Ian Spelling | servicio especial "Hollywood watch"/The New York Times
Ann Darrow, le presento a Ann Darrow. Antes de interpretar a la heroína de la épica versión de King Kong de Peter Jackson, Naomi Watts cenó en Nueva York con Jackson y con su predecesora Fay Wray, quien encarnó a la legendaria damisela en apuros en la película original de 1933.
Wray tenía 96 años de edad y falleció pocos meses después, pero ese encuentro le dejó una profunda impresión a Watts.
"Fue maravilloso conocer a Fay," dice la actriz suavemente, con el rostro cruzado por una melancólica sonrisa. "Pasamos una velada estupenda. Un caballero de nombre Rick McKay ofreció una cena íntima y Peter claramente estaba enamorado de esa mujer desde que tenía unos 9 años de edad. Creo que ella fue su primer gran amor."
"El le dijo que estaba haciendo esta película y lo mucho que significaba para él, pues fue lo que lo hizo ser cineasta," recuerda Watts. "Ella prestó mucha atención y creo que él estaba conmovido por el simple hecho de estar en la misma sala que ella. De hecho, creo que vi asomarse una lágrima. Fue un momento adorable."
"Después me presentaron como la nueva Ann Darrow y ella me miró y me dijo: ‘Usted no es Ann Darrow, soy yo!’ Yo pensé que era maravilloso que siguiera teniendo ese humor a sus 96 años. Después tuve unos momentos de temor de que yo no fuera a caerle bien, de que ella pensaba que yo no daría el ancho ... y todas esas cosas típicas."
"De todos modos, tuvimos una linda cena y hablamos de todo," dice la actriz australiana. "Y al final de la noche la fuimos a dejar a su casa. Cuando bajó del coche nos besamos y abrazamos y entonces ella me susurró al oído: ‘Ann Darrow está en buenas manos’".
"Fueron muy buenas palabras de despedida, pues sentí que me estaba dando la autorización y me estaba pasando la estafeta."
Watts tomó la estafeta y corrió hasta llegar a Nueva Zelanda, donde Jackson ya estaba trabajando duro para reinventar King Kong para el público contemporáneo.
La historia, sin embargo, sigue siendo básicamente la misma: en 1933, el cineasta Carl Denham (Jack Black) encabeza un fatídico viaje a la isla Skull, donde él y su cuadrilla —formada, entre otros, por la incipiente actriz Ann Darrow, el escritor Jack Driscoll (Adrien Brody) y la tripulación de un barco llamado S.S. Venture-pronto se topan con Kong, un gorila de más de ocho metros de altura.
Darrow y Driscoll ya se habían enamorado para cuando llegaron a la isla Skull, pero poco después Kong se interpone entre ellos. Aunque al principio está aterrada por el simio, la rubia beldad se conecta con Kong bailando, haciendo malabarismos con piedras y simplemente divirtiéndolo —él, a su vez, se convierte en su protector, salvándola de los dinosaurios carnívoros de la isla Skull y rescatándola una vez más en Nueva York.
"La relación entre Kong y Darrow está en el centro de la película", afirma Watts, entrevistada en un hotel de Nueva York.
"Tenemos a dos seres desesperados," explica. "El está desesperado, desesperadamente solitario. No ha tenido compañía desde quién sabe cuántos años. Y ella sufre de lo mismo en realidad, aunque de otra manera. Y entonces se juntan. El es una bestia salvaje y mala. Y ella, aunque ha tenido experiencias muy duras en Nueva York, es capaz de ser ruda y encontrar la manera de negociar para no acabar muerta o despedazada."
"Me encantó la idea de que introdujeran el aspecto del vodevil y ella averiguara que lo que Kong necesitaba era que lo entretuvieran," agrega Watts. "¿Y por qué es eso? Porque él está solo, está desesperado por relacionarse. Así que él empieza a empujarla y trata de que ella cante y baile, sólo para hacerlo reír y todo se vuelve muy humorístico. Pero después él quiere más, y más y más y ya nada es suficiente. Entonces tiene ese acceso de rabia, pero no mucha pues él está a punto de aplastarla pero se da cuenta de que ella es divertida.
