AP Y EL PAÍS
El autor de novelas extensas como "Fachada", "El informe Pelícano" y "El jurado", entre otras, acaba de cambiar de género. Su último libro se compone de cuentos cortos, y es la primera vez que se mete con el género en veinte años de carrera.
Suele ser bastante difícil vender un libro de cuentos cortos. Pero no si se es John Grisham. El autor de novelas de intriga convertidas en películas, como Tiempo de matar, El cliente y otras, ha escrito su primera colección de cuentos cortos. Ford County se titula y está ubicada en la comunidad de Misisipí, la misma que ha usado a menudo en sus relatos de ficción.
La más reciente obra de Grisham, basada en gran parte en sus años como abogado defensor en Southaven, Misisipí, incluye relatos sobre un esposo aburrido y menospreciado redimido por el juego de apuestas, un abogado implacable confrontado por algunas viejas víctimas, y un grupo de amigos que planea donarle sangre a un amigo hospitalizado pero se detiene a beber en el camino. "He tomado muchas notas y todavía lo hago, y estas ideas, estos cuentos, pensé que serían novelas y simplemente no lo fueron. No son lo suficientemente largas, ni lo suficientemente complicadas. Así que las guardé y supongo que hace alrededor de un año me enserié en la idea de terminarlas", contó a AP en reciente entrevista con motivo del lanzamiento.
Las colecciones de cuentos rara vez venden más que unos pocos miles de ejemplares, pero la demanda de Ford County ha sido tal que el libro se vio atrapado en una guerra de precios, en la que Walmart.com y Amazon.com ofrecieron la edición en tapa dura de 24 dólares en librerías normales, por 9 o menos.
"Lo maravilloso de un cuento corto es que uno puede trabajar en él, dejarlo de lado y olvidarlo por un año, y volver a él con una perspectiva diferente, o una idea distinta. Así que eso es lo que he hecho por muchos años con estos cuentos", agregó el autor, indiferente a la guerra de precios que desata su firma en la tapa.
Muchos de los cuentos no presentan una imagen muy alentadora de los abogados. El autor ha reconocido que nadie quiere leer sobre abogados honestos y trabajadores, ya que es un tema aburrido.
"Uno quiere leer sobre un tipo que robó dinero y fingió su muerte o algo así y escapó", apunta con la seguridad de alguien que ejerció la profesión y dice que la mayoría de los abogados que conoció eran gente sencilla y honesta.
"Como abogado de un pequeño pueblo, uno no conoce gente que lleve vidas productivas y felices, sin problemas. Todo el que entra por la puerta tiene un problema. La mayoría no tiene mucho dinero... Pero debido a esto uno ve mucho material bueno. Uno ve vidas jorobadas que tienden a ser tristes, pero también pueden ser muy coloridas y de ahí viene el material".