Disney coproduce viejo cuento chino

Estreno. "La calabaza mágica" en Beijing

GUILLERMO ZAPIOLA

Walt Disney Pictures ha desembarcado con fuerza en la República Popular China. La producción "La calabaza mágica", combinación de acción viva y animación digital producida con Hong Kong y hablada en mandarín se está haciendo notar.

Aunque no se trata de la primera producción Disney con tema chino (ya existía el antecedente de Mulan), La calabaza mágica, cuyo título de distribución internacional en inglés es The Secret of the Magic Gourd, es la primera película producida por la empresa en colaboración con el país asiático. Se trata de una coproducción de Walt Disney Pictures con el China Film Group (el grupo estatal chino de producción) y el Centro Digital Pictures de Hong Kong, que ha estado vinculado a la producción de películas como Kill Bill de Quentin Tarantino y Fútbol Kung Fu del brillante Stephen Chow. La distribución internacional correrá por cuenta de la empresa Buena Vista.

Se trata de la adaptación de un relato tradicional chino, escrito por el fallecido (en 1985) pero aún muy popular escritor Zhang Tianyi y publicado por primera vez en 1958. La historia, que contiene una cuota de moralismo muy oriental, cuenta el caso de un niño a quien la calabaza mágica en cuestión, que le permite cumplir una serie de deseos, le enseña también algunas nociones de responsabilidad con respecto al trabajo. Ya había sido filmada como serie animada para la televisión china, pero ahora llega a la pantalla grande con una combinación de animación digital y acción viva.

Para los ejecutivos de Disney, que saben que el mercado chino representa aproximadamente la cuarta parte del mundo, se trata de una clara apuesta a ganador. Stanley Cheung, director gerente de Disney en China, ha destacado el empeño de la empresa por asimilar las tradiciones y culturas de los pueblos con los que ha resuelto trabajar: "Respetamos y apreciamos la cultura local china, que tiene profundas raíces. Además de traer más entretenimiento de la familia Disney a China, otorgamos gran importancia a la búsqueda de contenidos locales relevantes y atractivos que complementen nuestros valores".

En tanto respeto hay una cuidadosa dosis de cálculo. Al parecer Disney se las ha arreglado para superar ciertas limitaciones que las reglamentaciones chinas imponen al material producido por extranjeros. Por ejemplo, al tratarse de una coproducción, La calabaza mágica no tendrá que competir con las aproximadamente veinte películas extranjeras cuya exhibición en salas Beijing autoriza cada año. En su primera semana de exhibición recaudó un millón de dólares, lo que no está mal para estándares chinos de taquilla.

Pero la película forma parte de un operativo comercial mayor. A Disney le importa China: ya tiene 4.200 puntos de venta en centros comerciales en el país, dispone de 40 canales de televisión y dos de sus películas, Rescate en la Antártida y Cars se dieron en salas en 2006.

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