Dicen que la fama es puro cuento

| Alejandro Sanz, Julio Iglesias, Alanis Morisette y Pelé tienen participaciones especiales

AUTOREFERENCIAL. Más allá de los amores y de los odios,  Celebridad  hace sus reverencias a artistas internacionales y, en particular, a los brasileños. 200x154
AUTOREFERENCIAL. Más allá de los amores y de los odios, Celebridad hace sus reverencias a artistas internacionales y, en particular, a los brasileños.

Si algo le faltaba al sacudón televisivo que se viene gestando esta semana en Uruguay era la llegada de una telenovela brasileña. Hasta ahora, la mayor parte de los cambios fueron importados desde Argentina, y minoritariamente se debieron a la propia producción nacional, pero a partir de esta noche se instalará por largo tiempo Celebridad, una historia que la Globo contó a lo largo de 221 capítulos y que en Uruguay se podrá ver los martes y jueves por Teledoce.

El propio mundo del espectáculo ha sido asumido como telón de fondo para este nuevo entrecruzamiento de amores y odios. Los personajes deambulan por las proximidades de una revista dedicada a las estrellas y al show business, que tiene su propio Espacio Fama, con una doble directiva: como posibilidad para que entre ellos asomen artistas de talla internacional (caso Alejandro Sanz, Julio Iglesias, Alanis Morissette, Simple Red) y simultáneamente como homenaje a los creadores brasileños que brillaron en el deporte (Pelé) y en la música (Roberto Carlos, Gal Costa), con un remate muy singular en el último capítulo donde el propio ministro de cultura Gilberto Gil muestra todo su talento mientras la cámara recoge las imágenes de los propios realizadores de Celebridad. En este sentido, la propia Globo limitó el perfil internacional ya que en determinado momento hasta se había apostado a la participación del mismísimo Paul McCartney.

Delante de semejante telón se cuenta lo que ocurre cuando la estrella María Clara (Malu Mader), bendecida por la fama y un amante muy adinerado que le permite mantener a su familia de vagos, es enfrentada por su secretaria Laura (Claudia Abreu) con un siniestro plan que incluye un secuestro inicial. Laura no es la única malvada de esa historia que se remonta al año 1988. Lo que en principio se parece a cualquier cuento de hadas, con la heroína inspirando una canción de su enamorado Wagner que impacta en las cajas registradoras de todo el mundo, tiene un primer tropezón violento: el día de la boda se aparece, arma en mano, otro cantante que dice ser el verdadero autor de la canción y dispara sobre el prometido. La mujer que inspiró canción, perfumes y ropas, deja de ser musa para comenzarse a construir como estrella con luz propia.

Está de más aclarar que allí no arranca una historia sino un par de docenas, con implicancias tan insospechadas que llegan hasta la propia París para seguir los desgarros presentes de un cineasta brasileño que llegó allí como exiliado y que asalta a sus invitados con entusiastas comentarios sobre el cine de su país, con Gláuber Rocha a la cabeza, obviamente.

En La Nación, la periodista Dolores Graña escribió: "la introducción de los personajes en el primer capítulo fue un verdadero manual de estilo televisivo, capaz de insinuar con pocas pinceladas las historias completas de, a saber: un periodista prestigioso devenido alcohólico y desempleado, dos desopilantes manicuras desesperadas por figurar a cualquier precio, un exitoso productor de cine exiliado en París cuya mujer extraña el dinero del padre, un empresario que arregla jurados de premios supuestamente intachables y los cínicos fotógrafos de la noche carioca, entre muchos otros".

CREADOR. Lo autorreferencial termina impregnando con un encanto muy singular a la telenovela, según el comentario mayoritario de la prensa. Ese es un mérito que se le atribuye al libretista Gilberto Braga, un hacedor de éxitos que tiene en su haber sucesos de audiencia como los de La esclava, Dancin’Days y Vale todo.

Pero ni siquiera él con su talento se siente capaz para sostener una historia como la contada por Celebridad. Por ello Braga convocó a varios colaboradores con los cuales trabajó en el guionado, a partir de las propias ideas que él planteaba para que otros desarrollaran, tras lo cual volvían a su escritorio para ser supervisadas. Ese proceso complicado terminó alejando a Braga de escribir escenas, que es lo que más le gusta, pero permitió que se animaran a agregar capítulos a un proyecto que al principio tenía 203 y que llegó a los 221 "dejando un gustito de quiero más", según un periodista brasileño.

No menos singular es su manera de trabajar los personajes a los que siempre deja expuestos a los manejos de los actores. "Yo escribo para el actor. El actor es co-autor, es soberano", insiste quien convocó para Celebridad a la plana mayor de los artistas de la Globo, desde Malu Mader, Thiago Lacerda, Fabio Assunao y Marcos Palmeira a los eternos Reginaldo Farías y Hugo Carvana.

De la misma manera que no es capaz de explicar por qué Celebridad se le pobló de villanos ("fue lo que pintó, yo soy intuitivo, voy dejando que las cosas pasen", dice) tampoco encuentra una definición precisa para la telenovela. Cuando escribió Vale todo la consigna fue "Brasil muestra tu cara" y con ella se salió a hacer la publicidad. Pero con Celebridad esa síntesis le fue imposible. "Es menos consecuente", sostiene. "Tiene mucho que ver con la capa y la espada, con los Tres Mosqueteros, secretos, esas cosas".

El modelo de las malvadas

La propia TV Globo realiza investigaciones de mercado cuando emite una telenovela. Una de las hechas con Celebridad tenía que ver con el nivel de identificación del público femenino con los personajes propuestos. La María Clara que interpreta Malu Mader encabezó las preferencias de las telespectadoras, siendo seguida por la Eliete de Isabela García y por la malvada Laura que compone Cláudia Abreu.

La pregunta era ¿cuál de las mujeres de la novela le gustaría ser a Ud.?

Para la Globo la investigación mostró que Malu Mader "es un ícono de las mujeres" y que el personaje Eliete atrae por su "alegría y simpatía" y por ser la más experta de la novela. Es curiosa la explicación dada a la afinidad despertada por Laura: "porque ella conduce la historia", "es fuerte" y "tiene control sobre todo".

Según las investigaciones de Globo, la preferencia por las villanas es un dato relativamente nuevo. En esa línea aparecieron personajes "malos" pertenecientes a otras telenovelas no emitidas en Uruguay, como la Jezebel de Chocolate com pimenta, la Adma de Porto dos milagres y la Selma de Desejos de mulher, entre otras. El dato originó ironías de todo tipo y color, la más dura de ellas ligando la ambigüedad bondad-maldad a la condición femenina.

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