer películas como Ciudad de Dios y Amores perros", recuerda Costantini.

El acuerdo Weinstein-Costantini deja liberada las iniciativas a una u otra parte, pero las propuestas deberán ser acordadas por ambas. Por razones obvias, el territorio latinoamericano parece destinado al argentino, que ha empezado a construir una red de apoyo con empresas de distintos países. En Brasil ha acordado con Bruno Vainer de Downtown Filmes. En México lo ha hecho con dos productoras: Altavista (la de Amores perros) y Argos Comunicaciones (Sexo, sudor y lágrimas). "A Uruguay todavía no he ido, aunque en los últimos años surgieron películas muy buenas", dice.

El ejecutivo porteño apunta hacia un cine de calidad que pueda ser financieramente rentable. Lo hace al asegurar que "en América Latina hay directores muy talentosos, como Adrián Caetano. Me gustaría trabajar con Lucrecia Martel, quien ahora está terminando el guión de un nuevo film, sobre el cual ya hablé con Harvey. Si bien es una directora que no se vuelve tan comercial, como puede serlo Caetano, hay formas de participar que permiten no perder dinero. Cuando se va a filmar sabiendo que se tendrá distribución en Estados Unidos, eso ya es muy importante".

Con esto, Costantini apunta hacia lo que puede ser el gran aporte de los Weinstein, conocedores al detalle del negocio cinematográfico a gran escala. Cuando rompieron con Disney el año pasado, crearon The Weinstein Company. Lo hicieron en términos tales que "quedaron con la posibilidad de co financiar o co producir algunos proyectos con Disney, algunas secuelas como Mini espías o Sin City", recuerda el empresario argentino. "Ellos las producen, los Weinstein las distribuyen en Estados Unidos y Disney lo hace fuera. Cuando se fueron lo hicieron con 120 personas que son especialistas en distribución por sala y por video".

Dos películas con una indiscutida vocación social

Los dos acuerdos iniciales del Latin American Film Fund tienen que ver con aspectos muy duros de la realidad latinoamericana.

El tema de los desaparecidos, la represión durante las dictaduras de los 70, sustancia la historia que Adrián Caetano cuenta en Crónica de una fuga. Definido como un "thriller político", el guión se basa en la historia real de un grupo de jovenes que lograron escapar de un centro clandestino de detención en 1977. Un grupo de "tareas especiales" del régimen secuestra al arquero de un equipo de fútbol de la B y lo traslada al centro de detención conocido como Mansión Seré. Luego de cuatro meses de cautiverio, durante una tormenta, saltan por una ventana al vacío y completamente desnudos inician su fuga.

El director uruguayo asumió la dirección del film tras la buena acogida de su anterior Un oso rojo, y de haber incursionado por la televisión montevideana con la serie Uruguayos campeones.

Por otro lado, el acuerdo Weinstein-Costantini entrará a operar en el área de la producción, en setiembre, con el comienzo del rodaje de Tropa de elite (Elite Squad). El guión del brasileño Jose Padilha es anunciado como el "retrato de uno de los conflictos más alarmantes que afecta a la mayoría de los países de América Latina", en referencia al narcotráfico y a la corrupción policial.

El film mostrará las historias de dos oficiales que forman parte del Batallón de Operaciones Especiales creado en Rio de Janeiro en 1982, con el objetivo de combatir el tráfico de drogas en las favelas. Por contraposición, la historia está destinada a exponer el conflicto social sobre el cual está asentado el narcotráfico.

Padilha es un cineasta que ganó respetos con el documental Omnibus 174, investigación sobre las circunstancias en que un ómnibus fue secuestrado en Rio.

Pacto

"Yo buscaré proyectos para financiarlos y los Weinstein se encargarán de distribuirlos"

Perfiles

Weinstein co.

Bob y Harvey Weinstein fundaron Miramax Films en 1979 y la dirigieron hasta 2005. Al frente de esa empresa consiguieron 24 candidaturas al Oscar en la categoría mejor film extranjero, 249 en todas las categorías, de las cuales 60 se convirtieron en premio.

Entre los títulos que manejaron se encuentran Tiempos violentos, Las horas, Mi pie izquierdo, Amelie, El paciente inglés, La vida es bella, Il postino, La lección de piano y Las horas.

Desde Miramax han estado vinculados a algunos éxitos del cine latinoamericano. Fueron ellos los que distribuyeron en EE.UU o produjeron Ciudad de Dios, Frida y Como agua para chocolate.

Costantini films

Eduardo Costantini (h) es director ejecutivo del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires-Colección Costantini, desde 2002. Más de un millón de personas han visitado al museo desde su apertura en 2001.

El Malba ha trabajado en la preservación del patrimonio audiovisual, incluyendo contribuciones al rescate de clásicos, como Gritos y susurros de Bergman, El ciudadano de Welles, La aventura de Antonioni y Alphaville de Godard. También lo ha hecho con obras maestras latinoamericanas: Terra em transe de Glauber Rocha, Vidas secas de Pereira dos Santos, El castillo de la pureza de Arturo Ripstein. A esto suma una colección de documentales propios.

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