Dady, más que risas

Brieva habla sobre "Incorregibles" y su debut como director

2007-06-18 00:00:00 300x300

Matías Castro

Hay cierta sorpresa detrás de la persona del cómico Ruben Enrique "Dady" Brieva. Se revela en parte con su presencia en Montevideo, para presentar "Incorregibles", la película con Guillermo Francella que se estrena dentro de dos semanas.

Recuerda casualmente su última visita, cuatro años atrás, cuando conoció a Francis Andreu y tuvo oportunidad de recorrer varios boliches. "Ahí empecé a conocer la noche de Uruguay, lo que conocen los uruguayos y no la que es for export. Conocí una parte de la noche para la que tengo edad, ya que no voy a ir a W Lounge, por donde igual he pasado", dice.

A pesar de haber venido por este film con Francella, parece más interesado en hablar sobre otros trabajos suyos, como la película dirigida por él que estrenará en agosto, el libro que escribió o las ideas que maneja detrás de su humor. El inicio de una breve entrevista con él da a entender que detrás del carácter del personaje y del cómico hay un hombre de la farándula pero con otros intereses. "Mis salidas no son para estar con Luciana Salazar, son para tomar un trago, fumar un habano y charlar sobre música, Perón y los setenta". En otro momento lo interrumpe una llamada a su celular. Es su hijo desde Buenos Aires. Brieva lo regaña a las risas, porque estuvo hablando más con su madre que con él.

Incorregibles es su primera película como protagonista. Antes había actuado en un film de 1992 y el año pasado en Más que un hombre, película que él mismo dirigió y coescribió. Con cincuenta años de edad y una carrera muy larga, explica que recién con este film recibió una propuesta para interpretar a un personaje diferente a lo que hacía en teatro. "Siempre las propuestas venían por el lado de Midachi. Uno tiene su quinta en eso, porque prefiero hacer el personaje para mí, con mis libretos y en mis obras", cuenta.

Ahora mismo está alejado de la parte de sus trabajos que más se conocen, tanto en televisión como en teatro. De nueve de la mañana a una de la tarde conduce un programa por Radio Mitre. Y próximamente se podrá escuchar su voz en la película animada de Isidoro, en la que dará vida al famoso playboy argentino, junto a Luciana Salazar, que pone la voz al personaje de Cachorra. Sin embargo sobre ese trabajo no se extiende demasiado en sus respuestas.

Brieva se suelta cuando se le pregunta sobre el film que dirigió y que se estrenaría en agosto. "Lo hice todo de pechito, de forma artesanal", cuenta.

El argumento de la película se basa en el cuento Putos eran los de antes, publicado en su libro titulado Con tal que seas sanito. No le permitieron mantener el título original, según dice, y por eso lo rebautizó como Más que un hombre. Es la historia de un peluquero del barrio de su infancia, Santa Fe, que en la época del proceso militar escondió a un militante maoísta durante tres meses bajo un tanque de agua. "El proyecto tuvo que ver conmigo, no quise entregar el poder a ninguna productora. Elegí el camino más arduo y espinoso... Quería vomitar una historia que tenía adentro y llevarla al cine".

Claro que un proyecto con este perfil, creado por alguien con el perfil de Brieva, puede ser recibido con cierto prejuicio. Por eso reconoce que los famosos suelen estar encasillados y les resulta difícil salir de esos nichos. "Es como si Cacho de la Cruz quisiera hacer Shakespeare, Bertolt Brecht o una película sobre Raúl Sendic. En nuestros países, todas esos temas tienen la cosa de que deben ser relatados por ciertos tipos, intelectuales y con determinado pensamiento político. Se supone que un cómico no las puede contar".

Periódicamente el cómico se remite a historias de su infancia. La relación con su padre, quien no veía con buenos ojos su vocación de actor, el mundo en el que se crió y las relaciones humanas de ese entonces, reaparecen en sus entrevistas y en lo que hace. Descubrió que remitirse a su visión del mundo de treinta o cuarenta años atrás, confiesa, tiene una respuesta de parte del público cuando lo incluye como tema en sus monólogos. "Yo pienso que ahora nos cuesta mucho hacerle entender cosas a nuestros chicos, que antes no nos costaban tanto. Creo que ahora se ha desvirtuado esto de la autoridad, el padre pesa menos que un globo, la madre es una boluda que no sabe nada, la maestra es una estúpida y si reta a un chico los padres le hacen juicio. El policía está mal visto después de la represión, pero antes era el tipo que te acompañaba a tu casa cuando se cortaba la luz. Todas esas cosas se han desvirtuado en la sociedad, y me interesa rescatarlas. Por eso he ahondado en esas historias y recuerdos de la infancia".

"Es una televisión exitista que no da opción"

Dady Brieva participó de la primera edición de Bailando por un sueño. Luego de los escándalos por la inclusión del llamado "Baile del caño" y de la controversia que generó la participación de Nina Pelozo este año, parece natural preguntarle a él cómo ve la evolución que ha tenido el show.

"La televisión es un medio que ha crecido mucho y vive sorprendiendo. Siempre va por más y no tiene límites en eso. Creo que se trata de una televisión sin escrúpulos, que va por donde le interesa a la gente y que puede andar bien. No te extrañe que dentro de poco ocurra que haya sexo a la medianoche, que después eso pase a las diez y después se haga a las ocho de la noche".

Para él hay un gran cambio. Con sinceridad apreciable, cuenta que cuando participó del programa era porque entre otras cosas le implicaba la posibilidad de aprender a bailar. Y se preocupa por hacer la puntualización: cuando estuvo compitiendo se trataba nada más que de una competencia de baile y no de un desfile de cuerpos. Para el cómico las mediciones de rating son las que dominan y contribuyen a que en la televisión haya cada vez menos artistas y "menos historias contadas".

En medio de tanto despliegue, y de una guerra por la audiencia que parece jugarse a todo precio, Brieva prefiere no quedarse. Tampoco ha figurado en ninguno de los programas con famosos, como los que ahora predominan. "Es una televisión exitista y resultadista, que da poca opción a los artistas".

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