"Así que él tiene ese acceso y después está avergonzado," continúa la actriz. El pasa por una enorme gama de emociones y tiene que huir y esconderse, pues no puede enfrentarse a ella. Ella lo entiende en ese momento. Lo ve y sabe quién es, sabe que ha sido una criatura aislada y quizá se identifica un poco con él ... Ese el momento definitivo del inicio de su relación."
ENSAYO. Kong es una creación digital, generada en computadora, pero Watts nunca tuvo que estar sola en el estudio interactuando con una pelota de tenis o un muñeco de peluche, como suele ser el caso en las producciones con muchos efectos digitales. En cambio, Jackson contrató al actor Andy Serkis —el Gollum digitalizado en la galardonada trilogía El señor de los anillos (2001-2003)— para que interpretara a Kong. El trabajo requería no sólo llevar un traje para captar los movimientos ante la pantalla verde, para darle puntos de referencia al equipo de efectos especiales, sino también estar en el escenario durante la filmación convencional, para reproducir las emociones y movimiento de Kong para Watts.
"Andy y yo nos conectamos de inmediato," dice Watts. "Sabíamos qué teníamos que hacer, qué trabajo era necesario para hacerlo creíble, y los dos simplemente llegábamos a eso. Había veces en que nos caíamos riendo y diciendo: ‘¿Qué estamos haciendo? Esto es de lo más extraño.’ Y dejábamos que eso nos recorriera y después regresábamos."
"Teníamos que levantarnos el ánimo una y otra vez," agrega riendo. "Le di a Andy una Barbie. El siempre estaba en una especie de tractor, y ésa era mi línea visual y creaba la escala. Yo no cabía en la palma de su mano cuando estaban haciendo captura de movimientos, así que le di unas Barbies y las vestí con trajes."
Ahora Watts está en la lista de actrices mejor cotizadas y su currículo ahora incluye una nominación al Oscar por 21 Gramos (2003) y un éxito de taquilla con La llamada (2002). Si este es el éxito que todo mundo está previendo que será, King Kong la podría llevar al siguiente nivel.
Sin embargo ella dice ser indiferente a esa perspectiva. Después de años de papeles de reparto y proyectos invisibles, la actriz dice que aprecia todos sus éxitos pero está muy consciente de que puede ser tan efímero como la visita de Kong al Empire State.
"Es maravilloso poder trabajar con gente a la que admiro y que me inspira," afirma Watts. "Siento mucha gratitud por haber recibido estas oportunidades. Me encanta lo que hago. Para mí significa mucho y me ha traído mucha felicidad. Esa es la emoción que tiene para mí."
"No es que piense que ya la hice porque estoy en el radar," concluye. "Siempre vendrá una nueva lucha."
Una actriz para su consideración
n La autoestima de Naomi Watts pareció crecer después de actuar en El camino de los sueños. Ella lo reconoce: "Sabía que después de haber trabajado con David Lynch muchos directores me verían como una actriz que merece la pena, como una profesional seria". Fue el trampolín para La llamada y para King Kong, por nombrar los títulos más taquilleros de la actriz que en Montevideo también puede ser vista en Días de furia, al lado de Sean Penn.
La posición privilegiada que presenta Watts la vuelve en una de las candidatas más firmes para el Oscar de la Academia de Hollywood en la categoría mejor actriz. Su gran foto aparece en todas lados, como parte de la campaña publicitaria que los estrategas de King Kong han diseñado. Lo más llamativo es lo directo de la estrategia, donde las fotos aparecen con la leyenda "For Your Consideration" (para su consideración), obviamente dirigida a los electores de la Academia.
Si bien la película de Jackson ha tomado la iniciativa en ese camino, a esta altura no es el único título que recurre a la frase. Star Wars. Episodio 3, Johnny y June, Las crónicas de Narnia y Memorias de una geisha también optaron por hacer un llamado seductor a quienes le pueden allanar el camino hacia el Oscar.