MATÍAS CASTRO
En medio de la andanada de películas de distinto calibre y procedencia que trae el Festival de Cine de Montevideo, aparece un documental con una historia de vida peculiar, ejemplar para algunos. Se trata de "Raúl", de Verónica Pamoukaghlian.
Cuando la directora y productora Verónica Pamoukaghlian visitó al atleta Raúl López Barrera, se llevó una sorpresa. Era el año 2009 y López Barrera, que tenía setenta y cinco años, entrenaba para participar del Mundial de Atletas Veteranos que se iba a celebrar en Finlandia. El motivo de la visita tenía que ver con la insistencia del productor estadounidense John Case, quien le decía que tenía que hacer una película sobre el deportista.
Un rato después la realizadora estaba convencida de que podía hacer una película sobre él, no sólo por su trabajo como atleta, sino por la forma de vida que llevaba, construida por él mismo durante años. "El primer día que me encontré con él descubrí que no daba para hacer una película", cuenta, "daba para hacer cuatro: tocaba la guitarra, esculpía, tenía una pareja super linda. Y no es como te podés imaginar una pareja de un viejo con una joven, sino que es una de las parejas más sólidas que he conocido en mi vida. Tienen una cosa que son como una persona los dos".
Pero la cosa no terminó ahí.
En la misma primera reunión, Raúl notó que ella se movía con algunos problemas a la hora de pararse o de sentarse. Tenía que operarse por una hernia de disco y él lo notó solo con verla. Ese mismo día Susana terminó por hacerle digitopuntura para ayudarla. Y ese fue el comienzo de un proceso que no sólo la llevó a hacer su documental sino también a cambiar su visión de su propia vida.
Casi dos años más tarde la película está lista y tiene dos funciones aseguradas dentro del Festival de Cine de Montevideo. Raúl fue estrenada ya en la ciudad de Los Angeles, Estados Unidos; también fue distinguida como Mejor Documental en el festival Ehiff de Nueva York. Y su protagonista, que tiene setenta y siete ahora, se convirtió recientemente en campeón mundial de decatlón en el Campeonato Mundial Master de Atletismo, que se celebró en Sacramento, California.
"Yo estoy lejos del lugar donde está él pero aprendí mucho y yo creo que todos los que trabajamos en la película lo hicimos. Y no sólo cosas relacionadas con el deporte sino también con la actitud frente a la vida", dice la directora.
Su plan de trabajo se adaptó en cierto modo a la sorpresa que el protagonista representaba para ella. La idea inicial era filmarlo durante el entrenamiento y seguirlo luego durante el mundial en Finlandia. "Lo de Finlandia nos ordenó todo el trabajo y la narrativa de la película. Es el centro de la película porque lo que pasó ahí fue muy fuerte".
Como suele ocurrir en la inmensa mayoría de los documentales, la verdadera película fue surgiendo durante la etapa de montaje. Esto se hizo en parte en Buenos Aires, con la montajista Rosario Suárez, y en parte en Montevideo, proceso que fue nuevo para la realizadora porque hasta ese momento solo había montado y dirigido cortometrajes y videoclips. "La idea que tenía era no usar entrevistas ni voz en off, cosa que hizo más complicado el montaje pero también me dio la percepción que el trabajo de dirección de la película tuvo lugar realmente en la mesa de montaje. Yo creo que la dirección de la película tuvo lugar al editarla". Así fue apareciendo Raúl, el atleta y se fue deshilvanando una forma de ver la vida que a la directora le cambió la suya.
Raúl y su esposa la ayudaron a buscar formas de ejercicio para recuperarse de su operación de hernia de disco. De hecho, muchas de las rutinas que le plantearon parecían desafiar cualquier indicación médica. Pero el resultado es que gracias a esto dejó las terapias e incluso las medicinas que supuestamente tenía que tomar por el resto de su vida. "Si ahora ves en mi perfil de Facebook vas a ver que dice que mi religión es el deporte", dice confiada la directora. "Es que entendí que el ejercicio físico es una cosa que tendría que ser mucho más central en nuestra vida para estar bien del cuerpo y de la cabeza".
Una directora que ahora va a producir
"A partir de Raúl tengo la camiseta uruguaya más puesta que nunca", dice la directora del film. Debutó en el largometraje con esta película y prepara dos proyectos como productora. Ahora mismo trabaja con el director uruguayo Carlos Morelli, radicado en Alemania, pero no se plantea dejar Uruguay. Morelli dirigió el cortometraje Monstruo, en el que ella ofició de productora y en el que actúa Roberto Jones (se puede ver algún avance en el sitio www.thewanderlife.com). Y para el año que viene están planificando un documental, en el que Morelli volverá a ser director y ella productora, pero que se filmará en Perú. Hasta que surgió el proyecto de Raúl ella había trabajado con músicos uruguayos, ya sea produciendo espectáculos como dirigiendo videoclips. También dirigió un corto de ficción y un par de mediometrajes documentales sobre el Hospital Vilardebó. Sin embargo, cuenta, ahora no tienen intenciones de volver a dirigir. El trabajo de producción junto a Morelli es suficiente.